Un estudio descubre niveles alarmantes de microplásticos en el cerebro

Los microplásticos, partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño, se han ido infiltrando en el medio ambiente a un ritmo alarmante a medida que aumenta el uso mundial de plásticos. Los niveles de microplásticos en el medio ambiente se han disparado en las últimas décadas, con una producción actual de más de 300 millones de toneladas de plástico al año y unos 2,5 millones de toneladas...

Feb 4, 2025 - 15:52
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Un estudio descubre niveles alarmantes de microplásticos en el cerebro

Los microplásticos, partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño, se han ido infiltrando en el medio ambiente a un ritmo alarmante a medida que aumenta el uso mundial de plásticos. Los niveles de microplásticos en el medio ambiente se han disparado en las últimas décadas, con una producción actual de más de 300 millones de toneladas de plástico al año y unos 2,5 millones de toneladas flotando en los océanos del mundo en 2023, más de diez veces los niveles de 2005.

Un nuevo estudio publicado en Nature Medicine ha concluido que los microplásticos y los nanoplásticos (cuyo tamaño es aún más pequeño, de 1 a 1000 nanómetros) se acumulan a niveles más altos en el cerebro humano que en el hígado y los riñones. El estudio también ha encontrado concentraciones significativamente más altas de microplásticos y nanoplásticos en muestras de 2024 en comparación con muestras de 2016, y niveles más altos en cerebros de personas diagnosticadas con demencia.

Aunque el estudio no establece una relación causa-efecto entre estas partículas de plástico y la demencia, plantea interrogantes sobre las posibles consecuencias para la salud de la exposición a los plásticos. Aunque la comunidad científica sabe que estos plásticos están en nuestro cuerpo, no está claro cómo afectan a nuestra salud.

"Creemos que esto no es más que un reflejo de la acumulación y exposición medioambientales", afirma el autor del estudio, Matthew Campen, profesor de ciencias farmacéuticas de la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos). "La gente está expuesta a niveles cada vez mayores de microplásticos y nanoplásticos", asegura.

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La contaminación por plásticos crece exponencialmente

Los microplásticos y nanoplásticos (MNP) pueden ser invisibles a simple vista y proceden de productos plásticos de mayor tamaño (como botellas de refrescos, bolsas de la compra y envases de poliestireno) que se descomponen en el medio ambiente.

La comunidad científica lleva estudiando los MNP en los océanos desde la década de 1970. Se ha descubierto que los animales marinos tienen microplásticos en sus cuerpos, absorbidos del agua y por comer pescado contaminado. Los microplásticos también se acumulan en los tejidos de otros animales que comemos, como cerdos, vacas y pollos.

Los MNP también pueden acabar en el aire: el aire en interiores tiende a contener más MNP que el aire exterior, debido al desprendimiento de partículas de los plásticos de la ropa, muebles y productos domésticos.

Después de inhalar estas partículas, pueden viajar por el cuerpo y acabar en varios órganos. Numerosos estudios han encontrado PNM en pulmones humanos, placentas, vasos sanguíneos y médula ósea.

Un estudio de 2024 encontró pruebas de que los MNP son capaces incluso de atravesar la barrera hematoencefálica, un filtro selectivo que controla lo que puede entrar en el cerebro desde el torrente sanguíneo. Aunque anteriormente se pensaba que sólo los nanoplásticos más pequeños podían atravesar esta barrera, este estudio descubrió que los microplásticos de mayor tamaño también pueden entrar en el cerebro.

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Microplásticos y nanoplásticos en el cerebro

El estudio, publicado esta semana, confirma la presencia de nanopartículas en el cerebro, y a niveles alarmantes.

El estudio examinó 52 muestras de cerebro humano de 2016 y 2024, todas tomadas de la corteza frontal, la parte del cerebro responsable del juicio, la toma de decisiones y el movimiento muscular. Los investigadores también examinaron muestras de hígado y riñón de los mismos cuerpos, analizando todos los tejidos mediante imágenes microscópicas y análisis moleculares para identificar la composición química.

Las muestras de cerebro e hígado de 2024 tenían concentraciones significativamente más altas de MNP que las de 2016. La masa total de plásticos en los cerebros estudiados aumentó alrededor de un 50 por ciento entre 2016 y 2024, y los investigadores sugieren que el aumento drástico de las concentraciones de MNPs en nuestros hogares, el aire y el agua podría ser el culpable.

“Estoy bastante sorprendida por la cantidad de microplásticos que encontraron”, dice Emma Kasteel, neurotoxicóloga de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos. “Era mucho mayor de lo que yo habría esperado”, añade.

El aumento de los niveles de microplásticos en el medio ambiente se refleja en los nuevos hallazgos, dice Kasteel, y es probable que una mayor exposición sea la causa de que haya más partículas de plástico en los órganos.

En general, las muestras de cerebro tenían entre 7 y 30 veces más PNM que las de hígado y riñón. Las partículas encontradas en el cerebro eran en su mayoría pequeños fragmentos o escamas de polietileno, uno de los plásticos más comunes en el mundo, a menudo utilizado en envases.

Según Kasteel, es lógico que los MNP se acumulen más en el cerebro que en otros órganos. La inhalación a través de la nariz hasta lo que se denomina bulbo olfatorio, la parte del cerebro que procesa el olfato, proporciona a los PNM presentes en el aire una ruta más directa al cerebro que a otros órganos.  

Campen señala que la edad de la persona no estaba asociada con la cantidad de plástico en los órganos, lo que significa que el cuerpo elimina el plástico de alguna manera; de lo contrario, los órganos de las personas mayores seguirían acumulando más y más plástico con el paso de los años.

Otro hallazgo notable fue que los niveles de MNP eran entre tres y cinco veces superiores en 12 cerebros de personas a las que se había diagnosticado demencia. Los investigadores aclaran que esto no significa necesariamente que los PNM causen demencia, pero muestra una asociación que debería estudiarse más a fondo.

Kasteel afirma que es probable que la relación se deba a que las barreras hematoencefálicas de las personas con demencia no funcionan tan bien como un filtro como en las personas sanas, lo que significa que la alta concentración de PNM podría ser una consecuencia de la demencia más que una causa.

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Efectos sanitarios poco claros y soluciones preventivas

Aunque la comunidad científica aún no comprende del todo las repercusiones sanitarias de los PNM en el cerebro, reclama más investigación para entender mejor si son perjudiciales. Algunos estudios han demostrado que la presencia de nanopartículas en las arterias puede ser un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, y que las células cancerosas del estómago pueden propagarse más rápidamente tras entrar en contacto con nanopartículas.

“Cada vez más estudios demuestran que los plásticos están presentes en el cerebro, incluido este nuevo, y no deberían estar ahí”, dice Kasteel: “No sabemos mucho sobre los efectos para la salud, pero el hecho es que están ahí y no deberían estarlo, y quizá eso sea suficientemente preocupante”.

El equipo de investigación de Campen quiere analizar el cerebro en su conjunto para saber si hay más acumulación de plástico en una zona concreta y ver si eso se relaciona con algún resultado concreto para la salud.

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Aunque no hay forma de evitar por completo la exposición a los plásticos, Kasteel afirma que, a nivel personal, hay pequeñas decisiones que pueden reducir la exposición: reducir al mínimo los plásticos de un solo uso, ventilar bien la casa y pasar la aspiradora con regularidad para eliminar el polvo y los restos de plástico, y evitar los productos cosméticos que añaden intencionadamente MNP, como los exfoliantes con perlas de plástico.

Los científicos también están desarrollando soluciones para reducir los microplásticos en el medio ambiente. Hay un tipo de gusano que se come el poliestireno, y hongos y microbios que descomponen los plásticos en el medio ambiente. También se está trabajando en nuevos tipos de filtros para eliminar los MNP del agua potable.

“El plástico está en todas partes. La mayoría de la gente no puede imaginar un mundo sin plástico... aunque dejáramos de producir plástico ahora mismo, el mundo seguiría lleno de microplásticos”, dice Kasteel. “Así que es bueno pensar en medidas de mitigación, aplicando un principio de precaución, y ver qué podemos hacer para minimizar la exposición, para tal vez prevenir ciertos riesgos para la salud”.