La irrupción de María Jesús Montero está concebida para dinamitar el tablero político andaluz y sacar a Juanma Moreno de la 'zona de confort' del moderantismo que él ha protegido tanto. Al perfil dialogante y afable del presidente, genuinamente moderado, le beneficiaba Juan Espadas, un tipo también de buenas maneras con predisposición al discurso constructivo aunque nunca supo, o nunca pudo, cambiarle el paso. Espadas, como Moreno, está más diseñado para gobernar que para hacer oposición perruna; pero además cometió el error de no ser él mismo, y dio demasiados bandazos, mal asesorado, o mal acompañado, sin acertar a definir su perfil para ganarse su sitio en el imaginario político andaluz. Eso le ha facilitado mucho a Moreno ensanchar y...
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