TLCAN/ TMEC: 30 años de construcción y ahora

La salida para enfrentar la crisis ha sido el reforzamiento de la frontera norte para abatir la migración ilegal y el narcotráfico.

Feb 5, 2025 - 15:41
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TLCAN/ TMEC: 30 años de construcción y ahora

En los últimos 30 años, Canadá, Estados Unidos y México lograron consolidar un espacio de libre comercio que permitió construir una región de coprosperidad; sin embargo, el proceso nunca logró avanzar hacia acuerdos que permitieran avanzar hacia un proyecto más ambicioso de bienestar común, el resultado ha sido la profundización de la desigualdad regional. La respuesta ágil y oportuna del gobierno mexicano nos ha dado un mes más para repensar la provocación y establecer bases para un entendimiento común sobre dos problemas: la migración y las drogas. La salida para enfrentar la crisis ha sido el reforzamiento de la frontera norte para abatir la migración ilegal y el narcotráfico.

Compramos tiempo, sin embargo, requerimos evaluar qué estrategia se puede adoptar en una visión de seguir consolidando el espacio común de la región. El problema de migración requiere que Estados Unidos acepte que requiere un acuerdo que permita un proceso ordenado no violento para que la migración se incorpore al mercado de trabajo norteamericano. La población de Estados Unidos envejece y no cuenta con una población de reemplazo que permita que la economía siga creciento, requiere de un acuerdo migratorio de largo plazo que permita la incorporación ordenada. El bloqueo de la frontera y la expulsión masiva de migrantes, como lo hizo la administración Obama, no son soluciones. Se requiere establecer mecanismos ordenados que eviten la violencia, la represión y la muerte de los latinoamericanos que buscan ingresar a Estados Unidos. Un gran acuerdo migratorio sería fundamental, con mecanismos claros como ha sido el de las visas para los trabajadores temporales del sector agrícola que viajan año con año a Estados Unidos. Un mecanismo similar sería fáctible para otros sectores como son los de servicios en los puertos y en otros servicios de transporte, y de igual forma en la construcción, en la industria manufacturera, como en todo el espectro de las actividades intensivas de mano de obra. No sería una consesión sino un acuerdo migratorio ordenado que permitiría erradicar la violencia en la frontera y ordenar la migración.

Se compró tiempo para, de igual forma, enfrentar conjuntamente con el gobierno de Estados Unidos el problema del tráfico de estupefacientes, esto requiere de un proceso más complejo, ya que implica no solo la venta de estupefacientes sino todo el contexto en que se desenvuelve esta actividad, los consumidores masivos se encuentran entre la población estadounidense, para lo cual es necesario un programa de salud pública que Estados Unidos no ha querido adoptar, lo que ha llevado al crecimiento de las drogas de manera exponencial. Ligada está una industria de armas que facilita el uso de la fuerza para garantizar el abasto de estas sustancias, y que se liga a los productores de armas estadounidenses. Si realmente se busca abatir este proceso se requiere de un programa de salud pública y de un control de la industria de armas estadounidense, ambos programas son responsabilidad de la administración Trump. En el caso mexicano, se requiere abiertamente una campaña de salud pública que atienda a los problemas de estupefacientes y por otra parte, la disolución de carteles de la droga que azolan al territorio nacional. Desafortunadamente, estos cárteles han continuado su expansión, a lo largo y ancho del territorio nacional, aumentando la violencia a lo largo y ancho del país, anteriormente se concentraban en el triangulo dorado del noreste, poco a poco empezó su expansión y hoy controlan gran parte del sureste del país, desatando la violencia en Chiapas que, hoy por hoy, se convierte en una región de encuentro de migrantes, haciendo más complejo su abatimiento.

Una vez que se reconozcan estos problemas por parte de la administración estadounidense y del gobierno de México, podría iniciarse una discusión seria sobre el TMEC, en donde se buscaría seguir construyendo un aparato productivo que se complementen en la región. Esas mesas de negociación, de acuerdo al Secretario Ebrard, se instalarían en este mes, en donde se tendría que discutir abiertamente la relación con China y el efecto que tendrán los nuevos impuestos a su economía y en la relación bilateral Mexico-China. Este será un punto crucial para la economía mexicana, ya que gran parte de la producción mexicana de exportación cuenta con insumos provenientes de China. En esta misma discusión se tendrá que discutir el nearshoring, qué características asumirá el mismo, y qué es lo que se buscaría, con el fin de que se avance hacia la manufactura avanzada, para lo que se requeriría establecer claramente los incentivos para impulsar nuevos productos con innovación y formar consorcios de innovación con las universidades.

Un punto crucial en la renegociación del TMEC será, sin lugar a dudas, el energético, en donde México deberá defender el acceso a energía limpia y barata, lo cual pueder ser un punto de conflicto con el gobierno estadounidense, que ha expresado su interés por impulsar la industria petrolera, como puntal de su administración. Se ha abierto una pausa, pero se requiere formar los grupos encargados de renegociar esta transición, será una tarea ardua y difícil, con la perspectiva de que es neceario fortalecer la región de América del Norte en el complicado mundo de competitividad global.