Sumar intenta recuperar el pulso con la reducción de la jornada laboral, su medida estrella
Yolanda Díaz presume de haber ganado una primera batalla al PSOE con la reducción de jornada y llama al PP a no cometer el “mismo error” que con la reforma laboral El Gobierno da el primer paso para reducir la jornada de trabajo a las 37 horas y media Sumar ha recuperado el optimismo en estos últimos días. La aprobación en el Consejo de Ministros de la ley que reducirá la jornada por primera vez desde 1983 supone el primer paso para cumplir su promesa estrella de la campaña electoral. Aunque todavía queda un camino parlamentario arduo para que la medida se convierta en realidad, en la coalición celebran como una victoria política haber logrado su aprobación en el Gobierno y haberlo hecho, además, ganando el pulso al PSOE al conseguir tramitar el texto de urgencia y tal y como salió del acuerdo con los sindicatos. “Reordenaremos el tiempo de trabajo, incluyendo la reducción y la distribución de la jornada laboral, pero sin reducción de salario. En 2024 se establecerá por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas y se abrirá un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales”. Este era uno de los puntos de las 180 páginas del programa electoral con el que Sumar se presentó el 23 de julio a las generales. Pero no era un punto más, sino la medida con la que la coalición quiere dejar marca en la legislatura. La reducción de la jornada, suele repetir la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tiene un impacto en avances laborales para los trabajadores, pero no solo. “Es una medida de salud pública, democrática porque reparte la productividad, feminista y que lucha contra el cambio climático. En definitiva es un proyecto de país”, dijo hace unos días en un desayuno de Europa Press. Aquellas líneas del programa electoral se reformularon en el acuerdo de investidura tras una intensa negociación con el PSOE y establecieron que en 2024 habría una primera reducción de la jornada para llegar en 2025 a las 37,5 horas, es decir, una media hora al día. Un punto aún lejano a la semana laboral de cuatro días que inicialmente inspiró el programa electoral de la coalición progresista pero que si se termina concretando supondrá la primera reducción de jornada por ley en 40 años. Para llegar hasta el Consejo de Ministros de este martes, el equipo de Yolanda Díaz tuvo que pelear tanto en el diálogo social, donde solo lograron sumar el apoyo de los sindicatos con la patronal enfrentada a la medida, como dentro del Gobierno, con una dura pugna que la vicepresidenta personalizó en el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en un choque que recordó a los que ya vivió con su antecesora y actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño. En la coalición de Gobierno están contentos porque creen haber ganado el duelo dentro del Gobierno. “Hemos conseguido todo”, resumen fuentes de ese espacio político, que recuerdan que Economía no se comprometía inicialmente a que la reforma fuese por el trámite de urgencia —una condición que en Trabajo ven indispensable para que la ley quede definitivamente aprobada este año— y que había puesto objeciones al texto que salió del acuerdo social. Fuentes conocedoras de estas conversaciones sostienen que Cuerpo volvió a presentar alegaciones al texto en una de las últimas reuniones y que incluso tomó la palabra en la reunión de ministros del pasado martes para reforzar sus posiciones en la negociación. El socio minoritario del Gobierno también obtendrá una buena noticia la semana que viene, con la nueva subida del salario mínimo, que irá en los términos que había pedido el Ministerio de Díaz, es decir, sobre la horquilla más alta que habían propuesto los expertos, 50 euros, para que quede en 1.184 al mes. Prueba de la importancia de la medida para Sumar, no solo para el partido de la vicepresidenta segunda, sino para toda la coalición, es la implicación con la que este martes salieron desde todas las formaciones a defender públicamente su aprobación. Todas las sensibilidades de la coalición se han implicado en la defensa de esta medida, como probó el acto que hace unas semanas tuvo lugar en la Fundación Gasset-Marañón, en Madrid, en la que estuvieron representantes de todos los partidos que forman parte del grupo parlamentario, desde Izquierda Unida con la presencia de su líder, Antonio Maíllo, hasta Chunta Aragonesista y Més, pasando por Más Madrid, los comuns y Verdes Equo. Una negociación parlamentaria “complicada” Aunque Sumar celebra haber ganado una primera pugna, el camino para que la reducción de la jornada quede plasmada en el Boletín Oficial del Estado es todavía largo y complicado, como reconocen en la coalición y como admitió este mismo miércoles Yolanda Díaz en una entrevista en Onda Cero, que es consciente de que será difícil convencer a Junts de dar su apoyo a una medida que d
Yolanda Díaz presume de haber ganado una primera batalla al PSOE con la reducción de jornada y llama al PP a no cometer el “mismo error” que con la reforma laboral
El Gobierno da el primer paso para reducir la jornada de trabajo a las 37 horas y media
Sumar ha recuperado el optimismo en estos últimos días. La aprobación en el Consejo de Ministros de la ley que reducirá la jornada por primera vez desde 1983 supone el primer paso para cumplir su promesa estrella de la campaña electoral. Aunque todavía queda un camino parlamentario arduo para que la medida se convierta en realidad, en la coalición celebran como una victoria política haber logrado su aprobación en el Gobierno y haberlo hecho, además, ganando el pulso al PSOE al conseguir tramitar el texto de urgencia y tal y como salió del acuerdo con los sindicatos.
“Reordenaremos el tiempo de trabajo, incluyendo la reducción y la distribución de la jornada laboral, pero sin reducción de salario. En 2024 se establecerá por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas y se abrirá un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales”. Este era uno de los puntos de las 180 páginas del programa electoral con el que Sumar se presentó el 23 de julio a las generales. Pero no era un punto más, sino la medida con la que la coalición quiere dejar marca en la legislatura.
La reducción de la jornada, suele repetir la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tiene un impacto en avances laborales para los trabajadores, pero no solo. “Es una medida de salud pública, democrática porque reparte la productividad, feminista y que lucha contra el cambio climático. En definitiva es un proyecto de país”, dijo hace unos días en un desayuno de Europa Press.
Aquellas líneas del programa electoral se reformularon en el acuerdo de investidura tras una intensa negociación con el PSOE y establecieron que en 2024 habría una primera reducción de la jornada para llegar en 2025 a las 37,5 horas, es decir, una media hora al día. Un punto aún lejano a la semana laboral de cuatro días que inicialmente inspiró el programa electoral de la coalición progresista pero que si se termina concretando supondrá la primera reducción de jornada por ley en 40 años.
Para llegar hasta el Consejo de Ministros de este martes, el equipo de Yolanda Díaz tuvo que pelear tanto en el diálogo social, donde solo lograron sumar el apoyo de los sindicatos con la patronal enfrentada a la medida, como dentro del Gobierno, con una dura pugna que la vicepresidenta personalizó en el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en un choque que recordó a los que ya vivió con su antecesora y actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño.
En la coalición de Gobierno están contentos porque creen haber ganado el duelo dentro del Gobierno. “Hemos conseguido todo”, resumen fuentes de ese espacio político, que recuerdan que Economía no se comprometía inicialmente a que la reforma fuese por el trámite de urgencia —una condición que en Trabajo ven indispensable para que la ley quede definitivamente aprobada este año— y que había puesto objeciones al texto que salió del acuerdo social. Fuentes conocedoras de estas conversaciones sostienen que Cuerpo volvió a presentar alegaciones al texto en una de las últimas reuniones y que incluso tomó la palabra en la reunión de ministros del pasado martes para reforzar sus posiciones en la negociación.
El socio minoritario del Gobierno también obtendrá una buena noticia la semana que viene, con la nueva subida del salario mínimo, que irá en los términos que había pedido el Ministerio de Díaz, es decir, sobre la horquilla más alta que habían propuesto los expertos, 50 euros, para que quede en 1.184 al mes.
Prueba de la importancia de la medida para Sumar, no solo para el partido de la vicepresidenta segunda, sino para toda la coalición, es la implicación con la que este martes salieron desde todas las formaciones a defender públicamente su aprobación.
Todas las sensibilidades de la coalición se han implicado en la defensa de esta medida, como probó el acto que hace unas semanas tuvo lugar en la Fundación Gasset-Marañón, en Madrid, en la que estuvieron representantes de todos los partidos que forman parte del grupo parlamentario, desde Izquierda Unida con la presencia de su líder, Antonio Maíllo, hasta Chunta Aragonesista y Més, pasando por Más Madrid, los comuns y Verdes Equo.
Una negociación parlamentaria “complicada”
Aunque Sumar celebra haber ganado una primera pugna, el camino para que la reducción de la jornada quede plasmada en el Boletín Oficial del Estado es todavía largo y complicado, como reconocen en la coalición y como admitió este mismo miércoles Yolanda Díaz en una entrevista en Onda Cero, que es consciente de que será difícil convencer a Junts de dar su apoyo a una medida que de entrada no cuenta con el apoyo de Foment del Treball, la patronal catalana.
Este miércoles, el secretario general de Junts, Jordi Turull, afirmó en una entrevista en Televisión Española, afirmó que aunque esta medida puede sonar bien se trata en realidad de un eslogan. “En Catalunya la gran mayoría de la gente quiere cobrar mejor y no trabajar menos”, dijo, al tiempo que alertó de que una medida como esta puede terminar subiendo los costes, cerrando negocios y aumentando la inflación. No obstante, aseguró que no hay una decisión tomada y que están dispuestos a negociar con el PSOE y con Sumar, con quien ya hay abiertas conversaciones.
Díaz resta importancia a las advertencias de la patronal catalana y asegura que no es tan “sencillo”. “Yo sé que a Foment le gusta decir que domina los siete votos de Junts pero si me remito a las últimas votaciones, no es así. La política es autónoma”, defendió en la entrevista de este miércoles. La vicepresidenta segunda tiene además un canal de comunicación abierto con Carles Puigdemont para tratar de allanar su apoyo a la reforma.
También es consciente de que el ‘sí’ de Junts puede depender, como en tantas otras negociaciones de la legislatura, de cosas que no tengan que ver con la reducción de la jornada, algunas que incluso podrían depender de la voluntad del PSOE, lo que añadiría una complicación extra a las negociaciones. “Esto me pasó en la reforma laboral. Me encontré con aquella primera conversación con elementos que estaban extramuros de aquella norma. [...] Pero es lo que han votado españoles y españolas”, añadió, aunque consideró por último, con cierto optimismo, que muchas veces las problemáticas sociales terminan condicionando las votaciones del Congreso, como se vio con la tramitación de la ley para regular el alquiler de temporada que Junts primero tumbó y luego terminó aceptando.
Mientras mantiene un canal abierto con Junts, Yolanda Díaz también ha apelado al PP para que apoye la reforma. “La negociación va a ser complicada. Me gustaría encontrarme un PP que no repita el error de la reforma laboral”, dijo también este miércoles, aunque hace tiempo que la vicepresidenta segunda apela a Alberto Núñez Feijóo para que vuelva a ese supuesto “giro social” con el que amagó a principios de curso. Díaz ya interpeló directamente al líder de la oposición en el último Congreso de UGT para que apoye la medida.
Sumar ha organizado una ruta por diferentes puntos de España con actos para dar a conocer los detalles de esta medida y para ir abriendo el camino de la negociación. Una de las paradas será de hecho Catalunya, donde se verán con los sindicatos pero también tienen previsto un encuentro con la patronal catalana.
La idea de Sumar es que esta ruta sirva también para volver a transmitir una imagen de unidad del espacio político, por lo que llamará a los dirigentes de las diferentes fuerzas que lo componen, muchas precisamente de arraigo territorial, como los comuns o Más Madrid. Y una forma de coger impulso político después de unos meses complicados para la coalición, que ha sufrido un desplome en las encuestas.