Se come a 'The Walking Dead' y de hecho esta 'plagió' su comienzo, pero esta joya tiene todavía mucho más que aportar

Las películas y series de zombies han pasado por muchas etapas, pero hubo un momento concreto, a principios de este siglo, que cambió por completo la imagen que teníamos de los muertos vivientes. Durante décadas, habíamos estado acostumbrados a criaturas tambaleantes y lentas, siempre presentes en segundo plano, hasta que un grupo de supervivientes cometía un error fatal. Sin embargo, de un día para otro, llegaron esos zombies rápidos, casi imparables, que parecían más velocistas de atletismo con muy mala leche que cadáveres reanimados. Y todo esto surgió gracias a una película de Danny Boyle que, aunque en su momento no contaba con un gran presupuesto, terminó marcando a toda una generación de aficionados al terror.El antes y el después de un apocalipsis demoledorLa historia arranca con un protagonista que despierta en un hospital completamente desierto después de haber estado en coma durante un tiempo, y cuando al fin abre los ojos, descubre que la ciudad está en ruinas, vacía y con evidentes signos de violencia. Algo que seguramente te recordará a una serie muy querida dentro del público amante de los zombies.A medida que avanza por las calles silenciosas, se da cuenta de que algo terrible ha sucedido. De pronto, Londres, el lugar en el que se ambienta la película, está desértica. Y el motivo es tan oscuro como preocupante. Unos seres salvajes y aterradores que corren a una velocidad endiablada y que han perdido todo rastro de humanidad persiguen a los vivos con la intención de asesinarlos con violencia. Afortunadamente, encontrará a un grupo de supervivientes dispuestos a salvarle el pellejo, aunque la mayor amenaza será siempre el hombre.28 días después supuso una auténtica revolución dentro del género zombi. El director, Danny Boyle, consiguió añadir una peligrosidad y una nueva dimensión a unas criaturas que, tradicionalmente, se habían caracterizado por su lentitud y su amenaza colectiva, más que individual. De hecho, estos seres realmente no eran peligrosos per se, sino que en sus primeras interpretaciones eran los seres humanos vivos los que acababan sucumbiendo por sus propias ambiciones. La metáfora que lanza El amanecer de los muertos vivientes de Romero es bastante clara respecto a esto.Aquí, cada infectado - que es como se llaman realmente - es un torbellino de furia, y eso añade un componente de estrés que no se había visto antes con tanta intensidad, porque son realmente peligrosos como amenaza. De hecho, el tramo final de la película realmente es un dilema moral sobre el poder.Y, por qué no decirlo, simplemente el mero hecho de ver Londres totalmente vacía y sin ápice de humanidad es sorprendente. Es una de las ciudades más pobladas de Europa, pero en esta obra se convierte en un páramo peligroso, olvidado, y que emite un aura de soledad que pocas películas consiguen. Por ello me parece una película tan valiosa y la pondría perfectamente dentro del top del género. Y además lo hizo con muy poco dinero.Lamentablemente, en nuestro país no se encuentra disponible en streaming en este momento, aunque en otras regiones sí forma parte del catálogo de Prime Video. De todos modos, si tienes ocasión de hacerte con ella por otras vías, no dudes en darle una oportunidad.Si te quedas con ganas de más zombies tras ver esta joyita, puedes darle un vistazo al remake de El amanecer de los muertos, dirigido por Zack Snyder, que también renovó el género con su visión particular de un apocalipsis plagado de cadáveres veloces y hambrientos. Para mí, las dos grandes reformistas del género y una auténtica maravilla también por su aproximación a este género.El artículo Se come a 'The Walking Dead' y de hecho esta 'plagió' su comienzo, pero esta joya tiene todavía mucho más que aportar fue publicado originalmente en Andro4all.

Jan 18, 2025 - 16:14
Se come a 'The Walking Dead' y de hecho esta 'plagió' su comienzo, pero esta joya tiene todavía mucho más que aportar

Las películas y series de zombies han pasado por muchas etapas, pero hubo un momento concreto, a principios de este siglo, que cambió por completo la imagen que teníamos de los muertos vivientes. Durante décadas, habíamos estado acostumbrados a criaturas tambaleantes y lentas, siempre presentes en segundo plano, hasta que un grupo de supervivientes cometía un error fatal. Sin embargo, de un día para otro, llegaron esos zombies rápidos, casi imparables, que parecían más velocistas de atletismo con muy mala leche que cadáveres reanimados. Y todo esto surgió gracias a una película de Danny Boyle que, aunque en su momento no contaba con un gran presupuesto, terminó marcando a toda una generación de aficionados al terror.

El antes y el después de un apocalipsis demoledor

La historia arranca con un protagonista que despierta en un hospital completamente desierto después de haber estado en coma durante un tiempo, y cuando al fin abre los ojos, descubre que la ciudad está en ruinas, vacía y con evidentes signos de violencia. Algo que seguramente te recordará a una serie muy querida dentro del público amante de los zombies.

A medida que avanza por las calles silenciosas, se da cuenta de que algo terrible ha sucedido. De pronto, Londres, el lugar en el que se ambienta la película, está desértica. Y el motivo es tan oscuro como preocupante. Unos seres salvajes y aterradores que corren a una velocidad endiablada y que han perdido todo rastro de humanidad persiguen a los vivos con la intención de asesinarlos con violencia. Afortunadamente, encontrará a un grupo de supervivientes dispuestos a salvarle el pellejo, aunque la mayor amenaza será siempre el hombre.

28 días después supuso una auténtica revolución dentro del género zombi. El director, Danny Boyle, consiguió añadir una peligrosidad y una nueva dimensión a unas criaturas que, tradicionalmente, se habían caracterizado por su lentitud y su amenaza colectiva, más que individual. De hecho, estos seres realmente no eran peligrosos per se, sino que en sus primeras interpretaciones eran los seres humanos vivos los que acababan sucumbiendo por sus propias ambiciones. La metáfora que lanza El amanecer de los muertos vivientes de Romero es bastante clara respecto a esto.

Aquí, cada infectado - que es como se llaman realmente - es un torbellino de furia, y eso añade un componente de estrés que no se había visto antes con tanta intensidad, porque son realmente peligrosos como amenaza. De hecho, el tramo final de la película realmente es un dilema moral sobre el poder.

Y, por qué no decirlo, simplemente el mero hecho de ver Londres totalmente vacía y sin ápice de humanidad es sorprendente. Es una de las ciudades más pobladas de Europa, pero en esta obra se convierte en un páramo peligroso, olvidado, y que emite un aura de soledad que pocas películas consiguen. Por ello me parece una película tan valiosa y la pondría perfectamente dentro del top del género. Y además lo hizo con muy poco dinero.

Lamentablemente, en nuestro país no se encuentra disponible en streaming en este momento, aunque en otras regiones sí forma parte del catálogo de Prime Video. De todos modos, si tienes ocasión de hacerte con ella por otras vías, no dudes en darle una oportunidad.

Si te quedas con ganas de más zombies tras ver esta joyita, puedes darle un vistazo al remake de El amanecer de los muertos, dirigido por Zack Snyder, que también renovó el género con su visión particular de un apocalipsis plagado de cadáveres veloces y hambrientos. Para mí, las dos grandes reformistas del género y una auténtica maravilla también por su aproximación a este género.

El artículo Se come a 'The Walking Dead' y de hecho esta 'plagió' su comienzo, pero esta joya tiene todavía mucho más que aportar fue publicado originalmente en Andro4all.