Rusia, China y Corea del Norte cuentan con armas hipersónicas. EEUU ha decidido defenderse con su propia Cúpula de Hierro
En la era Reagan, Estados Unidos propuso uno de esos planes de defensa que darían para una película de género incierto. El proyecto era de tal calado que los medios lo llamaron “iniciativa Star Wars” por sus similitudes ante lo que parecía un escudo en el espacio en toda regla. Ahora que ha llegado Trump al poder, el país revive de alguna forma aquella idea rimbombante, aunque quizás más terrenal. Una copia de Israel. Lo que se sabe a esta hora es que Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para desarrollar un sistema de defensa antimisiles similar al Iron Dome (Cúpula de Hierro) de Israel, argumentando que las amenazas balísticas representan el mayor peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. A su manera, por supuesto. Así que, al igual que con el “nuevo” Golfo de América, el proyecto se haría bajo el nombre de "Iron Dome for America", una orden que instruye al Pentágono a presentar en 60 días un plan detallado que incluya el desarrollo acelerado de misiles hipersónicos y el despliegue de interceptores espaciales. ¿El problema? Muchos expertos cuestionan la viabilidad de la propuesta señalando que la geografía y el tamaño de la nación hacen inviable replicar un sistema como el israelí, diseñado para un territorio significativamente más pequeño y amenazas de corto alcance. En Xataka Japón lleva seis días tratando de sacar a un hombre de un agujero. El problema es que cada día que pasa es más grande Desempolvando Star Wars. Además, y como decíamos al inicio, el plan de Trump también parece retomar la visión de Ronald Reagan con su iniciativa de defensa estratégica, la conocida como "Star Wars", que fracasó tras haber costado miles de millones de dólares sin resultados concretos. Su objetivo era interceptar misiles enemigos antes de que alcanzaran su objetivo, eliminando la necesidad de una represalia nuclear. Sin embargo, el programa se canceló en los años 90 debido a su inviabilidad técnica y sus altos costes. Pese a ello, algunas de sus ideas han perdurado en los actuales sistemas de defensa, como el Ground-Based Midcourse Defense (GMD), aunque su tasa de éxito sigue siendo limitada. A este respecto, críticos como Sidharth Kaushal adviertían en el New York Times que un escudo antimisiles a escala nacional podría ser económicamente insostenible, mientras que Marion Messmer subraya las dificultades técnicas de interceptar misiles lanzados desde múltiples direcciones y plataformas, incluyendo submarinos. Otra vez, Estados Unidos no es Israel. En Xataka China simuló una batalla con su destructor 055 contra ocho de la Marina al este de Taiwán. EEUU debería preocuparse Espacio y nuevas tecnologías en la ecuación. El plan de Trump enfatiza el uso de interceptores y sensores espaciales, sistemas de defensa antes del lanzamiento (left-of-launch) y armas de energía dirigida como láseres. Aquí ya hay nombres sobre la mesa con empresas como Lockheed Martin, Northrop Grumman y RTX, que han mostrado interés en el proyecto destacando avances recientes en defensa con láseres para misiles de crucero. Amenazas y desafíos estratégicos. Aunque la orden no especifica qué países se consideran amenazas, se asume por todos que hablamos de viejos conocidos. A saber: Rusia, China, Irán y, posiblemente, Corea del Norte (está por ver la relación que habrá con Trump en el poder), naciones todas que han desarrollado arsenales cada vez más sofisticados, incluyendo misiles hipersónicos capaces de evadir las defensas actuales. En Washington, la idea de reforzar la defensa antimisiles cuenta con cierto respaldo, y expertos como Robert Soofer sostienen que el enfoque actual es insuficiente ante la creciente capacidad ofensiva de estos países. En cualquier caso, el objetivo es claro: las armas hipersónicas, con trayectorias irregulares y velocidades extremas, representan un desafío significativo para los sistemas defensivos tradicionales. Además, el gran arsenal nuclear de Rusia, con alrededor de 1.700 ojivas desplegadas (y el cada vez más grande de China), podrían superar cualquier escudo antimisiles. Guam como prueba inicial. Mientras que la defensa antimisiles de Estados Unidos sigue en fase de planificación, el territorio de Guam, un enclave estratégico en el Pacífico, ha avanzado en la implementación de un sistema de defensa multicapa. Lo hemos contado antes. La isla, que alberga bases militares clave, está a menos de 3.000 km de China y Corea del Norte, países que se han señalado como objetivo en ejercicios militares y amenazas. Como explicamos en diciembre, el ejército estadounidense realizó con éxito la primera interceptación de un misil balístico desde la isla, utilizando el Aegis Guam System, un sistema basado en tierra que ha demostrado ser efectivo en buques de la Marina. Además, el sistema THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) y las bat
En la era Reagan, Estados Unidos propuso uno de esos planes de defensa que darían para una película de género incierto. El proyecto era de tal calado que los medios lo llamaron “iniciativa Star Wars” por sus similitudes ante lo que parecía un escudo en el espacio en toda regla. Ahora que ha llegado Trump al poder, el país revive de alguna forma aquella idea rimbombante, aunque quizás más terrenal.
Una copia de Israel. Lo que se sabe a esta hora es que Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para desarrollar un sistema de defensa antimisiles similar al Iron Dome (Cúpula de Hierro) de Israel, argumentando que las amenazas balísticas representan el mayor peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
A su manera, por supuesto. Así que, al igual que con el “nuevo” Golfo de América, el proyecto se haría bajo el nombre de "Iron Dome for America", una orden que instruye al Pentágono a presentar en 60 días un plan detallado que incluya el desarrollo acelerado de misiles hipersónicos y el despliegue de interceptores espaciales. ¿El problema? Muchos expertos cuestionan la viabilidad de la propuesta señalando que la geografía y el tamaño de la nación hacen inviable replicar un sistema como el israelí, diseñado para un territorio significativamente más pequeño y amenazas de corto alcance.
Desempolvando Star Wars. Además, y como decíamos al inicio, el plan de Trump también parece retomar la visión de Ronald Reagan con su iniciativa de defensa estratégica, la conocida como "Star Wars", que fracasó tras haber costado miles de millones de dólares sin resultados concretos. Su objetivo era interceptar misiles enemigos antes de que alcanzaran su objetivo, eliminando la necesidad de una represalia nuclear. Sin embargo, el programa se canceló en los años 90 debido a su inviabilidad técnica y sus altos costes. Pese a ello, algunas de sus ideas han perdurado en los actuales sistemas de defensa, como el Ground-Based Midcourse Defense (GMD), aunque su tasa de éxito sigue siendo limitada.
A este respecto, críticos como Sidharth Kaushal adviertían en el New York Times que un escudo antimisiles a escala nacional podría ser económicamente insostenible, mientras que Marion Messmer subraya las dificultades técnicas de interceptar misiles lanzados desde múltiples direcciones y plataformas, incluyendo submarinos. Otra vez, Estados Unidos no es Israel.
Espacio y nuevas tecnologías en la ecuación. El plan de Trump enfatiza el uso de interceptores y sensores espaciales, sistemas de defensa antes del lanzamiento (left-of-launch) y armas de energía dirigida como láseres. Aquí ya hay nombres sobre la mesa con empresas como Lockheed Martin, Northrop Grumman y RTX, que han mostrado interés en el proyecto destacando avances recientes en defensa con láseres para misiles de crucero.
Amenazas y desafíos estratégicos. Aunque la orden no especifica qué países se consideran amenazas, se asume por todos que hablamos de viejos conocidos. A saber: Rusia, China, Irán y, posiblemente, Corea del Norte (está por ver la relación que habrá con Trump en el poder), naciones todas que han desarrollado arsenales cada vez más sofisticados, incluyendo misiles hipersónicos capaces de evadir las defensas actuales.
En Washington, la idea de reforzar la defensa antimisiles cuenta con cierto respaldo, y expertos como Robert Soofer sostienen que el enfoque actual es insuficiente ante la creciente capacidad ofensiva de estos países. En cualquier caso, el objetivo es claro: las armas hipersónicas, con trayectorias irregulares y velocidades extremas, representan un desafío significativo para los sistemas defensivos tradicionales. Además, el gran arsenal nuclear de Rusia, con alrededor de 1.700 ojivas desplegadas (y el cada vez más grande de China), podrían superar cualquier escudo antimisiles.
Guam como prueba inicial. Mientras que la defensa antimisiles de Estados Unidos sigue en fase de planificación, el territorio de Guam, un enclave estratégico en el Pacífico, ha avanzado en la implementación de un sistema de defensa multicapa. Lo hemos contado antes. La isla, que alberga bases militares clave, está a menos de 3.000 km de China y Corea del Norte, países que se han señalado como objetivo en ejercicios militares y amenazas.
Como explicamos en diciembre, el ejército estadounidense realizó con éxito la primera interceptación de un misil balístico desde la isla, utilizando el Aegis Guam System, un sistema basado en tierra que ha demostrado ser efectivo en buques de la Marina. Además, el sistema THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) y las baterías Patriot se integrarán para formar un escudo defensivo de 360 grados, capaz de enfrentar misiles balísticos, hipersónicos y de crucero. Este sistema, aunque avanzado, tomará al menos una década en completarse, reflejando la dificultad de construir un escudo similar a nivel nacional.
La gran incertidumbre. Qué duda cabe, en estos momentos y a falta de detalles en la orden ejecutiva, se deja abierta la posibilidad de que la administración de Trump opte por un despliegue gradual, incrementando la inversión en programas existentes en lugar de desarrollar un sistema completamente nuevo.
En cualquier caso, el debate sobre la factibilidad y costes de semejante proyecto están sobre la mesa, con advertencias de que un plan de esta magnitud podría resultar económicamente inviable sin ofrecer una solución efectiva a la creciente amenaza de misiles de largo alcance. Eso sin contar con el tamaño de Estados Unidos para desplegar una Cúpula de Hierro al uso.
Imagen | Israel Ministry
En Xataka | Israel tiene un arma de defensa eficaz en la Cúpula de Hierro. Excepto si todos sus enemigos atacan a la vez
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La noticia
Rusia, China y Corea del Norte cuentan con armas hipersónicas. EEUU ha decidido defenderse con su propia Cúpula de Hierro
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Xataka
por
Miguel Jorge
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