Rating: en medio de la polémica, Poné a Francella lideró la noche del sábado

En el marco del festejo por los 35 años al aire, Telefe decidió reponer uno de sus programas cómicos más exitosos: Poné a Francella. El ciclo de sketches protagonizado por Guillermo Francella, contaba con un gran elenco compuesto por Florencia Peña, Mariana Briski, Gabriel  Puma Goity, Andrea Frigerio, Manuel Wirtz, Cecilia Milone y Julieta Prandi. La fórmula era simple: diferentes situaciones de la vida cotidiana llevadas al extremo o exacerbadas en tono de humor.

Poné a Francella debutó el miércoles 4 de abril de 2001 a las 21 en la pantalla de un joven Telefe que apostó siempre a los unitarios, en ese horario, como fórmula del éxito. El estreno promedió 19,7 puntos y se convirtió en el programa elegido por los argentinos que en aquella época vivían como una ceremonia sentarse en un determinado horario a ver un programa de televisión. Personajes tales como Pascual Sambucetti, un introvertido y tímido contador que es acosado constantemente por su joven jefa, la Señora De Robles, El masajista Fernando, un quiropráctico que se enamora de la mayoría de sus clientas o Enrique, el antiguo: un hombre que cree vivir en los años 1970 que aparece, por un efecto, en blanco y utiliza la jerga de aquel entonces para comunicarse, fueron parte de la primera y segunda temporada, de un ciclo que divirtió a grandes y a chicos.

Pero uno de los sketches, visto con los ojos de hoy, provocó una fuerte polémica dentro de los actores del elenco. En el paso de comedia de La Nena, Arturo Petrocelli (Francella), quien está casado con Eleonora (Mariana Briski) se enamora de Julieta July Taboada (Julieta Prandi), compañera de colegio de su hija Laura (Florencia Peña). July también está enamorada de Arturo, pero nunca llega a concretarse el idilio porque siempre son interrumpidos por alguien.

Hace pocos días, Florencia Peña tiró la primera piedra cuando admitió que el humor de Poné a Francella quedó fuera de época: “Yo amé hacerlo, amo laburar con Guille, creo que soy la compañera con la que más trabajó, nos entendemos muy bien, aprendí mucho de él, me divirtió mucho con él, ahora cuando volvimos al Gran Rex fue una fiesta, porque era mirarnos y entendernos, improvisar, reírnos y jugar como dos niños, pero yo creo que el humor tiene que ver con las épocas”, reflexionó la actriz. “Uno puede entender a (Alberto) Olmedo mirando para atrás y diciendo ese es el humor del que nos reíamos, pero si vos lo pones hoy, no te reís de un montón de cosas, es más, te parecen que están fuera de contexto. Hoy no haría Sambucetti ni La nena con esta cabeza y este contexto. Pero lo hicimos, y también dejé que pasaran cosas que hoy por hoy me pregunto cómo no me daba cuenta”.

Por su parte, Gabriel Goity, otro de los protagonistas del ciclo, le restó importancia a la polémica: “¡Cortémosla, terminémosla! No hay que subestimar a la gente. Me parece que ponerse tan… Si no, tampoco haría una obra de esclavitud porque no hay más esclavitud. Me parece que es un poco exagerado”.

Si bien mucha gente en redes sociales se expresó en contra de la vuelta del programa por considerar que el humor era sexista, misógino y que ridiculiza a determinados colectivos, desde que se estrenó Poné a Francella, el público que consume televisión abierta le dijo masivamente que sí. Como ejemplo, basta destacar que su vuelta a la pantalla chica opacó, en materia de rating, la despedida de Mirtha Legrand y que, en su segunda emisión, con un promedio de 5,9 puntos fue lo más visto del día.

Este sábado arrancó pasadas las 23 con un piso de 5,7 puntos que le dejó Escape Perfecto y se mantuvo en los 4 puntos, liderando la franja, en una noche de muy bajo encendido en donde los demás canales marcaron entre 1 y 3 puntos. Una repetición que sigue siendo aceptada por la audiencia que demuestra que cuando hay un producto de calidad, el público aparece.