¿Qué está pasando con las desapariciones de niños?
Sibilino, silencioso y silenciado, el problema de las desapariciones de niños es endémico a todos los países del mundo, aunque en algunas regiones, como en India, está más presente. ¿Las causas? Condiciones precarias, descuidos o, en algunos casos, explotación laboral y sexual y venta de órganos. La entrada ¿Qué está pasando con las desapariciones de niños? se publicó primero en Ethic.
Un niño en situación de extrema pobreza deambula por la ciudad en busca de ganar algún dinero. Debe, también, cuidar de su hermano, mientras su madre está trabajando, fuera de casa. En una de esas ocasiones, el niño toma el tren equivocado y acaba perdido, sin saberlo, en la otra punta del país. Sin documentación que acredite su identidad ni su pertenencia familia, las autoridades lo internan en un orfanato donde, pasado un tiempo, es adoptado por una joven pareja australiana. Aunque su nueva vida en la nación oceánica le ha procurado una suerte de oportunidades que jamás habría tenido en su India natal, en su recuerdo permanecerá durante toda su vida el amor de su madre, de la que se desprendió por accidente.
Con este argumento, la película Lion (Garth Davis, 2016), protagonizada por Dev Patel y Nicole Kidman, devolvió al debate público un problema universal de las sociedades desarrolladas: las desapariciones de niños. No obstante, el emotivo relato del niño que termina separado de su familia por causas del destino sitúa el foco en India, donde se estima que cada año desaparecen decenas de miles de niños. ¿Por qué sucede este fenómeno? ¿Qué razones se esconden detrás de las desapariciones?
India, un caso paradigmático
El último censo oficial de India, de 2020, sitúa su población estimada en 1.429 millones de personas. Las cifras que ofrecen las autoridades del subcontinente no son absolutas, sino parciales. La región asiática es tierra de riqueza espiritual y filosófica, también científica, pero mantiene una serie de desigualdades profundas entre unas áreas del país y otras, muy en especial entre las grandes ciudades y el medio rural. Se desconoce la población exacta de muchas aldeas, y pese a los constantes esfuerzos que año tras año realizan las autoridades locales para mejorar su control estadístico sigue siendo complicado acceder a regiones con infraestructuras precarias y una serie de dinámicas de trabajo y vida familiar que complican el conteo.
En esta situación, no es difícil imaginar lo que el National Centre For Missing Children (Centro Nacional para Niños Perdidos) de India afirma con dolorosa rotundidad: no hay datos oficiales que permitan tener una cuenta firme sobre cuántos niños desaparecen en el país asiático. India, como otros países BRIC, tiene una pirámide de población invertida a la que padecemos en los países de Europa occidental: la población joven, en especial los grupos poblacionales entre quince y sesenta y cuatro años, representa el 67,51% de la población total. Aunque la población del subcontinente también padece una tendencia acelerada hacia el envejecimiento poblacional (por ejemplo, entre 2018 y 2021 el número de niños de entre cero y catorce años decrece a razón de alrededor de 0,5 puntos por año), el número de niños es inmenso. Otros números son aún más gráficos: en 2021 se contabilizaron 121 millones de infantes de ambos sexos con edades comprendidas entre los cinco y los nueve años. El grupo más numeroso de la pirámide, los jóvenes de entre quince y diecinueve años, suman 128 millones.
Algunos de los motivos que explican la cantidad de menores desaparecidos en India son la explotación laboral y la venta de órganos
Teniendo en cuenta, además, que India es un país eminentemente rural, a pesar de sus mastodónticos núcleos urbanos, no es difícil adivinar las oscuras razones por las que se estima, bajo una impresión indeterminada, una cantidad tan inmensa de niños expuestos. La extrema pobreza, la búsqueda de mejores oportunidades, los secuestros para explotación sexual y laboral, y la venta de órganos se encuentran entre algunos de los motivos principales que explican esta cruel tendencia. También es habitual el fenómeno de niños que se pierden, como le sucede al protagonista de la película Lion, y que muy habitualmente terminan en algún destino funesto. Algunas niñas y adolescentes indias son vendidas o secuestradas para matrimonios forzosos dentro y fuera del país, en concreto en países orientales, donde la población femenina es menor que la masculina.
Desapariciones de niños: una tragedia global
No solo en los países en vías de desarrollo los niños se pierden, huyen del hogar o son secuestrados para fines delictivos. En todos los rincones del mundo ocurre esta tendencia. Y las cifras, aunque sean inferiores a las de India por simple aritmética poblacional y por divergencia en las circunstancias socioeconómicas, siguen siendo alarmantes.
Según el FBI y como recoge el National Center For Missing & Exploited Chindren (Centro Nacional de Niños Explotados y Desaparecidos), en los Estados Unidos desaparecieron cerca de 400.000 menores de dieciocho años en 2020. En otras palabras, más de mil desapariciones de niños son denunciadas cada día. De igual manera, más de 77.000 familias reciben atención psicológica y emocional cada año como consecuencia de estas desapariciones en el país norteamericano.
Desde 2007, los países de la Unión Europea cuentan con el número de teléfono 116000, regulado por la legislación europea, para denunciar desapariciones de niños en territorio comunitario. Este número, gestionada desde Missing Children Europe (Niños Desaparecidos de Europa). Solo en el conjunto de los Estados miembros son informadas más de 70.000 casos de desapariciones cada año. La línea telefónica recibe más de dos millones de llamadas en el mismo periodo.
Cada año hay más de 70.000 desapariciones de niños en los Estados de la UE
Mirando hacia España, Missing Children Europe colabora con Fundación ANAR, oenegé enfocada a la ayuda a niños y adolescentes en riesgo de exclusión desde 1970. El Gobierno de España sostiene el Centro Nacional de Desaparecidos, dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad. Según este organismo, en su informe de 2023, se interpusieron 24.581 denuncias por desaparición que sumaron 15.126 personas, de las cuales un 48,9% fueron menores (unos siete mil niños y jóvenes). Las cifras de desaparecidos mejoraron en un 5,5% respecto del año 2022.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales y, ante todo, de las familias, las desapariciones de niños representan uno de los problemas sociales más graves de la historia de la humanidad. Miles de menores que en cada país, al margen del desarrollo económico y de la seguridad de la región, que desaparecen sin dejar rastro. En ocasiones, hay un desenlace feliz y el niño regresa sano y salvo a casa. Pero en muchos otros casos, los jóvenes nunca regresan al hogar y quedan en paradero desconocido, sin que a la sociedad parezca importarle demasiado la suerte de los niños que un día tenían una vida normal y a la jornada siguiente nunca regresarán con sus seres queridos.
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