Paro de trenes: La Fraternidad define si habrá una nueva medida de fuerza

El gremio ferroviario La Fraternidad analizará este martes, en una reunión a las 11, la posibilidad de concretar un paro de trenes tras el fracaso de la audiencia con el Gobierno, particularmente con Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE). 

Las negociaciones salariales no avanzaron y los representantes de las empresas ferroviarias no presentaron ninguna contraoferta, según los trabajadores del ferrocarril.

En ese sentido, tras la finalización de la conciliación obligatoria dispuesta por la Secretaría de Trabajo, el sindicato que lidera Omar Maturano quedó en libertad de acción para impulsar medidas de fuerza.

¿Paro de trenes? El gremio definirá este martes

Omar Maturano, junto con Ariel Coria y Sebastián Maturano, participaron de la reunión en la que manifestaron su rechazo ante la falta de avances en las negociaciones salariales.

Las propuestas de aumento, del 1% en noviembre y del 2,5% en diciembre, fueron calificadas como insuficientes para atender las demandas de los trabajadores del sector ferroviario.  

La Fraternidad emitió un comunicado en el que expresaba su descontento. "No fue posible alcanzar un acuerdo acerca de la recomposición de nuestros salarios. La representación empresarial volvió a ratificar su anterior propuesta, la cual fue rechazada", aseguraron.

Según el sindicato, la oferta salarial "devalúa los ingresos del personal de conducción de trenes, agravando el mérito, la idoneidad, la profesionalidad y responsabilidad de nuestro trabajo, poniendo en riesgo la paz social con su conducta arbitraria".

El último paro nacional de 24 horas se había dispuesto para el 18 de diciembre pasado, pero fue suspendido luego de que la Secretaría de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que obliga a las partes en conflicto a negociar y a retrotraer las medidas que entorpezcan las tratativas.  

En ocasiones anteriores, La Fraternidad había dispuesto distintas medidas de protesta, como el tránsito a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Esto se hizo en protesta por las condiciones del material rodante y el estado de las vías: si bien los servicios se prestaron, la lentitud de los desplazamientos fue tal que hubo gran cantidad de demoras y cancelaciones.