“No podemos esperar más”: alcaldes de Huesca piden medidas urgentes por el repunte de los accidentes de tráfico
El inicio de año ha sido trágico en las carreteras aragonesas, con cuatro fallecidos en una semana, y localidades atravesadas por estas vías reclaman soluciones para un problema enquistado en el tiempo Aragón es la comunidad en la que más ha aumentado la criminalidad en 2024 El inicio de 2025 ha sido trágico para las carreteras de Aragón. Sobre todo en la provincia de Huesca, donde se registraron cuatro fallecimientos en tan solo una semana. Este panorama pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar los puntos negros en la red vial de la comunidad, lugares especialmente peligrosos que concentran un elevado número de accidentes de tráfico. Varios alcaldes de localidades que lindan con estas vías se han reunido y elevan la voz en busca de soluciones para un problema que no es puntual. El pasado 15 de enero, un conductor de 71 años falleció en la carretera N-230, a la altura de Puente de Montañana, tras salirse de la vía y caer por una pendiente de 20 metros. Tan solo unos días antes, el 9 de enero, dos hombres perdieron la vida en incidentes separados. Un conductor de 85 años murió al despeñarse su vehículo en la A-2208, cerca de Hoz y Costean, mientras que un camionero de 63 años falleció en la AP-2, en las inmediaciones de Fraga, al volcar el camión que conducía. Posteriormente, el 12 de enero, un hombre de 51 años perdió la vida en la A-131, en el término municipal de Sesa, al salirse de la vía y chocar contra un árbol. Estos accidentes, que han conmocionado a la opinión pública, subrayan la urgencia de mejorar la seguridad vial en Aragón y de abordar los tramos peligrosos de su red viaria. Los puntos negros que identifican tramos con una alta concentración de accidentes de tráfico se congregan en la N-240, la A-23 o la N-232. La primera carretera ha sido escenario de múltiples accidentes mortales, especialmente en los términos municipales de Huesca, Siétamo y Angües. A pesar de las inversiones realizadas en su mejora, sigue siendo una de las vías más peligrosas de la región. La A-23, autovía que conecta Zaragoza con el Pirineo, también concentra un alto número de siniestros, especialmente en tramos con curvas pronunciadas o donde el volumen de tráfico pesado es elevado. La N-232, carretera que atraviesa Aragón de este a oeste, presenta numerosos puntos de riesgo debido a su trazado y al elevado tránsito de vehículos. También la A-131, que conecta Huesca con Sariñena y Fraga, genera problemas. Más de una decena de ayuntamientos han unido esfuerzos para reclamar de manera conjunta al Gobierno de Aragón el arreglo “inmediato” de esta carretera, que presenta graves deficiencias en el firme del tramo comprendido entre Huerto y Monflorite, con varios baches y sin apenas arcén. El Ayuntamiento de Sesa ha tomado la iniciativa tras el accidente del 12 de enero y se han sumado los primeros ediles de Albero Alto, Huerto, Peralta de Alcofea, Novales, Monflorite o Piracés. La lista se ampliará con otros consistorios en un frente común para solicitar a la dirección general de Carreteras del ejecutivo autonómico una intervención que es “urgente y prioritaria”. La alcaldesa de Sesa, Sonia Blanco, explica que esta es “una reivindicación de hace muchos años” y que las obras son “necesarias de inmediato” en pos de “unas condiciones mínimas de seguridad”: “No podemos esperar más, ha de ser una prioridad. Las salidas de la carretera son frecuentes debido a la estrechez de ciertos tramos sin arcén y los grandes baches, con curvas sin visibilidad que provocan la invasión del carril contrario con el peligro que conlleva”. Blanco recuerda que esta vía es un “eje vertebrador” de la provincia de Huesca sobre la que se ha actuado de manera “puntual” y que asimismo soporta tráfico pesado. Todavía quedan por acondicionarse 16 kilómetros distribuidos entre las poblaciones de Huerto y Sesa, Sesa y Novales, y Albero Alto y Monflorite. Numerosas carreteras aragonesas no cuentan todavía con diseños adaptados al volumen y tipo de tráfico actual, lo que incrementa el riesgo de accidentes. A este factor se añaden las condiciones meteorológicas, con nieblas frecuentes en invierno y lluvias intensas que reducen la visibilidad y aumentan las posibilidades de accidentes. Factores como el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol o las distracciones al volante son determinantes en muchos accidentes, y aunque se han realizado mejoras en algunos tramos, muchas carreteras siguen esperando inversiones para su modernización. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2024 se registraron 55 fallecimientos por accidentes de tráfico en Aragón, uno más que en 2023. De estos, 45 ocurrieron en vías convencionales, mientras que el resto tuvieron lugar en autovías y autopistas. Once más, en vías urbanas. La provincia de Huesca concentró un elevado porcentaje de estos accidentes, debido a su ext
El inicio de año ha sido trágico en las carreteras aragonesas, con cuatro fallecidos en una semana, y localidades atravesadas por estas vías reclaman soluciones para un problema enquistado en el tiempo
Aragón es la comunidad en la que más ha aumentado la criminalidad en 2024
El inicio de 2025 ha sido trágico para las carreteras de Aragón. Sobre todo en la provincia de Huesca, donde se registraron cuatro fallecimientos en tan solo una semana. Este panorama pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar los puntos negros en la red vial de la comunidad, lugares especialmente peligrosos que concentran un elevado número de accidentes de tráfico. Varios alcaldes de localidades que lindan con estas vías se han reunido y elevan la voz en busca de soluciones para un problema que no es puntual.
El pasado 15 de enero, un conductor de 71 años falleció en la carretera N-230, a la altura de Puente de Montañana, tras salirse de la vía y caer por una pendiente de 20 metros. Tan solo unos días antes, el 9 de enero, dos hombres perdieron la vida en incidentes separados. Un conductor de 85 años murió al despeñarse su vehículo en la A-2208, cerca de Hoz y Costean, mientras que un camionero de 63 años falleció en la AP-2, en las inmediaciones de Fraga, al volcar el camión que conducía. Posteriormente, el 12 de enero, un hombre de 51 años perdió la vida en la A-131, en el término municipal de Sesa, al salirse de la vía y chocar contra un árbol.
Estos accidentes, que han conmocionado a la opinión pública, subrayan la urgencia de mejorar la seguridad vial en Aragón y de abordar los tramos peligrosos de su red viaria. Los puntos negros que identifican tramos con una alta concentración de accidentes de tráfico se congregan en la N-240, la A-23 o la N-232.
La primera carretera ha sido escenario de múltiples accidentes mortales, especialmente en los términos municipales de Huesca, Siétamo y Angües. A pesar de las inversiones realizadas en su mejora, sigue siendo una de las vías más peligrosas de la región. La A-23, autovía que conecta Zaragoza con el Pirineo, también concentra un alto número de siniestros, especialmente en tramos con curvas pronunciadas o donde el volumen de tráfico pesado es elevado. La N-232, carretera que atraviesa Aragón de este a oeste, presenta numerosos puntos de riesgo debido a su trazado y al elevado tránsito de vehículos.
También la A-131, que conecta Huesca con Sariñena y Fraga, genera problemas. Más de una decena de ayuntamientos han unido esfuerzos para reclamar de manera conjunta al Gobierno de Aragón el arreglo “inmediato” de esta carretera, que presenta graves deficiencias en el firme del tramo comprendido entre Huerto y Monflorite, con varios baches y sin apenas arcén. El Ayuntamiento de Sesa ha tomado la iniciativa tras el accidente del 12 de enero y se han sumado los primeros ediles de Albero Alto, Huerto, Peralta de Alcofea, Novales, Monflorite o Piracés. La lista se ampliará con otros consistorios en un frente común para solicitar a la dirección general de Carreteras del ejecutivo autonómico una intervención que es “urgente y prioritaria”.
La alcaldesa de Sesa, Sonia Blanco, explica que esta es “una reivindicación de hace muchos años” y que las obras son “necesarias de inmediato” en pos de “unas condiciones mínimas de seguridad”: “No podemos esperar más, ha de ser una prioridad. Las salidas de la carretera son frecuentes debido a la estrechez de ciertos tramos sin arcén y los grandes baches, con curvas sin visibilidad que provocan la invasión del carril contrario con el peligro que conlleva”.
Blanco recuerda que esta vía es un “eje vertebrador” de la provincia de Huesca sobre la que se ha actuado de manera “puntual” y que asimismo soporta tráfico pesado. Todavía quedan por acondicionarse 16 kilómetros distribuidos entre las poblaciones de Huerto y Sesa, Sesa y Novales, y Albero Alto y Monflorite.
Numerosas carreteras aragonesas no cuentan todavía con diseños adaptados al volumen y tipo de tráfico actual, lo que incrementa el riesgo de accidentes. A este factor se añaden las condiciones meteorológicas, con nieblas frecuentes en invierno y lluvias intensas que reducen la visibilidad y aumentan las posibilidades de accidentes. Factores como el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol o las distracciones al volante son determinantes en muchos accidentes, y aunque se han realizado mejoras en algunos tramos, muchas carreteras siguen esperando inversiones para su modernización.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2024 se registraron 55 fallecimientos por accidentes de tráfico en Aragón, uno más que en 2023. De estos, 45 ocurrieron en vías convencionales, mientras que el resto tuvieron lugar en autovías y autopistas. Once más, en vías urbanas.
La provincia de Huesca concentró un elevado porcentaje de estos accidentes, debido a su extensa red de carreteras secundarias y al aumento del tráfico durante los meses de invierno, cuando los turistas acuden a las estaciones de esquí del Pirineo. Además, la presencia de vehículos pesados en tramos como la N-240 y la N-232 agrava la situación.
Para reducir la siniestralidad en los puntos negros de Aragón, fuentes del Gobierno de Aragón recuerdan que el Plan General de Carreteras de Aragón 2013-2024 incluye medidas para el mantenimiento y la modernización de la red vial, aunque su aplicación ha sido lenta debido a restricciones presupuestarias. En los últimos años se han destinado fondos para mejorar carreteras como la N-240, donde se han invertido 5,6 millones de euros en asfaltado y señalización. Sin embargo, estas inversiones no han sido suficientes para eliminar completamente los puntos negros.
Se han instalado radares en tramos peligrosos para disuadir a los conductores de exceder los límites de velocidad. Y tanto la DGT como el Gobierno de Aragón han lanzado campañas para sensibilizar a los conductores sobre los riesgos de la conducción temeraria y el consumo de alcohol.
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