Los tres tipos de enfermedades que podrías padecer si te aclaras la garganta continuamente
El gesto recurrente de intentar despejar la garganta puede ocultar algún trastorno de salud de base, que conviene descubrir para poder atajarlo cuanto antes.
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Cuando hablamos de aclaramiento de garganta nos referimos a la respuesta funcional de toser o hacer un pequeño ruido para intentar eliminar la mucosidad o irritación de la garganta. Es un bucle, cuanta más irritación más carraspera, y viceversa. En la mayoría de los casos se trata de un acto reflejo al sentir que algo nos molesta al tragar o respirar por la boca. Esta situación puede deberse a un catarro, en el que realmente existe mucosidad, a una alergia (al polen, el polvo, el pelo de las mascotas), o a algunas causas ocultas. La garganta se inflama, aumenta la producción de mucosidad, y llega la carraspera.
La denominada 'carraspera' puede deberse a muchas circunstancias diferentes, y si se prolonga en el tiempo conviene consultar al médico con el objeto de encontrar la causa. Según publican los expertos de la Universidad de Harvard, existen fundamentalmente tres causas, las más comunes, que provocan esa necesidad de aclaramiento constante de la garganta.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
El denominado reflujo gástrico puede provocar irritación de la garganta, con la sensación para el paciente de que necesita aclarar la garganta constantemente. Esta patología, y su reflejo en la garganta, sucede cuando los ácidos del estómago suben por el esófago y llegan hasta la garganta, irritándola.
En este caso, podría darse la circunstancia de no sentir el ardor típico, a pesar de que se esté produciendo el reflujo. Sea cual sea el caso, el tratamiento pasa por limitar las grasas en nuestro plan de alimentación, así como excitantes (café), cítricos o el chocolate. A la hora de irnos a dormir, aparte de haber hecho correctamente la digestión, una medida que suele funcionar para el reflujo gástrico es mantener la cabeza algo elevada con respecto al resto del cuerpo, para evitar la desagradable sensación de carraspera nocturna que nos impida descansar.
La dificultad para tragar los alimentos debido a anomalías estructurales o neurológicas del esófago puede provocar también la regurgitación de partículas de alimentos. La irritación resultante de la garganta conduce a un aclaramiento excesivo de la garganta.
Goteo nasal o síndrome de tos de las vías respiratorias superiores
Perfectamente conectadas están las fosas nasales y la garganta, por lo que otra de las causas habituales de carraspera recurrente es el goteo nasal posterior, también llamado síndrome de tos de las vías respiratorias superiores. El drenaje nasal en la parte posterior de la garganta causa irritación que comúnmente resulta en tos crónica y carraspeo.
En época de cambios de temperatura, sobre todo en los meses fríos, puede suceder que las secreciones mucosas de la nariz o los senos paranasales vayan bajando por la garganta y causen molestias a su paso. Esta causa puede estar asociada, según los expertos, a infecciones virales o bacterianas del tracto respiratorio superior: a una rinitis de base, o bien a la sinusitis (los senos paranasales se hincha o se inflama). La sinusitis puede ser crónica, y la bronquitis crónica o el asma también pueden contribuir a la irritación de garganta.
En el caso de que la causa sea el goteo nasal, puede aliviarse mediante irrigaciones nasales con agua salada, muy eficaz para eliminar la mucosidad excesiva. En una fase más importante de estas patologías, puede hacerse necesario recurrir a los antihistamínicos o a los corticosteroides nasales.
El humo del tabaco y el aclaramiento crónico de garganta
Otro de los desencadenantes más habituales de la irritación de garganta más o menos crónica es el humo del tabaco. Igualmente la contaminación puede provocar ese aclaramiento persistente, que afecta en mayor número a las mujeres fumadoras que a los hombres.
Para combatir estos síntomas, en el caso del tabaco, la solución consiste en eliminar la exposición a los factores irritantes. Dejar el hábito tabáquico puede generar una mejoría significativa al cabo de dos o tres meses. Incluso, muchos expertos hablan de los beneficios que el organismo asume desde el día siguiente a haber dejado de fumar.