‘Lo de Doncic a Lakers’: tres semanas de gestación y alto secreto
Kobe Bryant como carta de apertura. Una amistad con vínculo conector. Y una operación imposible que sería con los Lakers de Rob Pelinka o con nadie más. Source: NBAManiacs La entrada ‘Lo de Doncic a Lakers’: tres semanas de gestación y alto secreto se publicó primero en NBAManiacs.
No se renuncia a un jugador como Luka Doncic así como así. Por más que sea el menos diligente de los fofisanos.
Nico Harrison no amaneció la mañana del 2 de febrero tras un sueño revelador que le impulsó a telefonear a Rob Pelinka, su homólogo en los Lakers, y ofrecerle a un top-5 del mundo en bandeja de plata.
Era tan absurdo como inconcebible. Y aunque es discutible si el traspaso, desde la perspectiva de la afición de Dallas, carece de sentido común, lo que no iba a ser en ningún caso era un sinsentido profesional fruto de un episodio de locura transitoria o de una mala mañana en la oficina.
El traspaso de Luka Doncic a Los Ángeles Lakers tuvo su primer borrador en la tarde del 7 de enero, gestándose desde entonces bajo la más celosa de las confidencialidades.
Y todo arranca aprovechando un vuelo de avión a Dallas (el de los Lakers) y la oportunidad de que dos personas se encontrasen físicamente cara a cara: Nico Harrison y Rob Pelinka. Quienes además de general manager de sus respectivas franquicias, también resultan ser buenos amigos desde mucho tiempo atrás.
Desde los tiempos de Nike
En la pieza de ayer ya echamos una breve mirada al CV de Harrison, el cual cuenta con un brillante pasado como ejecutivo en Nike y fruto del cual llegó a representar y defender los intereses comerciales de Michael Finley, Dirk Nowitzki o Tim Duncan, y más adelante llegaría a trabajar en diversos acuerdos con Michael Jordan y Kobe Bryant.
También incurrió en lo que ahora sólo se recuerda como una anécdota pero en su momento se catalogó como una de las mayores meteduras de pata en el mundo de los negocios, y por la que Nike dejaría de ganar una cantidad ingente de millones de dólares.
La pifia de ‘Steven Curry’
En 2013, una estrella emergente de nombre Stephen Curry andaba a la búsqueda de una empresa de zapatillas que lo representara. Nike fijó una reunión con él y Nico Harrison fue el elegido para llevar la presentación.
Pero en lugar de una reunión que dejase a Steph encandilado y deseoso de estampar su firma, lo que se encontró fue una presentación que originalmente estaba hecha para Kevin Durant y simplemente habían reciclado, y un Harrison que habría estado dirigiéndose a él como «Steven» durante toda la reunión.
Y una cosa más: a Stephen no le ofrecieron su propia línea de calzado dentro de la marca.
Lo que pasó luego, es historia. El base de GSW firmó con Under Armour, quienes en 2020 le diseñaron un modelo exclusivo, Curry ganó cuatro anillos de la NBA y a día de hoy se estiman beneficios aproximados de 250 millones de dólares sólo en la venta de su línea de zapatillas.
Este traspiés laboral no fue óbice, sin embargo, para que Harrison lograse años después convencer a los Mavericks de que él era el candidato idóneo para suceder a Donnie Nelson, general manager de la franquicia durante los anteriores dieciséis años.
De lo profesional, lo personal
Harrison era (y es) una persona de gran talante, fuerte carácter y con muy buenos contactos forjados durante su larga etapa en Nike. Y uno de ellos, comenzó en contacto pero se fue convirtiendo en algo que casi podría llegar a catalogarse como amistad. Rob Pelinka.
Pelinka era una persona muy conocida dentro del círculo. Es lo que sucede cuando has sido agente de jugadores de la talla de Kevin Durant, y sin embargo por quien se te reconoce es por otro cliente que es aún mayor: Kobe Bryant.
La leyenda de los Lakers fue el nexo inicial de unión que empujó a Harrison y Pelinka a tener llamadas habituales, dando lugar a una relación que fue creciendo y ahondando en sus raíces con el paso de los años.
Y fue esa cercanía, esa complicidad y la certeza de que lo que le iba a contar Harrison a Pelinka — aquella noche del 7 de enero– sería bajo absoluto secreto de confesión, lo que animó al GM de Dallas a exponer al GM de Lakers una profunda preocupación.
Cientos de millones y un ídem de dudas
El verano se acercaba, y con él un inevitable acuerdo de extensión multimillonario por que el Luka Doncic quedaría vinculado a la franquicia tejana por el próximo lustro, entregándole así los que iban a ser, posiblemente, los mejores años de baloncesto madurado de toda su carrera profesional.
A priori, todo rodado. Un mero trámite de unas cuantas firmas y apretones de manos.
No para Harrison. El GM de los Mavs, dudaba.
Dudaba de la salud de Doncic. De la ética de Doncic. Y de las condiciones baloncestísticas de Doncic (one-way player) para hacer de los Mavericks una franquicia ganadora en los próximos años. Y así se lo expuso a su amigo Rob.
El permiso de ‘los jefes’
Y lo que en un principio no era más que un ‘necesitaba soltarlo’, con el paso de los días fue tomando forma corpórea y por el que ambas partes empezaron a perpetrar un principio de acuerdo. Y lo que era un secreto a dos bandas pasó a serlo a cuatro, cuando los dueños Patrick Dumont y Jeanie Buss fueron puestos en aviso de lo que ya era algo mucho más que un simple y húmedo hipotético.
La venta de Luka Doncic a Lakers a cambio de Anthony Davis era algo que podía pasar. Que ambos GM querían que pasase; y un acuerdo de tal impacto, trascendiendo con mucho lo meramente deportivo, necesitaba del visto bueno y la aprobación de los mandamases. Los propietarios de las franquicias.
Una vez tuvieron su ‘OK’, sólo quedó peinar los flecos del acuerdo y dejar que Shams Charania lo filtrase al mundo mientras, las versiones oficiales, aseguran que ni Davis, ni Doncic ni tampoco Jason Kidd o LeBron James, supieron nada de esto hasta minutos u horas antes de que se enterase el mundo entero.
O a Lakers o (puede que) nada
Un acuerdo inimaginbale y que probablemente jamás se hubiese dado sin una estrecha relación de por medio.
Tal vez, consecuencia directa de la amistad e influenciado Harrison por la misma, es por lo que Doncic ha salido ‘tan barato’ para muchos. Pero también, sin tal amistad (y con Mark Cuban todavía a los mandos y no la familia Adelson), nadie hubiese sabido nunca de las dudas internas de Harrison y, una de dos:
- Harrison hubiese reculado y decidido no ofrecerle a Doncic el supermáximo, provocando su salida a cambio de nada (o un mal sign-and-trade) desperdiciando la oportunidad de traer a un Anthony Davis todavía en su prime.
- Doncic jamás se hubiese movido de Dallas, construyendo un legado inolvidable de leyenda.
Lo que 99 de cada 100 personas a las que preguntes, opinan que debía de ser.
(Fotografía de portada de Robert Hanashiro-Imagn Image)
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