La ‘jugarreta’ definitiva de Rob Pelinka a Nico Harrison

No han pasado ni 48 horas del traspaso de Luka Doncic a Los Angeles Lakers (y Anthony Davis a los Dallas Mavericks) y esta y todas las webs están copadas de textos dedicados al tema. Enrique Bajo, nuestro plumilla más ilustre, ya le ha dedicado dos señores artículos. Uno y dos. Sin embargo, queda mucho que escribir y revelar del proceso, causas y consecuencias de uno de los traspasos más increíbles de la historia del deporte.

Kirk Goldsberry, normalmente afincado en el análisis estadístico del juego y la topografía del tiro, cuenta un detalle tremendamente interesante hoy en The Ringer. Junto a Bill Simmons, el que fuese estadista oficial de la NBA y ESPN, relata que la petición inicial de Nico Harrison a Rob Pelinka era mayor a la que se terminó traspasando. A saber: Dalton Knecht y múltiples elecciones de primera ronda que los Lakers conseguirían con las suyas propias y la ayuda de otro(s) equipos. Finalmente acabó soltando a Davis, MAx Christie y una primera ronda.

El comillo de Pelinka

Fue entonces cuando Pelinka jugó a ser Dios con el propio pecado que ya había cometido Harrison. Vender a Luka como material defectuoso. El presidente de operaciones de los Lakers le hizo ver a su homónimo de los Mavs que, si su preocupación con Doncic y su futuro estado físico era tal, aquello era demasiado caro.

Goldsberry añade el hecho de que fue Pelinka quien persuadió a Harrison de no arrojar a Doncic al mercado y mantener en secreto la negociación con Lakers. Para lo cual definió a Anthony Davis como el mejor jugador para «ganar ahora» que podría encontrar. Filtraciones como estas van a bañar los medios en los próximos días y semanas. Pero parece difícil que alguna de ellas vaya a dejar en buen lugar al enemigo público número uno de la ciudad de Dallas en estos momentos.

(Fotografía de portada de Kirby Lee-Imagn Images)