La fuerte reacción del mundo árabe tras los dichos de Trump sobre controlar Gaza
Arabia Saudita, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, rechazó el desplazamiento de palestinos.
Los planes de Donald Trump para que Estados Unidos tome el control de Gaza han sido recibidos con ira y consternación en todo el mundo árabe, y han hecho temer que se reavive el conflicto en la región.
Arabia Saudita, considerada el aliado más cercano de Trump en la región del Golfo y rica en petróleo, se apresuró a denunciar los planes del presidente estadounidense después de que éste anunciara el martes por la noche que Washington debía "tomar el control" de la devastada Franja de Gaza y que sus 2,2 millones de habitantes palestinos debían ser reasentados.
Otros aliados de EE.UU. en Medio Oriente y Europa también rechazaron el plan para Gaza, cuyos territorios están en ruinas tras más de un año de guerra entre Israel y Hamás, mientras que los líderes palestinos afirmaron que desafiarían cualquier intento de expulsarlos de sus tierras.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita dijo este miércoles que el país "no establecería relaciones diplomáticas con Israel" sin un Estado palestino independiente, añadiendo que su posición era "no negociable y no sujeta a compromisos".
Tras negociar acuerdos de normalización entre Israel y los Estados del Golfo, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, durante su primer mandato, se esperaba que Trump buscara un acuerdo entre Israel y Arabia Saudita.
Pero la guerra de Israel en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, endureció la actitud de Riad hacia Israel y le hizo reafirmar su compromiso con un Estado palestino independiente. El príncipe heredero, Mohammed bin Salman, ha calificado previamente la ofensiva israelí, que mató a unas 47.000 personas en Gaza, como un "genocidio".
El rey Abdalá de Jordania subrayó este miércoles "la necesidad de poner fin a la expansión de los asentamientos, expresando su rechazo a cualquier intento de anexionarse tierras y desplazar a los palestinos", según publicó la corte real del reino en X.
Los vecinos Jordania y Egipto han rechazado anteriormente la sugerencia de Trump de que deberían aceptar a los refugiados palestinos desplazados.
Tras las declaraciones de Trump, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Badr Abdelatty, afirmó que era importante acelerar la entrega de ayuda a Gaza "sin que los palestinos abandonen la Franja de Gaza, especialmente dado el apego a su tierra y su negativa a irse".
Badr Albusaidi, ministro de Relaciones Exteriores de Omán, dijo que "cualquier intento de reasentamiento forzoso sería un crimen muy grave" que "también condenaría a la región a un estado de inestabilidad perpetua".
Los Estados árabes rechazan desde hace tiempo cualquier nueva expulsión de palestinos. El éxodo de palestinos durante la creación de Israel en 1948, conocido por los palestinos como la Nakba o catástrofe, creó olas de desplazamientos hacia los países vecinos y desencadenó años de inestabilidad en la región.
La negativa del presidente estadounidense esta semana a descartar el uso de soldados estadounidenses para asegurar Gaza reavivará los recuerdos de la desastrosa invasión y ocupación estadounidense de Irak en 2003, que desestabilizó aún más la región y mancilló la reputación de EE.UU. en Medio Oriente.
El canciller turco, Hakan Fidan, calificó de "inaceptables" los dichos de Trump sobre Gaza. "Ni nosotros ni la región aceptaríamos una deportación de Gaza. ¿Por qué presentar propuestas que no detienen el conflicto sino que traerán más conflicto?", añadió en declaraciones a la agencia estatal turca Anadolu.
Hamás, el grupo que controla Gaza desde 2007, afirmó que las "irresponsables" declaraciones de Trump eran "agresivas para nuestro pueblo y nuestra causa, no servirán a la estabilidad de la región y sólo echarán leña al fuego".
Pidió a la Liga Árabe, a la Organización de Cooperación Islámica y a la ONU "que se reúnan urgentemente... y adopten una postura firme e histórica que preserve los derechos nacionales del pueblo palestino".
Abdelatty, el canciller de Egipto, le pidió a la Autoridad Palestina (AP), que ejerce un autogobierno limitado en partes de Cisjordania ocupada, que asumiera la responsabilidad de Gaza. Las declaraciones fueron hechas tras reunirse con Mohammad Mustafa, su homólogo de la AP.
Mahmoud Abbas, presidente de la AP, denunció lo que calificó de "grave violación del derecho internacional", argumentando que sólo una solución de dos Estados traería la paz y la estabilidad a la región. Y añadió: "No permitiremos que se vulneren los derechos de nuestro pueblo, por los que hemos luchado durante décadas y hemos hecho grandes sacrificios para conseguirlos".
Los aliados europeos de EE.UU. e Israel parecieron rechazar la propuesta de Trump para la Franja de Gaza.
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, dijo que a los palestinos de Gaza "se les debe permitir volver a casa, se les debe permitir reconstruir, y debemos estar con ellos en esa reconstrucción, en el camino hacia una solución de dos Estados".
En su intervención ante los miembros del Parlamento este miércoles, Starmer evitó criticar directamente a Trump, pero evocó "la imagen de miles de palestinos caminando, literalmente caminando entre los escombros, para tratar de encontrar sus hogares y sus comunidades en Gaza" y pidió un alto el fuego "sostenido" en el enclave.