La deriva de la perla del Caribe, Cuba

Cuba lleva más de 60 años acumulando miradas del resto del mundo. La perla del Caribe, que se impuso al "imperialismo yanki" - como decía Fidel Castro -, ha tenido una historia única, cambiando drásticamente de década en década. Actualmente, el país vive una situación crítica. Con un gobierno en dejación de funciones al que ya solo le queda asegurar la comodidad de sus últimos dirigentes, que siguen viviendo de una idea que, si en algún momento fue justa y sirvió para liberar al pueblo cubano la dictadura de Fulgencio Batista, finalmente terminó devorándose a sí misma. Con una pérdida de poder adquisitivo inédita para sus habitantes, que les lleva a vivir al día. Con una infraestructura y logística colapsadas, mientras al turista no le falta de nada. Sin embargo, Cuba cuenta con un capital humano que no se puede encontrar en ninguna otra parte del mundo. Con un pueblo orgulloso de sus raíces mestizas y tradiciones criollas, talentoso, culto, acogedor y con una habilidad artística envolvente. En cada calle de la Habana suena la música y la voz de una gente que ya no tiene miedo a hablar. Una consecuencia del hastío de la población y de la debilidad palpable del régimen. Si algo bueno tuvo la revolución cubana, fue la alfabetización total del país, con una educación universal y gratuita que consiguió reducir la desigualdad entre clases sociales y regiones. Es de lo poco que aún a día de hoy agradecen los cubanos, sobre todo las generaciones más avanzadas que, de otra forma, no hubiesen podido permitirse ir a la universidad. La represión en cuanto a la libertad de expresión fue la otra cara del inicio de la nueva dictadura, un tiempo en el que los cubanos se acostumbraron a hablar a través de metáforas. En Santa Clara se siguen haciendo desfiles por el día de la Victoria los 6 de enero, pero la realidad latente es que el régimen castrista se encuentra claramente deteriorado. El presidente, Miguel Díaz Canel, no tiene el carisma que un día pudo inspirar a parte de la población cubana que sí tuvo Fidel Castro, o incluso, aunque en menor medida, Raúl Castro. De hecho, los cubanos aseguran que es este último, el pequeño de los Castro, quien sigue moviendo los hilos del gobierno actual, el cual no termina de atinar con medidas realistas que acaben con la situación crítica del pueblo cubano, que sobrevive tratando de esquivar el hambre y normalizando los apagones de electricidad. La desigualdad que un día se redujo ahora amenaza con volver, ya que la dolarización parcial, como "nuevo invento" para resucitar la castigada economía cubana, amaga con ampliar la brecha entre quienes pueden acceder a dólares y quienes no. El Gobierno se sacude así la responsabilidad de gestionar el bienestar básico de los ciudadanos cubanos, que viven en la mayoría de ocasiones de lo que sus familiares les envían desde el exterior. Tema a parte es el embargo de Estados Unidos sobre Cuba, vigente por casi seis...

Ene 26, 2025 - 21:11
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La deriva de la perla del Caribe, Cuba
Cuba lleva más de 60 años acumulando miradas del resto del mundo. La perla del Caribe, que se impuso al "imperialismo yanki" - como decía Fidel Castro -, ha tenido una historia única, cambiando drásticamente de década en década. Actualmente, el país vive una situación crítica. Con un gobierno en dejación de funciones al que ya solo le queda asegurar la comodidad de sus últimos dirigentes, que siguen viviendo de una idea que, si en algún momento fue justa y sirvió para liberar al pueblo cubano la dictadura de Fulgencio Batista, finalmente terminó devorándose a sí misma. Con una pérdida de poder adquisitivo inédita para sus habitantes, que les lleva a vivir al día. Con una infraestructura y logística colapsadas, mientras al turista no le falta de nada. Sin embargo, Cuba cuenta con un capital humano que no se puede encontrar en ninguna otra parte del mundo. Con un pueblo orgulloso de sus raíces mestizas y tradiciones criollas, talentoso, culto, acogedor y con una habilidad artística envolvente. En cada calle de la Habana suena la música y la voz de una gente que ya no tiene miedo a hablar. Una consecuencia del hastío de la población y de la debilidad palpable del régimen. Si algo bueno tuvo la revolución cubana, fue la alfabetización total del país, con una educación universal y gratuita que consiguió reducir la desigualdad entre clases sociales y regiones. Es de lo poco que aún a día de hoy agradecen los cubanos, sobre todo las generaciones más avanzadas que, de otra forma, no hubiesen podido permitirse ir a la universidad. La represión en cuanto a la libertad de expresión fue la otra cara del inicio de la nueva dictadura, un tiempo en el que los cubanos se acostumbraron a hablar a través de metáforas. En Santa Clara se siguen haciendo desfiles por el día de la Victoria los 6 de enero, pero la realidad latente es que el régimen castrista se encuentra claramente deteriorado. El presidente, Miguel Díaz Canel, no tiene el carisma que un día pudo inspirar a parte de la población cubana que sí tuvo Fidel Castro, o incluso, aunque en menor medida, Raúl Castro. De hecho, los cubanos aseguran que es este último, el pequeño de los Castro, quien sigue moviendo los hilos del gobierno actual, el cual no termina de atinar con medidas realistas que acaben con la situación crítica del pueblo cubano, que sobrevive tratando de esquivar el hambre y normalizando los apagones de electricidad. La desigualdad que un día se redujo ahora amenaza con volver, ya que la dolarización parcial, como "nuevo invento" para resucitar la castigada economía cubana, amaga con ampliar la brecha entre quienes pueden acceder a dólares y quienes no. El Gobierno se sacude así la responsabilidad de gestionar el bienestar básico de los ciudadanos cubanos, que viven en la mayoría de ocasiones de lo que sus familiares les envían desde el exterior. Tema a parte es el embargo de Estados Unidos sobre Cuba, vigente por casi seis...