Juana Rivas vuelve a recurrir a la justicia, esta vez para denunciar «violencia vicaria y violencia psíquica habitual»
Mientras un tribunal de Cagliari (Italia) se pronuncia sobre quién debe tener la custodia sobre Daniel Arcuri , un chico de once años, su madre, Juana Rivas , ha vuelto a recurrir a los tribunales para interponer una nueva denuncia contra Francesco Arcuri , quien fue su pareja y el padre de Daniel y otro hijo, llamado Gabriel, que ahora tiene 18 años. Daniel también firma la denuncia que ahora se presenta en la oficina de registro y reparto, para que la reciba el juzgado al que le corresponda por turno. Es una denuncia por violencia de género vicaria en forma de delito de violencia psíquica habitual , por un delito de lesiones y «por cualesquiera otros delitos que se descubran en el curso de la instrucción». Porque la demanda de Rivas es, de hecho, un resumen de lo ocurrido desde nada menos que el año 2009, cuando Arcuri fue condenado por «violencia física» sobre la que entonces era su pareja por el Juzgado de lo Penal número 2 de Granada. A partir de ahí, hace un recorrido histórico y cronológico por la ya larguísima historia que les ha llevado una y otra vez a los juzgados. Menciona, por ejemplo, las «agresiones» que sufrió mientras vivía con Arcuri en Italia, país que abandonó en 2016 porque «no podía soportarlo más» , y también que sus hijos, que se vinieron con ella, tuvieron que volver con su padre en 2017 «en un acto de arrancamiento y sufrimiento extremo» para ellos. Ella fue condenada por secuestro, entró en prisión y fue indultada. Exponer todos y cada uno de los puntos de la denuncia, de 22 folios, es demasiado prolijo, y más aún cuando entra en asuntos espinosos como inhibiciones y recusaciones de jueces. Juana Rivas, en resumen, propone la apertura de diversas diligencias de investigación , que también significan un resumen de lo acontecido hasta ahora porque, entre otras cosas, pide que se incorporen «todos los documentos» que acompañan a la denuncia y que se remontan hasta el principio del conflicto. Además, reclama que el juzgado al que le corresponda el caso le tome declaración, así como a su hijo y también demandante y a Francesco Arcuri, para el que pide que se incorpore a la causa su «hoja histórico penal» . En cuanto al menor, Daniel, la sugerencia de Juana Rivas es que se le haga una exploración. Al abrir este nuevo frente judicial, que el abogado de Rivas, Carlos Aránguez , espera que llegue hasta el Tribunal Supremo «pues creemos que debe formarse un adecuado acervo jurisprudencial sobre un problema de enorme magnitud, hasta ahora ciertamente desatendido». El letrado insiste en que, aunque es el Juzgado de Violencia sobre la Mujer quien debe pronunciarse, no debería hacerlo la magistrada del número 2 en Granada, Aurora Angulo , a quien quiere recusar por su presunta «falta de imparcialidad», porque «sigue archivando las denuncias que le llegan».
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Mientras un tribunal de Cagliari (Italia) se pronuncia sobre quién debe tener la custodia sobre Daniel Arcuri , un chico de once años, su madre, Juana Rivas , ha vuelto a recurrir a los tribunales para interponer una nueva denuncia contra Francesco Arcuri , quien fue su pareja y el padre de Daniel y otro hijo, llamado Gabriel, que ahora tiene 18 años. Daniel también firma la denuncia que ahora se presenta en la oficina de registro y reparto, para que la reciba el juzgado al que le corresponda por turno. Es una denuncia por violencia de género vicaria en forma de delito de violencia psíquica habitual , por un delito de lesiones y «por cualesquiera otros delitos que se descubran en el curso de la instrucción». Porque la demanda de Rivas es, de hecho, un resumen de lo ocurrido desde nada menos que el año 2009, cuando Arcuri fue condenado por «violencia física» sobre la que entonces era su pareja por el Juzgado de lo Penal número 2 de Granada. A partir de ahí, hace un recorrido histórico y cronológico por la ya larguísima historia que les ha llevado una y otra vez a los juzgados. Menciona, por ejemplo, las «agresiones» que sufrió mientras vivía con Arcuri en Italia, país que abandonó en 2016 porque «no podía soportarlo más» , y también que sus hijos, que se vinieron con ella, tuvieron que volver con su padre en 2017 «en un acto de arrancamiento y sufrimiento extremo» para ellos. Ella fue condenada por secuestro, entró en prisión y fue indultada. Exponer todos y cada uno de los puntos de la denuncia, de 22 folios, es demasiado prolijo, y más aún cuando entra en asuntos espinosos como inhibiciones y recusaciones de jueces. Juana Rivas, en resumen, propone la apertura de diversas diligencias de investigación , que también significan un resumen de lo acontecido hasta ahora porque, entre otras cosas, pide que se incorporen «todos los documentos» que acompañan a la denuncia y que se remontan hasta el principio del conflicto. Además, reclama que el juzgado al que le corresponda el caso le tome declaración, así como a su hijo y también demandante y a Francesco Arcuri, para el que pide que se incorpore a la causa su «hoja histórico penal» . En cuanto al menor, Daniel, la sugerencia de Juana Rivas es que se le haga una exploración. Al abrir este nuevo frente judicial, que el abogado de Rivas, Carlos Aránguez , espera que llegue hasta el Tribunal Supremo «pues creemos que debe formarse un adecuado acervo jurisprudencial sobre un problema de enorme magnitud, hasta ahora ciertamente desatendido». El letrado insiste en que, aunque es el Juzgado de Violencia sobre la Mujer quien debe pronunciarse, no debería hacerlo la magistrada del número 2 en Granada, Aurora Angulo , a quien quiere recusar por su presunta «falta de imparcialidad», porque «sigue archivando las denuncias que le llegan».
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