Joel Álvarez, top 15 de la UFC: «A El Fenómeno solo lo saco para pelear, encierro esa violencia bajo llave»
Dice Joel Álvarez que a El Fenómeno hay que encerrarlo bajo llave . El primero es la persona, él en su esplendor; el segundo es un top 15 del peso ligero de la UFC, alguien peligroso, deportivamente hablando. El luchador de artes marciales mixtas (MMA) asturiano se ha ganado el favor del aficionado español y, poco a poco, también lo está haciendo con los que pagan las entradas al otro lado del charco. El gijonés es un tipo sencillo, humilde, que gracias a su estilo de pelea (22 victorias, 22 finalizaciones) ha logrado hacerse un nombre dentro de la élite de su deporte . Tras su última victoria en Tampa (Florida), logró sentarse en la mesa donde comen los atletas importantes de la UFC. Y ahí reposa, mientras descansa con su familia y piensa cuál será su próximo 'disparo', allá por el mes de mayo . Mientras tanto, atienda a ABC MMA para hacer balance de lo que lleva andado, y de lo mucho que queda, todavía, por recorrer. -Después del espectacular KO en diciembre en Tampa, ¿cómo fue tu regreso a la vida 'normal' en Gijón? Imagino que cada vez serás más popular... -La vida es la misma. A mí ya me conocían antes de la UFC, y Gijón no es una ciudad muy grande, no es Madrid, nos conocemos todos como quien dice. Es verdad que cada vez saben más a qué me dedico, pero la vida sigue fluyendo. -Había sido un año muy duro, pero culminó muy bien. ¿Qué fue lo primero que hiciste al llegar a tu casa? -Llegué a casa y mi mujer estaba trabajando y la niña en el colegio. Cogí al perro y me tiré un rato en el sofá a disfrutar un rato. Luego me tocó sacarlo y fui asimilando todo lo que había ocurrido en esos diez últimos días en Florida. Muchas veces no procesamos, pasó y pasó, pero mola ir viendo cómo ha ido todo, como el año comenzó en picado y acabó bien la cosa. El paseo con el perro me llenó bastante. -¿Y qué fue lo primero que comiste? -Creo que fue una caja de helados que había por casa. No lo recuerdo bien porque he comido muchísimo desde que he vuelto (risas). -¿Has notado un crecimiento desde tu última victoria? -En redes sociales sí que me ha subido un montón el número de seguidores, noto que la gente está súper volcada conmigo. Más que apoyo que al deportista, a la persona, y esa es una parte muy bonita. Porque siempre veía que apoyaban a El Fenómeno, no a Joel Álvarez, que son como dos seres distintos. -¿Llega un momento en el que te llegas a confundir de personas? -Para mí es sencillo: yo siempre soy Joel Álvarez. Y El Fenómeno suele ser para el combate, para sacar esa violencia que está encerrada bajo llave. El Fenómeno es ese tío violento, ese tipo torcido que igual me metió a mí en problemas en su momento. Vamos a dejarlo ahí apartado y solo salga cuando tenga que salir. En mi cabeza soy Joel, un tipo guay, tranquilo, colega... Pero para pelear necesito al otro tipo. -¿Ese tipo encerrado bajo llave sale durante el recorte de peso? Es un momento en el que estáis rozando la miseria humana de lo extremo que es el proceso de pérdida de peso. -Sí, es necesario que salga, porque tiene más cojones. Sirve para olvidarme de todo lo bueno y solo pensar en lo voy a hacer y lo voy a conseguir, hay que tirar para adelante. -Hablemos reposadamente del combate contra Drakkar Klose. Hay una estampa que se ha hecho viral en la que tu oponente está con cara de miedo y tú vas yendo a por él hacia delante. ¿Qué pensaste en ese momento? -Es muy rápido todo. En el alto nivel, se nota mucho el lenguaje corporal, cómo se desplazan, cómo reaccionan a tus amagos, en el momento en el que le toqué y le vi asustado, su reacción sabía que iba a ser la de salir hacia ese lado, por eso entré con la rodilla, lo habíamos repasado muchísimo. Hay muchos detalles en esa pelea. Cuando él viene hacia a mí yo le recibo con un gancho al hígado y su cuerpo generó un 'stop' y ahí es cuando arranco con las tres manos, está todo muy estudiado, es muy milimétrico. -Una vez llegaste a casa y asimilaste todo, ¿pudiste hablar con tu mánager, Ali Abdelazziz, para ver cómo veía tu último triunfo? -Sí, hablé con Ali y me dijo que no se me disparase mucho el peso, que estaban muy contentos en UFC conmigo. Le dije que a partir de mayo estaría listo para pelear otra vez. Me dijo que perfecto y que me intentaría mejorar el contrato y hacer una renovación al alza. Todo buenas noticias. -Antes de tu combate con Klose dijiste que harías un combate más en el ligero (70 kilos) y que subirías al peso wélter (77 kilos). Pero entraste en el top 15 de ligero. ¿Has reflexionado al respecto? ¿Crees que podrías estirar un poco más tu estancia en el ligero estando relativamente cerca el cinturón? -Es duro bajar a 70 kilos. Tengo una última bala. La gente me pide que me quede en el ligero, están muy emocionados con todo. Otros me dicen que por mi salud suba de división, que hay más vida después de esto. Voy paso a paso. El siguiente disparo será en 70 kilos. Y después, Dios dirá. Pero si quieren que siga en el ligero tiene que ser muy espaciado, tengo que hacer un recorte de peso
Dice Joel Álvarez que a El Fenómeno hay que encerrarlo bajo llave . El primero es la persona, él en su esplendor; el segundo es un top 15 del peso ligero de la UFC, alguien peligroso, deportivamente hablando. El luchador de artes marciales mixtas (MMA) asturiano se ha ganado el favor del aficionado español y, poco a poco, también lo está haciendo con los que pagan las entradas al otro lado del charco. El gijonés es un tipo sencillo, humilde, que gracias a su estilo de pelea (22 victorias, 22 finalizaciones) ha logrado hacerse un nombre dentro de la élite de su deporte . Tras su última victoria en Tampa (Florida), logró sentarse en la mesa donde comen los atletas importantes de la UFC. Y ahí reposa, mientras descansa con su familia y piensa cuál será su próximo 'disparo', allá por el mes de mayo . Mientras tanto, atienda a ABC MMA para hacer balance de lo que lleva andado, y de lo mucho que queda, todavía, por recorrer. -Después del espectacular KO en diciembre en Tampa, ¿cómo fue tu regreso a la vida 'normal' en Gijón? Imagino que cada vez serás más popular... -La vida es la misma. A mí ya me conocían antes de la UFC, y Gijón no es una ciudad muy grande, no es Madrid, nos conocemos todos como quien dice. Es verdad que cada vez saben más a qué me dedico, pero la vida sigue fluyendo. -Había sido un año muy duro, pero culminó muy bien. ¿Qué fue lo primero que hiciste al llegar a tu casa? -Llegué a casa y mi mujer estaba trabajando y la niña en el colegio. Cogí al perro y me tiré un rato en el sofá a disfrutar un rato. Luego me tocó sacarlo y fui asimilando todo lo que había ocurrido en esos diez últimos días en Florida. Muchas veces no procesamos, pasó y pasó, pero mola ir viendo cómo ha ido todo, como el año comenzó en picado y acabó bien la cosa. El paseo con el perro me llenó bastante. -¿Y qué fue lo primero que comiste? -Creo que fue una caja de helados que había por casa. No lo recuerdo bien porque he comido muchísimo desde que he vuelto (risas). -¿Has notado un crecimiento desde tu última victoria? -En redes sociales sí que me ha subido un montón el número de seguidores, noto que la gente está súper volcada conmigo. Más que apoyo que al deportista, a la persona, y esa es una parte muy bonita. Porque siempre veía que apoyaban a El Fenómeno, no a Joel Álvarez, que son como dos seres distintos. -¿Llega un momento en el que te llegas a confundir de personas? -Para mí es sencillo: yo siempre soy Joel Álvarez. Y El Fenómeno suele ser para el combate, para sacar esa violencia que está encerrada bajo llave. El Fenómeno es ese tío violento, ese tipo torcido que igual me metió a mí en problemas en su momento. Vamos a dejarlo ahí apartado y solo salga cuando tenga que salir. En mi cabeza soy Joel, un tipo guay, tranquilo, colega... Pero para pelear necesito al otro tipo. -¿Ese tipo encerrado bajo llave sale durante el recorte de peso? Es un momento en el que estáis rozando la miseria humana de lo extremo que es el proceso de pérdida de peso. -Sí, es necesario que salga, porque tiene más cojones. Sirve para olvidarme de todo lo bueno y solo pensar en lo voy a hacer y lo voy a conseguir, hay que tirar para adelante. -Hablemos reposadamente del combate contra Drakkar Klose. Hay una estampa que se ha hecho viral en la que tu oponente está con cara de miedo y tú vas yendo a por él hacia delante. ¿Qué pensaste en ese momento? -Es muy rápido todo. En el alto nivel, se nota mucho el lenguaje corporal, cómo se desplazan, cómo reaccionan a tus amagos, en el momento en el que le toqué y le vi asustado, su reacción sabía que iba a ser la de salir hacia ese lado, por eso entré con la rodilla, lo habíamos repasado muchísimo. Hay muchos detalles en esa pelea. Cuando él viene hacia a mí yo le recibo con un gancho al hígado y su cuerpo generó un 'stop' y ahí es cuando arranco con las tres manos, está todo muy estudiado, es muy milimétrico. -Una vez llegaste a casa y asimilaste todo, ¿pudiste hablar con tu mánager, Ali Abdelazziz, para ver cómo veía tu último triunfo? -Sí, hablé con Ali y me dijo que no se me disparase mucho el peso, que estaban muy contentos en UFC conmigo. Le dije que a partir de mayo estaría listo para pelear otra vez. Me dijo que perfecto y que me intentaría mejorar el contrato y hacer una renovación al alza. Todo buenas noticias. -Antes de tu combate con Klose dijiste que harías un combate más en el ligero (70 kilos) y que subirías al peso wélter (77 kilos). Pero entraste en el top 15 de ligero. ¿Has reflexionado al respecto? ¿Crees que podrías estirar un poco más tu estancia en el ligero estando relativamente cerca el cinturón? -Es duro bajar a 70 kilos. Tengo una última bala. La gente me pide que me quede en el ligero, están muy emocionados con todo. Otros me dicen que por mi salud suba de división, que hay más vida después de esto. Voy paso a paso. El siguiente disparo será en 70 kilos. Y después, Dios dirá. Pero si quieren que siga en el ligero tiene que ser muy espaciado, tengo que hacer un recorte de peso y una dieta largos. Y luego un buen descanso para que se estabilice. El cuerpo se desestabiliza después de estos procesos. Sería pelear cada seis meses, dos veces al año y sería poca acción. -Joel, siempre has dicho que eres un obrero de la UFC y que peleas para dar la mejor vida a tu familia. Si ganas tu próxima pelea, quizá te vengan nombres del top 10 o top 5 y el dinero a percibir sería mucho mayor a la hora de negociar. ¿No crees que te interesaría más, en ese supuesto, mantenerte en el ligero aunque sea con menor actividad? -Sí, en ese caso sí que me quedaría. Me acuerdo que decía Sean O'Malley que no quería pelear contra los de arriba del ranking porque quería antes renovar el contrato. Yo lo veo un poco igual. Siempre está el hambre de gloria pero no va a ser lo que alimente a mi hija y a mi familia. Ali me dijo que puede haber renovación de contrato, así que vamos a ir a por esta última del ligero y si la cosa sigue bien... quién sabe. Si me dan un salto contra nombres grandes... pues sí. Pero se me hace muy duro bajar al ligero. -¿La próxima pelea será en Estados Unidos? -Me gusta más pelear en Europa o Abu Dhabi, pero creo que sí. -¿Y qué nombres del top 15 te gustaría enfrentar en el ligero? -Me gusta Dan Hooker y me encanta el estilo de Charles Oliveira. Me gustan las peleas divertidas. -Cuando llegue esa subida de división. ¿Qué expectativas tienes en el peso wélter? -Sobre todo, tener más actividad peleando, competir cada menos tiempo. Además, si te fijas en el top 15, son casi todo 'strikers' (pegadores), y a mí son las peleas que me llaman la atención. Me gusta el wélter. Y quiero saber cómo me desenvuelvo en ese peso, perdería alcance, pero ganaría fuerza. Quiero ver esa transformación. -¿Algún rival que hayas pensado en esa división? -Vicente Luque me encanta, o Santiago Ponzinibbio. -Ahora mismo eres el peleador de UFC con mejor ratio de finalizaciones en sus victorias profesionales: 22 triunfos y 22 finalizaciones (17 sumisiones y 5 nocauts). ¿Tienes presión por mantener esa marca? -Quiero ganar siempre, si tiene que ser por decisión que sea así, aunque no sé cómo es porque nunca llegué (risas). Cuando peleé en Elves Brenner, veía que llegaba el tercer asalto y no se frenaba el tío y le dije a mi patrón que íbamos a llegar a decisión, porque no se paraba y no venía a por mí. En el momento en el que vino a por mí, le pillé con la contra. Estaba lamentando que no iba a poder finalizar, así que siempre tienes ahí ese pensamiento, porque ser finalizador es mi marca personal. -Ya has peleado en nueve ocasiones en la UFC y obviamente el contrato es cada vez más suculento. También es cierto que la vida profesional de un peleador tiene fecha de caducidad. ¿Te has formado para invertir esas cantidades monetarias que van entrando? -Tengo un asesor para todo ello. Vivo bien, tengo mi casa pagada y todo amarrado. Ahora estoy mirando al futuro, a seguir invirtiendo en activos inmobiliarios. Cuando termine todo esto, quiero llevar una vida parecida, sin el sacrificio de pelear yo. Yo nunca tuve de nada y ahora tener mi coche, mi moto, mi casa... Digo: ¡joder, te lo has ganado tú! De visión a futuro, quiero seguir manteniendo este nivel de vida. Y tener una vida tranquila. -Cambiando el tercio y por ir cerrando la entrevista, hay un momento icónico en tus combates que es cuando sales a pelear con un rosario, que te quitas y se lo colocas a tu entrenador. ¿Qué importancia tiene Dios para ti? -Yo confío en el Señor, porque siempre que he estado abajo en la vida, no me lo solucionó casi nada que no fuese hablar con Dios. Hay algo que muchas veces nos impulsa a salir del pozo, en los momentos jodidos hablo con Él. Le pido ayuda. Y no me ayuda que haya ganado un combate o lo fuerte que sea, me ayuda la fe. Para mí juega un nivel bastante importante. -Muchas gracias, Joel, y muchos éxitos para este 2025. -¡Muchas gracias a vosotros!
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