Historia de la etiqueta del Anís del Mono
En el mundo del diseño y las bebidas alcohólicas, existen algunas historias muy divertidas y curiosas. Una de ellas involucra...
En el mundo del diseño y las bebidas alcohólicas, existen algunas historias muy divertidas y curiosas. Una de ellas involucra al diseño de la etiqueta de Anís del Mono. Un relato que combina ciencia, polémica y marketing para darnos una señal de identidad en una de las bebidas más icónicas de España. El Anís del Mono, su etiqueta y los curiosos detalles detrás de su origen.
Este artículo explora la relación entre la etiqueta del Anís del Mono y una pieza fundamental de la ciencia moderna: El origen de las especies. El libro de Charles Darwin tiene más de 6 décadas desde su publicación original y marcó un antes y un después en la discusión acerca de los orígenes de la humanidad.
La etiqueta del Anís del Mono, los evolucionistas y los creacionistas
La etiqueta en una botella de anís volvió a poner de manifiesto el conflicto entre el sabio y los religiosos de la época. En pocas palabras, la teoría de Darwin establece que los hombres descienden de una especie de simios grande. Semejante aseveración implicó una lucha furiosa con los creacionistas, aquellos que solamente aceptan la existencia humana de acuerdo a lo que dice la Biblia. En Génesis 1:27 está escrito “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
El dilema propuesto por Darwin despertó las más tremendas pasiones y comenzó una etapa de conocimiento y conflicto en el seno mismo de la concepción humana. Los dibujantes de caricaturas empezaron a usar la figura de Darwin para bromas. Aparecía descrito como un falso centauro, mitad mono, mitad hombre. Entre los años 1880 y 1882 aparecieron estas caricaturas bromeando con Darwin en revistas muy prestigiosas de la época. Punch, Vanity Fair, Hornet Magazine y La Petite Lune son algunas en donde se pueden rastrear estas tiras cómicas y dibujos satíricos.
Bromas a nivel mundial
Los publicitarios de diferentes países del mundo empezaron a hacerse eco de los dibujos en broma, y aparecieron representaciones para vender todo tipo de productos. Desde pomada para lustrar zapatos hasta diferentes jarabes para tratar el dolor de garganta, de panza o de cabeza, entre otros.
En territorio español, que era muy católico, la obra de Darwin fue primero prohibida. Y posteriormente publicada en una versión totalmente mutilada, incompleta, con fragmentos completos censurados.
En Badalona, España, en 1870 dos hermanos harían historia con la etiqueta de su Anís del Mono. Se trata de Bosch y Grau, creadores de una bebida que hoy es líder en su segmento. Es una bebida que puede conseguirse en dos versiones. Etiqueta verde, seca; y etiqueta roja, dulce.
¿Cómo se llega al nombre y la etiqueta de Anís del Mono?
Según cuentan, el nombre de Anís del Mono deriva de un mono que vivía en la fábrica original. Bosch llevó a dicho mono desde Brasil hasta su morada en España. Al crear la etiqueta del anís, se recordaron los conflictos y peleas que suscitó el escritor. Por eso es una pieza tan interesante y significativa para el sector.
Bosch le encargó a un dibujante una pieza alusiva al conflicto, y el hombre creó un humanoide sosteniendo una botella de anís. Sentado sobre un espigón, proclamaba que “Es el mejor. La ciencia lo dijo y no miento”.
Los partidarios de la teoría de Darwin sostenían que el mono se parecía a la cara del biólogo, y como los hermanos Bosch eran muy creyentes, utilizaron la sátira. Querían ridiculizar al padre de la evolución como teoría, y vaya si l hicieron.
Un diseño que se volvió famoso
El dibujo que sería parte de la etiqueta de Anís del Mono primero gano un concurso de afiches. El diseño pertenecía a un artista llamado Ramón Casas. Luego, en 1913, la etiqueta del Anís del Mono se convirtió en el primer cartel luminoso publicitario. Estaba emplazado en la Puerta del Sol, y a los pocos meses hubo otro en Plaza de Cataluña.
La forma de la botella fue una copia de un frasco de perfume. Vicente Bosch lo compró en París para su esposa, y le pago al perfumista los derechos para usar el modelo. En 1902 lo registró, y para entonces ya estaba la figura actual y una cara inequívoca de Darwin.
Otras versiones
En 1914 el precursor del cubismo Juan Gris hizo un diseño, y en el film El Padrino toman Anís del Mono durante la sobremesa de un festín de pasta. De 2012 en adelante, tanto el mono como su inconfundible rostro son la cara del paseo marítimo en Badalona. De todas formas existen otras historias.
En 1925, en la localidad estadounidense de Dayton, Tennessee, un profesor de biología, álgebra, física y química revolucionó al pequeño pueblo de 2000 habitantes. John Thomas Scopes utilizó un pizarrón y mostró la famosa lámina de la evolución. Desde un primer simio pequeño hasta el ser humano contemporáneo.
Scopes no sabía que estaba violando el Butler Act. Este reza que “Es ilegal en todo establecimiento educativo de Tennessee cualquier teoría que niegue la historia de la Divina Creación del Hombre. La batalla sin cuartel entre la escuela y el profesor incluyó a la comunidad y se volvió muy intensa.
El abogado religioso y fanático era William Jannings Bryan. Tres veces candidato a presidente, Bryan apuntaba contra Scopes y su dupla con el abogado defensor, Clarence Darrow. Si bien Bryan gano, la multa a Scopes fue de apenas 100 dólares y nunca se pago.
Existen dos versiones cinematográficas de esta historia, ambas con el mismo título: Heredarás el viento. Estas curiosidades sobre el diseño, la publicidad y la imagen de marca son muy recomendables para entender cómo avanza la formación y creación de identidad. El Anís del Mono y su etiqueta, sin importar si es dulce o seco, es una bebida que ha trascendido el tiempo. Una excelente opción para conocer más a fondo la industria, las estrategias de marketing y la creación de una identidad. Excelente relato que además contiene detalles y apreciaciones que hablan de la sinceridad y de un conflicto latente que también se manifiesta en lo exterior.