García-Gallardo desmiente a la dirección de Vox y les acusa de "chantaje", "guerra sucia" y "zancadillas"

El exvicepresidente de la Junta asegura que la "indicación agresiva" de Garriga para que firmara la expulsión de dos procuradores críticos fue "la guinda del pastel" de desencuentros y señala a las negociaciones del protocolo antiaborto como origen de su malestar García-Gallardo abandona la política con críticas a la dirección de Vox: “Acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera” El exvicepresidente de la Junta de Castilla y León y exlíder de Vox en esta Comunidad, Juan García-Gallardo, ha reprochado este miércoles el “chantaje”, la “guerra sucia” y las “zancadillas” de la dirección de su partido y ha detallado que sus “discrepancias” con la dirección nacional “vienen de mucho más lejos”. En concreto, según ha detallado, comenzaron cuando le apartaron de las negociaciones directas con Alfonso Fernández Mañueco (PP) tras la crisis por el protocolo antiaborto. En una entrevista en la Cadena Cope, preguntado por los motivos de su salida de los cargos de Vox, ha acusado a la dirección nacional de su partido de manipular con “información sesgada” y “medias verdades”, con críticas concretas hacia el secretario general de la formación, Ignacio Garriga, a quien ha responsabilizado de un “chantaje” relacionado con la firma de la expulsión de los dos procuradores autonómicos —la burgalesa Ana Rosa Hernando y el salmantino Javier Bernardo Teira— tras haber pedido a la dirección nacional que se celebren primarias y “volver a los principios fundacionales y raíces” del partido. García-Gallardo, en declaraciones recogidas por EFE, se ha desvinculado de las demandas de primarias y las críticas a Vox por integrarse en el grupo europeo 'Patriotas', formuladas por los procuradores expulsados, ya que asegura que no las comparte. Sin embargo, ha reconocido que la “indicación agresiva” de Garriga para que firmara la expulsión fue “la guinda del pastel” de una serie de desencuentros con la dirección de su partido cuyo origen ha situado en enero de 2023, cuando presentó el protocolo antiaborto que finalmente no entró en vigor tras frenarlo el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP). “A partir de ese momento el partido, que luego ha ido a la guerra con el PP por otras razones que yo a nivel político comparto, decidió apartarme de las negociaciones directas para las cuestiones más relevantes de mi Gobierno”, ha resumido García-Gallardo, quien ha criticado que Vox no hiciera valer el acuerdo al que habían llegado. En este sentido, ha criticado que se les “llena la boca de los principios”, pero en ese momento a la dirección del partido “no le importaron mucho los principios” en que basaron su acuerdo de legislatura con el PP. “No tenía ningún sentido que personas que no habían sido las elegidas fueran las que tuvieran interlocución, en este caso con el señor Mañueco para las cuestiones de más alto nivel”, ha apostillado. Este escenario causó un “deterioro progresivo de la relación con el entorno del presidente” (Santiago Abascal), por lo que ha dicho que elaboró sendos informes a finales de 2023 y 2024 en los que pedía “cambios relevantes” en la forma de coordinación entre la dirección nacional y los territorios. Ha negado que él se opusiera a la decisión de abandonar los gobiernos autonómicos en julio de 2024, sino que se limitó a analizar “los riesgos y oportunidades” de esa iniciativa, porque no se ve como “un robot ni un palmero” ante la dirección y porque era consciente de que “implicaba un camino difícil”. También ha negado que su dimisión de los cargos orgánicos en Vox, ya que ha reiterado que seguirá como afiliado de base, tenga que ver con una posible marcha al PP, a la vez que ha pedido una reflexión a la dirección del partido sobre lo que está pasando para que se vayan sumando dimisiones: “Yo entiendo que el secretario general está acostumbrado a tratar de esa manera a otras personas, pero eso es porque no me conoce a mí y yo nunca actúo bajo chantaje”, ha insistido. No obstante, ha detallado que su salida “es personal” y “no está coordinada ni consensuada con la de nadie más”, en referencia a Iván Espinosa de los Monteros o Macarena Olona. “Es algo que tendrán que analizar, y yo creo que es una pena, porque Vox debería tener una gran ambición, no debería conformarse con ser el partido refugio del Partido Popular y de los votantes cabreados”, ha zanjado. Vox responde: “No hay cabida” para “querer ser un barón autonómico” El secretario general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, José María Figaredo, ha defendido este miércoles que la formación de Santiago Abascal es un partido “nacional” donde “no hay cabida” para “querer ser un barón autonómico”, tras la dimisión de Juan García-Gallardo como portavoz del Grupo Parlamentario Vox en las Cortes y del resto de sus cargos. “Hay gente en determinadas condicio

Feb 5, 2025 - 12:40
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García-Gallardo desmiente a la dirección de Vox y les acusa de "chantaje", "guerra sucia" y "zancadillas"

García-Gallardo desmiente a la dirección de Vox y les acusa de "chantaje", "guerra sucia" y "zancadillas"

El exvicepresidente de la Junta asegura que la "indicación agresiva" de Garriga para que firmara la expulsión de dos procuradores críticos fue "la guinda del pastel" de desencuentros y señala a las negociaciones del protocolo antiaborto como origen de su malestar

García-Gallardo abandona la política con críticas a la dirección de Vox: “Acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera”

El exvicepresidente de la Junta de Castilla y León y exlíder de Vox en esta Comunidad, Juan García-Gallardo, ha reprochado este miércoles el “chantaje”, la “guerra sucia” y las “zancadillas” de la dirección de su partido y ha detallado que sus “discrepancias” con la dirección nacional “vienen de mucho más lejos”. En concreto, según ha detallado, comenzaron cuando le apartaron de las negociaciones directas con Alfonso Fernández Mañueco (PP) tras la crisis por el protocolo antiaborto.

En una entrevista en la Cadena Cope, preguntado por los motivos de su salida de los cargos de Vox, ha acusado a la dirección nacional de su partido de manipular con “información sesgada” y “medias verdades”, con críticas concretas hacia el secretario general de la formación, Ignacio Garriga, a quien ha responsabilizado de un “chantaje” relacionado con la firma de la expulsión de los dos procuradores autonómicos —la burgalesa Ana Rosa Hernando y el salmantino Javier Bernardo Teira— tras haber pedido a la dirección nacional que se celebren primarias y “volver a los principios fundacionales y raíces” del partido.

García-Gallardo, en declaraciones recogidas por EFE, se ha desvinculado de las demandas de primarias y las críticas a Vox por integrarse en el grupo europeo 'Patriotas', formuladas por los procuradores expulsados, ya que asegura que no las comparte.

Sin embargo, ha reconocido que la “indicación agresiva” de Garriga para que firmara la expulsión fue “la guinda del pastel” de una serie de desencuentros con la dirección de su partido cuyo origen ha situado en enero de 2023, cuando presentó el protocolo antiaborto que finalmente no entró en vigor tras frenarlo el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP).

“A partir de ese momento el partido, que luego ha ido a la guerra con el PP por otras razones que yo a nivel político comparto, decidió apartarme de las negociaciones directas para las cuestiones más relevantes de mi Gobierno”, ha resumido García-Gallardo, quien ha criticado que Vox no hiciera valer el acuerdo al que habían llegado.

En este sentido, ha criticado que se les “llena la boca de los principios”, pero en ese momento a la dirección del partido “no le importaron mucho los principios” en que basaron su acuerdo de legislatura con el PP.

“No tenía ningún sentido que personas que no habían sido las elegidas fueran las que tuvieran interlocución, en este caso con el señor Mañueco para las cuestiones de más alto nivel”, ha apostillado.

Este escenario causó un “deterioro progresivo de la relación con el entorno del presidente” (Santiago Abascal), por lo que ha dicho que elaboró sendos informes a finales de 2023 y 2024 en los que pedía “cambios relevantes” en la forma de coordinación entre la dirección nacional y los territorios.

Ha negado que él se opusiera a la decisión de abandonar los gobiernos autonómicos en julio de 2024, sino que se limitó a analizar “los riesgos y oportunidades” de esa iniciativa, porque no se ve como “un robot ni un palmero” ante la dirección y porque era consciente de que “implicaba un camino difícil”.

También ha negado que su dimisión de los cargos orgánicos en Vox, ya que ha reiterado que seguirá como afiliado de base, tenga que ver con una posible marcha al PP, a la vez que ha pedido una reflexión a la dirección del partido sobre lo que está pasando para que se vayan sumando dimisiones: “Yo entiendo que el secretario general está acostumbrado a tratar de esa manera a otras personas, pero eso es porque no me conoce a mí y yo nunca actúo bajo chantaje”, ha insistido.

No obstante, ha detallado que su salida “es personal” y “no está coordinada ni consensuada con la de nadie más”, en referencia a Iván Espinosa de los Monteros o Macarena Olona.

“Es algo que tendrán que analizar, y yo creo que es una pena, porque Vox debería tener una gran ambición, no debería conformarse con ser el partido refugio del Partido Popular y de los votantes cabreados”, ha zanjado.

Vox responde: “No hay cabida” para “querer ser un barón autonómico”

El secretario general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, José María Figaredo, ha defendido este miércoles que la formación de Santiago Abascal es un partido “nacional” donde “no hay cabida” para “querer ser un barón autonómico”, tras la dimisión de Juan García-Gallardo como portavoz del Grupo Parlamentario Vox en las Cortes y del resto de sus cargos.

“Hay gente en determinadas condiciones que de repente, entre comillas, se cae del guindo y ve que en el fondo, y no hablo por Juan (García-Gallardo), hablo un poco en abstracto, quería ser una especie de barón autonómico pero de Vox, y de repente se da cuenta de que eso no tiene cabida en Vox”, ha declarado en una entrevista en RNE, recogida por Europa Press.

Figaredo ha señalado que Vox es un partido “nacional” que “no cree” en el reparto autonómico del Estado, y cuyas “estrategias políticas” son “absolutamente nacionales” puesto que “no hay baronías”, si bien “entiende” que “hay gente que tiene opiniones diferentes de la línea que ”realmente“ tiene la formación.

“El sistema de Vox es que se vota a la Presidencia y esa cabeza es la que marca la estrategia nacional. No sucede como en otros partidos que hay una dirección nacional, luego hay una dirección autonómica y esta de repente lleva una línea contraria a la nacional. No, eso en Vox no se hace. En Vox se vota a la dirección nacional”, ha remarcado.

Con ello, el dirigente de Vox ha asegurado que “no ve” ni crisis ni discrepancias internas dentro del partido. “El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) es el que debate y vota las decisiones, y marca al final una línea, que es la que se sigue en todas las regiones y en todos los ayuntamientos”, ha concluido.

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