En el suelo pélvico también hay contracturas: así son los primeros síntomas de la hipertonía pélvica

Aunque lo más habitual sea hablar de la debilidad o atrofia de la musculatura, la hipertonía del suelo pélvico también es una disfunción que puede causar importantes problemas.

Feb 5, 2025 - 21:09
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En el suelo pélvico también hay contracturas: así son los primeros síntomas de la hipertonía pélvica

Los dolores en la espalda o en el cuello son suficientes para tomar la decisión de ir a una sesión de fisioterapia. Tal y como apuntan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 600 millones de personas sufren lumbalgia, una de las dolencias más comunes en España. Sin embargo, en ocasiones, hay partes del cuerpo a las que no se presta demasiada atención, incluso cuando hay síntomas de pesadez o incluso dolor. Hablamos, concretamente, del suelo pélvico.

Esta región anatómica está expuesta a los efectos de las relaciones sexuales, la menstruación o la menopausia y tiende a cuidarse solamente cuando existe una debilidad o una afección, como puede ser un prolapso. Pero, lo cierto, es que el suelo pélvico también tiene contracturas y puede llegar a estar muy tonificado creando diversos problemas.

¿Por qué se produce la hipertonía de suelo pélvico?

La hipertonía del suelo pélvico se produce cuando el tono muscular de la pelvis tiene un aumento significativo. Los músculo pélvicos no consiguen relajarse en su totalidad, lo que puede dar lugar a contracturas o puntos gatillos, que se extienden también a la zona lumbopélvica y de los glúteos.

Esta tensión de los músculos en una zona de importante movilidad puede llegar a afectar a la micción, la defecación y las relaciones sexuales. Además, también hay posibilidad de que se reduzca la flexibilidad corporal. Por ello, cuando se habla de hipertonía pélvica se trata como un trastorno multifactorial. Sus causas pueden ser o bien física o bien psicológicas.

En el plano físico, la hipertonía de suelo pélvico puede venir provocados por lesiones traumáticas, higiene postural deficiente, cirugías, cambios hormonales, practicar deporte de alto impacto o realizar ejercicios de Kegel de manera incorrecta. Mientras que, en el plano psicológico, las situaciones de estrés, ansiedad y experiencias traumáticas también puede elevar la tensión corporal y con ella los músculos pélvicos.

Así se manifiestan los síntomas de la hipertonía

El dolor pélvico puede ser a veces difícil de entender, ya que se manifiestan en la región pélvica pero afectando a diferentes zonas. Es cierto que la sensación de pesadez se podría considerar el primer signo de alerta. No obstante, el dolor en las relaciones sexuales (dispareunia), al utilizar tampones o la copa menstrual y durante o después de defecar también son síntomas a los que prestar atención.

La hipertonía también afecta al aparato urinario provocando una disfunción en la micción. O bien puede alterar el vaciado siendo incompleto o bien puede provocar discontinuidad en el chorro. También, aunque es propio en situaciones de suelos pélvicos poco tonificados, se puede sentir un aumento de la frecuencia urinaria o la urgencia.

Tipos de tratamiento

El tratamiento de una hipertonía de suelo pélvico puede abarcarse desde distintos puntos de la fisioterapia. Aunque en un primer momento debe ser regular, lo cierto es que con el tiempo pueden alargarse las sesiones. Algunas técnicas utilizadas son:

  • Biofeedback o biorretroalimentación.
  • Radriofrecuencia INDIBA.
  • Terapia manual con masajeas perineal.
  • Utilización de vibradores para relajar tono muscular.
  • Pilates terapéutico, con especial atención en las respiraciones y la higiene postural, hipopresivos.
  • Terapia psicológica para reducir episodios de estrés y ansiedad.

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