El paradisíaco Bali se convirtió en un trágico mar de plásticos (pero buscan salvarlo)
Bali, la icónica isla conocida por sus paradisíacas playas y campos de arroz, enfrenta una grave crisis ambiental. Sin embargo, una nueva iniciativa busca devolverle su esencia natural y transformar el problema de los residuos en una solución sostenible. Una lucha entre la isla y la contaminación Bali produce anualmente 1.6 millones de toneladas de […]
Bali, la icónica isla conocida por sus paradisíacas playas y campos de arroz, enfrenta una grave crisis ambiental. Sin embargo, una nueva iniciativa busca devolverle su esencia natural y transformar el problema de los residuos en una solución sostenible.
Una lucha entre la isla y la contaminación
Bali produce anualmente 1.6 millones de toneladas de residuos, de las cuales 330,000 toneladas son de plástico. La mayor parte termina sin recolectarse, acumulándose en carreteras, playas y ríos, o llega al océano, afectando no solo a la imagen turística de la isla, sino también la vida de miles de habitantes. Con un turismo que genera 3.5 veces más desechos diarios que los propios residentes, Bali parece estar al borde del colapso ambiental.
My favourite place in the World – Bali – has been turned into a giant water garbage disposal.
This is what real environmentalism looks like & what we should all concern ourselves with vs Net Zero Climate Scam Nonsense. pic.twitter.com/bsJPJZsFAH
— Concerned Citizen (@BGatesIsaPyscho) January 15, 2025
Ante este panorama, Community Waste Project, un innovador centro de gestión de residuos, ha emergido como un modelo sostenible para abordar el problema. Ubicado cerca del vertedero más grande de la isla, este centro tiene el potencial de procesar hasta 10 toneladas de residuos diarios y de marcar el inicio de un movimiento transformador.
¿Cómo funciona el modelo?
El Community Waste Project opera como un club de membresía, en el que negocios locales, incluidos hoteles y restaurantes, pagan una tarifa mensual para desviar sus residuos del vertedero y gestionarlos de manera eficiente. Las tarifas varían según el tamaño del negocio, desde 95 dólares al mes para pequeños restaurantes hasta 500 dólares para hoteles grandes.
“No podemos abordar el reciclaje y la reutilización solos. Creemos que juntos podemos hacer de Bali un lugar con cero residuos“, destacó Amanda Marcella, directora de sostenibilidad del eco-resort Potato Head, líder del proyecto.
La iniciativa no solo se centra en el reciclaje, sino también en la reutilización creativa. Por ejemplo, el centro utiliza máquinas para convertir plásticos reciclados en muebles, paneles y otros productos que luego se venden para reinvertir las ganancias en la comunidad local.
¿Cuáles han sido los resultados?
En 2010, cuando Potato Head abrió por primera vez, el hotel arrojaba entre el 60% y el 70% de sus residuos a los vertederos. Hoy, aunque el porcentaje varíe dependiendo de la temporada, los niveles bajado por debajo del 5%.
Hasta ahora, siete negocios locales ya forman parte del proyecto, y los resultados son prometedores. Finns Bali, uno de los clubes de playa más populares de la isla, ha reducido sus residuos enviados al vertedero del 80% al 20%, con el objetivo de llegar al 5%. Por su parte, el restaurante vegano Kynd ha mejorado significativamente su separación de residuos y espera minimizar su huella ambiental.
Una inspiración para el futuro
El impacto del Community Waste Project no solo se mide en cifras, sino también en el cambio de mentalidad que promueve entre empresas y ciudadanos. La iniciativa tiene como objetivo replicar este modelo por toda la isla, construyendo más centros comunitarios de gestión de residuos en los próximos 10 años.
Ronald Akili, fundador de Potato Head, lo resumió perfectamente: “Estamos comenzando donde estamos, pero queremos compartir este conocimiento y expandirlo para hacer de Bali un lugar más limpio y sostenible.”
Mientras la crisis climática y la contaminación amenazan a distintas ciudades en todo el mundo, Bali está dando un paso adelante con soluciones innovadoras y colaborativas. El Community Waste Project no solo busca limpiar la isla, sino también inspirar un cambio global en la manera en que gestionamos los residuos.
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