Cortinas para aislar del frío y ahorrar en calefacción, ¿realmente funcionan?

Las cortinas pueden ser superfluas si contamos con unas ventanas bien aisladas, pero en otros casos nos pueden proporcionar ahorro y eficiencia energética; así tienes que elegirlas y colocarlas Por qué es importante mantener el interior del coche limpio y algunos trucos para lograrlo El gasto en calefacción se ha convertido en uno de los quebraderos de cabeza de los hogares españoles, teniendo en cuenta que se calcula 3,5 millones de personas padecen pobreza energética, es decir, no disponen de fondos para calentar su casa.  Además, hay que tener en cuenta que en torno a 9 millones de viviendas tienen un aislamiento térmico y acústico insuficiente. En esta situación, cualquier ayuda para mantener la temperatura en el hogar es bienvenida. Una de las soluciones tradicionales son las cortinas, una opción simple y accesible que en teoría puede contribuir al aislamiento térmico de las habitaciones.  Las cortinas actúan como una barrera que reduce la convección, al atrapar el aire entre el tejido y la ventana, creando una capa de aire estacionario que funciona como aislante. El objetivo es que el aire caliente de la habitación no se escape al exterior, bien sea por transmisión a través de los cristales y el marco de las ventanas, o bien por radiación.  En este sentido, las cortinas tienen poco efecto con unas ventanas bien aisladas, por ejemplo, con triple cristal y rotura de puente térmico en el marco, que presentan unas mínimas pérdidas de calor hacia el exterior. Pero cuando nuestra casa tiene ventanas con pérdidas, la capa de aislamiento adicional de las cortinas puede marcar la diferencia. En invierno unas cortinas pueden reducir hasta en un 10% las pérdidas de calor de una habitación. Si la cortina está sellada alrededor de la ventana (algo poco frecuente), el ahorro podría aumentar hasta el 29%. La eficacia de las cortinas, además, depende de diversos factores como el material, el diseño, la longitud y la ubicación respecto a las ventanas. El tejido de las cortinas aislantes Uno de los aspectos para evaluar la capacidad aislante de las cortinas es el tipo de tejido. Las cortinas confeccionadas con tejidos gruesos, como el terciopelo, la lana o tejidos con revestimientos térmicos, ofrecen una mayor capacidad para retener el calor interior y bloquear la entrada del frío. Estos materiales crean una barrera efectiva que limita las corrientes de aire que pueden filtrarse por las rendijas de las ventanas.  En contraste, las cortinas de tejidos ligeros como el algodón o el lino tienen una eficacia aislante menor, aunque pueden combinarse con forros térmicos para mejorar su rendimiento. Los tejidos que incorporan tecnologías específicas, como capas reflectantes o aislantes, también están ganando popularidad debido a su capacidad para aumentar la eficiencia energética del hogar, ya que además evitan el calentamiento excesivo en verano. La longitud de las cortinas ¿Qué es mejor, poner cortinas largas o cortas? Las cortinas que llegan hasta el suelo, y especialmente aquellas que se extienden más allá de los bordes de la ventana, son más efectivas para sellar las pérdidas de las ventanas y evitar que el aire frío entre en la habitación. Por el contrario, las cortinas que terminan justo por encima del alféizar o que no cubren completamente los laterales de la ventana permiten que el calor escape con mayor facilidad. Si instalamos la barra o riel de la cortina para que quede lo más pegada posible a la pared, esto también contribuye a mejorar su función aislante. En qué ventanas poner cortinas La posición de las ventanas en relación con el sol también determinará el tipo de cortina más adecuado. En las ventanas orientadas al sur, donde la luz solar directa es más abundante durante el día, puede ser conveniente poner cortinas térmicas que dejen pasar la radiación y retengan el calor acumulado. Sin embargo, en las ventanas con orientación norte o que reciben poco sol, se recomienda elegir tejidos pesados que maximicen la retención de la temperatura interior. Para esto, las cortinas de colores oscuros pueden ser más efectivas, ya que absorben más calor de la luz solar, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de revestimiento y del clima específico de cada región.

Jan 22, 2025 - 07:25
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Cortinas para aislar del frío y ahorrar en calefacción, ¿realmente funcionan?

Cortinas para aislar del frío y ahorrar en calefacción, ¿realmente funcionan?

Las cortinas pueden ser superfluas si contamos con unas ventanas bien aisladas, pero en otros casos nos pueden proporcionar ahorro y eficiencia energética; así tienes que elegirlas y colocarlas

Por qué es importante mantener el interior del coche limpio y algunos trucos para lograrlo

El gasto en calefacción se ha convertido en uno de los quebraderos de cabeza de los hogares españoles, teniendo en cuenta que se calcula 3,5 millones de personas padecen pobreza energética, es decir, no disponen de fondos para calentar su casa. 

Además, hay que tener en cuenta que en torno a 9 millones de viviendas tienen un aislamiento térmico y acústico insuficiente. En esta situación, cualquier ayuda para mantener la temperatura en el hogar es bienvenida. Una de las soluciones tradicionales son las cortinas, una opción simple y accesible que en teoría puede contribuir al aislamiento térmico de las habitaciones. 

Las cortinas actúan como una barrera que reduce la convección, al atrapar el aire entre el tejido y la ventana, creando una capa de aire estacionario que funciona como aislante. El objetivo es que el aire caliente de la habitación no se escape al exterior, bien sea por transmisión a través de los cristales y el marco de las ventanas, o bien por radiación. 

En este sentido, las cortinas tienen poco efecto con unas ventanas bien aisladas, por ejemplo, con triple cristal y rotura de puente térmico en el marco, que presentan unas mínimas pérdidas de calor hacia el exterior. Pero cuando nuestra casa tiene ventanas con pérdidas, la capa de aislamiento adicional de las cortinas puede marcar la diferencia. En invierno unas cortinas pueden reducir hasta en un 10% las pérdidas de calor de una habitación. Si la cortina está sellada alrededor de la ventana (algo poco frecuente), el ahorro podría aumentar hasta el 29%.

La eficacia de las cortinas, además, depende de diversos factores como el material, el diseño, la longitud y la ubicación respecto a las ventanas.

El tejido de las cortinas aislantes

Uno de los aspectos para evaluar la capacidad aislante de las cortinas es el tipo de tejido. Las cortinas confeccionadas con tejidos gruesos, como el terciopelo, la lana o tejidos con revestimientos térmicos, ofrecen una mayor capacidad para retener el calor interior y bloquear la entrada del frío. Estos materiales crean una barrera efectiva que limita las corrientes de aire que pueden filtrarse por las rendijas de las ventanas. 

En contraste, las cortinas de tejidos ligeros como el algodón o el lino tienen una eficacia aislante menor, aunque pueden combinarse con forros térmicos para mejorar su rendimiento. Los tejidos que incorporan tecnologías específicas, como capas reflectantes o aislantes, también están ganando popularidad debido a su capacidad para aumentar la eficiencia energética del hogar, ya que además evitan el calentamiento excesivo en verano.

La longitud de las cortinas

¿Qué es mejor, poner cortinas largas o cortas? Las cortinas que llegan hasta el suelo, y especialmente aquellas que se extienden más allá de los bordes de la ventana, son más efectivas para sellar las pérdidas de las ventanas y evitar que el aire frío entre en la habitación. Por el contrario, las cortinas que terminan justo por encima del alféizar o que no cubren completamente los laterales de la ventana permiten que el calor escape con mayor facilidad. Si instalamos la barra o riel de la cortina para que quede lo más pegada posible a la pared, esto también contribuye a mejorar su función aislante.

En qué ventanas poner cortinas

La posición de las ventanas en relación con el sol también determinará el tipo de cortina más adecuado. En las ventanas orientadas al sur, donde la luz solar directa es más abundante durante el día, puede ser conveniente poner cortinas térmicas que dejen pasar la radiación y retengan el calor acumulado. Sin embargo, en las ventanas con orientación norte o que reciben poco sol, se recomienda elegir tejidos pesados que maximicen la retención de la temperatura interior. Para esto, las cortinas de colores oscuros pueden ser más efectivas, ya que absorben más calor de la luz solar, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de revestimiento y del clima específico de cada región.

Cortinas.

Otro elemento importante es la forma en que las cortinas interactúan con otros elementos de la ventana, como las persianas. Por ejemplo, las cortinas que se usan en combinación con persianas enrollables pueden mejorar significativamente la capacidad de aislamiento de una vivienda. Las persianas bloquean el aire frío y refuerzan aún más la barrera creada por las cortinas.

La estética y la luz

Las cortinas no solo tienen que convertirse en un medio para ahorrar en calefacción, también tienen una función estética. Aunque las cortinas gruesas y opacas suelen ser las más eficientes en términos de aislamiento, también pueden oscurecer las habitaciones o dar una sensación de pesadez visual. 

Una solución son las cortinas dobles, que combinan un tejido ligero y translúcido con otro más pesado y térmico. De este modo podemos regular la cantidad de luz y calor que entra en la habitación por el día, dejando las cortinas ligeras, y el calor que retenemos por la noche gracias a las cortinas pesadas.

Aunque ya no estén tan de moda como hace unas décadas, las cortinas pueden ser un buen aliado para reducir el gasto en calefacción, especialmente cuando no tenemos unas ventanas que proporcionen un aislamiento óptimo. Además, las cortinas pueden dar una mayor sensación de calidez a nuestro hogar.

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