Al loro, que no son extraños

Eso decimos cuando no conocemos a alguien, no sabemos de su historia, y “que no me cuenten cuentos que ya tengo suficiente con lo mío” y yo pregunto…. ¿Y que es lo tuyo? Ahí lo dejo. Ahí donde yo esté o me veas, te cuento historias que he vivido o vivo día a día, podría […] The post Al loro, que no son extraños appeared first on 7 Caníbales.

Jan 15, 2025 - 12:45
Al loro, que no son extraños

Eso decimos cuando no conocemos a alguien, no sabemos de su historia, y “que no me cuenten cuentos que ya tengo suficiente con lo mío” y yo pregunto…. ¿Y que es lo tuyo? Ahí lo dejo.
Ahí donde yo esté o me veas, te cuento historias que he vivido o vivo día a día, podría ser una cuenta cuentos, pero de historias reales vividas en primera persona, de esto que llamamos un mundo imperfecto, con vecinos de nuestro planeta que viven, respiran y sienten. ¿Cuál es la diferencia de un mundo y otro? Que por culpa de un puñado de políticos, tus vecinos y posiblemente amigos pero desconocidos, no comen, no se nutren, no disfrutan de un plato de comida, de un buen vino, de una buena conversación en torno a una mesa. Esa es la realidad que vivimos ahora y siempre. Porque sus prioridades no son las nuestras, es la supervivencia, es el llevarse algo a la boca cada uno de sus malditos días. Y ni hablar de los niños, ¿que culpa tienen? Porque nacen con la condena de privarles de lo esencial? La comida.
A mí me disgusta y mucho esta situación pero a la vez me gusta alimentar almas, esas que son desconocidas pero que sientes y padecen. Alimentar almas significa, primero escuchar, luego comprenderles, y después atender, pero no solo con palabras sino que llenando estómagos igual que hacemos nosotros cada día de nuestras vidas.
No sabéis lo feliz que me hace, para eso están los alimentos, tantos y tantos que producimos y tantos y tantos que desperdiciamos.
Recuerdo en un viaje al Perú, donde trabajo en proyectos de desarrollo integral con las comunidades indígenas en altiplano , cómo se desviven. Al principio era el vecino extraño, (eso pensaba yo), pero no fue así, era el vecino, simplemente, el mismo que respira y siente, el mismo que por casualidad fue engendrado y está en este mismo mundo. “Joder, si somos iguales”. Y te decía que cómo se desviven por darte de comer unas simples papas deshidratadas, el alimento básico de estas familias, y como no, yo aceptando este manjar, y sí, por que es un manjar algo tan sencillo pero tan sabroso por todo lo que conlleva plantar esa semilla para luego tener algo que llevarte a la boca. Sí sí, este producto que tenemos abandonado muchas veces en la nevera de nuestras casas pero allí con tanto amor que me lo ofrecen por ser algo muy valioso cuando no tienen nada más. De esto yo aprendí muchas cosas. Esa sostenibilidad, ahora que está de moda en nuestro país, qué pena, pero así son las modas y así nos aprovechamos. Y digo sostenibilidad de verdad, por la forma de hacer, de vivir, de compartir, de trabajar y del sentir real, ese cuidado por lo pequeño y absurdo para nosotros, pero que es la esencia de la vida y de lo que te da la tierra, pero….Hum, qué sabor la de esas papas, qué textura, qué de historias detrás.
Porque hay que aprender de culturas diferentes a la nuestra y sobre todo de lo que hay detrás, de las personas, de Lucho, de Leticia, de Juan de Isabel; personas que sienten y padecen pero nadie les va a borrar la sonrisa y el amor por compartir.
Pues bien en Casa Nova restaurante, yo quiero reflejar ese momento sublime y comparto con los comensales, porque alguna historia de mis experiencias y proyectos solidarios en los que llevo inmerso 30 años debo contarles para que no se olviden de esos extraños vecinos que tenemos a nuestro lado y en nuestra propia casa, que es nada más y nada menos que el mismo planeta.
Por eso digo que al loro, que no somos diferente, que cuidado que muchas veces se nos va la olla y no hablo de cocina, hablo de cabezas, las nuestras. Todos podemos ser grandes chefs. Tengamos la olla bien agarrada para que el ingrediente que se cocine dentro se la solidaridad, la compasión, comprensión y el amor por los demás. Bien cocinado eso es un platazo.
Enhorabuena

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