15 años después, a por el Estatuto Docente
Recibe el boletín – Cada semana, te enviamos las novedades de las aulas y alrededores en nuestro boletín sobre Educación La semana pasada sucedió algo que ha pasado relativamente desapercibido. Fue el primer paso de un camino que se prevé largo pero que, sobre todo, está llamado a marcar el futuro del profesorado de todo el país, tanto de los que ya ejercen como de los que aspiran a hacerlo: sindicatos y Ministerio de Educación han empezado a negociar el Estatuto Docente. Es una noticia de calado porque supone atender una de las principales reivindicaciones del profesorado –si no la más– y viene de años y años atrás. Quizá recuerdes que Ángel Gabilondo trató de abrir infructuosamente ese melón en 2009. Hasta hoy. ¿Y para qué sirve un Estatuto Docente? Para todo. Formación inicial (los planes de Magisterio, el máster de Secundaria), acceso (las oposiciones), desarrollo (categorías), salario (nivel funcionarial, complementos), condiciones laborales (ratios de alumnado por clase, horas lectivas semanales...) y más cosas. La pelea ahora entre las partes es priorizar. La negociación va a ser larga y compleja, pero no hace falta esperar a que esté todo para ir aprobando mejoras. Tanto sindicatos como ministerio están de acuerdo en que si se logran acuerdos concretos merece la pena darles vigencia cuanto antes, por ejemplo a modo de Real Decreto, y luego, cuando ya esté todo, juntarlo en un Estatuto Docente que regule la profesión. Y, por supuesto, las organizaciones de representación del profesorado y el gobierno difieren en qué urge más. Los sindicatos quieren empezar por lo material, por llamarlo de alguna manera. Sus condiciones laborales: reducir las ratios de alumnado en clase y las horas lectivas semanales que imparten o la unificación de todo el colectivo en el grupo A1 de funcionarios son las prioridades sindicales. El ministerio, que habla de “la legislatura del profesorado”, ha explicado que no va a comentar negociaciones abiertas, pero publicó hace un par de años un documento con 24 medidas que podría considerarse su guía sobre el estatuto. Ni la actual dirección de Educación ni la anterior parecen haber estado muy interesados en esas cuestiones cotidianas (pero de gran impacto en la educación) que priorizan los sindicatos: eligieron no incluir en la Lomloe ni ratios ni horas lectivas, que el PP sí subió en su momento por ley. Educación parece tener la mirada más dirigida al medio o largo plazo y quiere comenzar por lo estructural: los planes de estudio de magisterio (con examen de acceso incluido), el cuestionadísimo máster de Secundaria o el desarrollo de las competencias docentes (dicho de manera muy simple, cosas que deben saber hacer los docentes y el dominio que alcancen sobre ellas). Sobre todas estas cuestiones tendrán que ponerse de acuerdo Educación y hasta siete sindicatos, cada uno de su padre y de su madre incluidos un nacionalista gallego y otro vasco. La negociación se promete larga y compleja, pero tampoco puede eternizarse si las partes quieren que sea una realidad antes de que se acabe la legislatura. Esta semana hemos hablado de... Estudiantes de FP sanitaria protestan el año pasado ante la consejería de Educación de Madrid por la falta de plazas para realizar sus prácticas obligatorias Las prácticas de la FP, en riesgo (otra vez). Estudiantes de todo el país empiezan a temer, porque se lo han dicho sus tutores, que no van a tener plaza para hacer sus prácticas obligatorias. Quizá recordéis que ya sucedió el año pasado. La Formación Profesional tiene muchísimo tirón y la normativa impone cada vez más horas de prácticas. En algunas ramas, como la sanitaria, las plazas están limitadas porque hay los hospitales que hay. En otras las empresas no se acaban de animar a acoger becarios. Por unas o por otras, es un problema grave que lleva
Recibe el boletín – Cada semana, te enviamos las novedades de las aulas y alrededores en nuestro boletín sobre Educación
La semana pasada sucedió algo que ha pasado relativamente desapercibido. Fue el primer paso de un camino que se prevé largo pero que, sobre todo, está llamado a marcar el futuro del profesorado de todo el país, tanto de los que ya ejercen como de los que aspiran a hacerlo: sindicatos y Ministerio de Educación han empezado a negociar el Estatuto Docente.
Es una noticia de calado porque supone atender una de las principales reivindicaciones del profesorado –si no la más– y viene de años y años atrás. Quizá recuerdes que Ángel Gabilondo trató de abrir infructuosamente ese melón en 2009. Hasta hoy.
¿Y para qué sirve un Estatuto Docente? Para todo. Formación inicial (los planes de Magisterio, el máster de Secundaria), acceso (las oposiciones), desarrollo (categorías), salario (nivel funcionarial, complementos), condiciones laborales (ratios de alumnado por clase, horas lectivas semanales...) y más cosas.
La pelea ahora entre las partes es priorizar. La negociación va a ser larga y compleja, pero no hace falta esperar a que esté todo para ir aprobando mejoras. Tanto sindicatos como ministerio están de acuerdo en que si se logran acuerdos concretos merece la pena darles vigencia cuanto antes, por ejemplo a modo de Real Decreto, y luego, cuando ya esté todo, juntarlo en un Estatuto Docente que regule la profesión.
Y, por supuesto, las organizaciones de representación del profesorado y el gobierno difieren en qué urge más. Los sindicatos quieren empezar por lo material, por llamarlo de alguna manera. Sus condiciones laborales: reducir las ratios de alumnado en clase y las horas lectivas semanales que imparten o la unificación de todo el colectivo en el grupo A1 de funcionarios son las prioridades sindicales.
El ministerio, que habla de “la legislatura del profesorado”, ha explicado que no va a comentar negociaciones abiertas, pero publicó hace un par de años un documento con 24 medidas que podría considerarse su guía sobre el estatuto. Ni la actual dirección de Educación ni la anterior parecen haber estado muy interesados en esas cuestiones cotidianas (pero de gran impacto en la educación) que priorizan los sindicatos: eligieron no incluir en la Lomloe ni ratios ni horas lectivas, que el PP sí subió en su momento por ley.
Educación parece tener la mirada más dirigida al medio o largo plazo y quiere comenzar por lo estructural: los planes de estudio de magisterio (con examen de acceso incluido), el cuestionadísimo máster de Secundaria o el desarrollo de las competencias docentes (dicho de manera muy simple, cosas que deben saber hacer los docentes y el dominio que alcancen sobre ellas).
Sobre todas estas cuestiones tendrán que ponerse de acuerdo Educación y hasta siete sindicatos, cada uno de su padre y de su madre incluidos un nacionalista gallego y otro vasco. La negociación se promete larga y compleja, pero tampoco puede eternizarse si las partes quieren que sea una realidad antes de que se acabe la legislatura.
Esta semana hemos hablado de...
- Las prácticas de la FP, en riesgo (otra vez). Estudiantes de todo el país empiezan a temer, porque se lo han dicho sus tutores, que no van a tener plaza para hacer sus prácticas obligatorias. Quizá recordéis que ya sucedió el año pasado. La Formación Profesional tiene muchísimo tirón y la normativa impone cada vez más horas de prácticas. En algunas ramas, como la sanitaria, las plazas están limitadas porque hay los hospitales que hay. En otras las empresas no se acaban de animar a acoger becarios. Por unas o por otras, es un problema grave que lleva camino de enquistarse.
- Hablando de estudiantes que hacen prácticas no remuneradas, la semana pasado se conoció por primera que en España hay casi un millón de universitarios en esta situación (y otros 250.000 que sí reciben algo).
- La contabilidad analítica llega por fin a la universidad. Esta herramienta permite a los rectorados calcular al céntimo cuánto les cuesta cada servicio que ofrecen, desde una hora de docencia hasta abrir un edificio, pasando por un graduado concreto en un campus determinado. No es nueva, muchas universidades llevan años trabajando con ella, pero ahora será obligatoria: la nueva ley obliga a que esté implantada en tres meses y promete cambiar, para mejor, la toma de decisiones en la universidad. Algunos expertos te amplían qué es y para qué sirve en este artículo.
- Los recortes ahogan a la clínica veterinaria de la Complutense. El Hospital Clínico Veterinario Complutense (HCVC) suspendió a mediados de diciembre su servicio de Urgencias y Hospitalización de Pequeños Animales debido a la falta de personal. Estaba previsto que el servicio se retomara ayer de manera limitada (solo por las mañanas). En el centro aseguran que el problema es una consecuencia directa de los recortes presupuestarios que afectan a las universidades públicas madrileñas, aspecto sobre el que no me extenderé porque hemos hablado largo y tendido.
Para subir nota
- Han asesinado a un estudiante en la puerta del instituto. ¿Y, ahora, qué? A principios de año un joven mató a otro en la puerta del instituto del fallecido. Os dejo, más allá de la noticia en sí, de la que faltan muchos detalles, unas reflexiones compartidas por una exdocente del centro sobre cómo gestionar el después de.
- 29 millones de euros separan a los rectores andaluces de la Junta (para empezar). La cifra total que reclaman rectores y sindicatos al Gobierno de Moreno Bonilla para arreglar sus problemas económicos es de 50 millones de euros: la mitad de ellos para cumplir íntegramente con el modelo de financiación, y el resto para pagar los complementos retributivos de la plantilla. La Junta se ha comprometido a abonar en breve 21 millones de euros. Los rectores, claro, dicen que esa cuantía “no satisface” los problemas que afrontan y denuncian además que el Ejecutivo andaluz ni siquiera pretende asentarlos, que es un solo pago puntual.
- ¿En qué fijarme para elegir colegio? Se acerca la época de elegir colegio para los padres primerizos, que muy a menudo no tienen claro cuáles son los criterios para elegir un centro. Os dejo los consejos que ofrece una profesora en activo. Tomad nota.
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