Suzie Miller, la dramaturga del sí es sí: «La violación es la parte más complicada del sistema legal»
Suzie Miller trabajó durante años como abogada. Su experiencia en los juzgados le valió para escribir uno de los monólogos teatrales más aclamados de la última década. Se trata de 'Prima facie', que se estrenó en 2019 en Sídney; en 2022 en West End y en 2023 en Broadway, el mismo año en que Vicky Luengo la protagonizó en España. Especializada en derechos humanos, derechos del niño y personas más vulnerables, Miller abordó muchos casos agresiones sexuales. Y fue justamente dándoles cobertura jurídica cuando descubrió que el sistema tenía serios y graves errores de inequidad. Fue así como vio luz Tess, una de las abogadas más exitosas del país, alguien que está acostumbrada a ganar todos los casos a los que se enfrenta. Sin embargo, todo cambiará para ella repentinamente cuando se convierta en víctima de una agresión sexual e intente conseguir justicia . Es justo esa la historia que Suzie Miller plasma, esta vez como novela, y que acaba de publicar el sello Seix Barral en España. Su versión cinematográfica se estrenará en verano. Del escenario a la novela, ¿por qué? Cuando escribí la obra, tuve que dejar fuera tantas cosas. El primer borrador que escribí hubiera durado tres horas sobre el escenario. Tuve que recortar mucho, con la intención de que todo eso formar parte de un libro. He profundizado en Tessa, hablando un poco de su juventud, experiencias previas que en la obra no tenían cabida. Y fue la primera vez en que yo quise contarle a la gente más sobre el personaje. Ha sido mi primera vez también este proceso en este sentido. Y me ha parecido muy interesante porque cada actor, actriz en este caso, que la interpreta le aporta lo suyo. Eso me inspira. Por ejemplo, Tessa no tiene color de piel, no sabemos qué raza es, sabemos la clase social a la que pertenece. ¿Se siente usted dramaturga antes que narradora? Mis historias vienen primero del teatro, porque es un foro de ideas. Siempre he sido un animal de teatro, me encanta el personaje puro y duro y me encanta dejar una huella fuerte y una impresión en el público, pero al ser novelista he encontrado también una inmensa belleza. Puedes escribir sin el director en mente, sin actriz en mente, sin nadie que te diga 'no, no, es muy largo, aquí recorta' o 'esto no funcionará en un escenario'. Ha sido una maravilla escribir esto. Lo he vivido, lo he disfrutado. Escribía ocho, nueve horas al día. Me encanta, me liberé mucho, me metí mucho en el personaje. ¿Cómo conviven la verdad jurídica y la verdad literaria? Todo esto empezó porque cuando estudiaba Derecho leía estos casos, veía cómo se desencadenaban y pensé: se supone que es la verdad objetiva, ¿no? Estás buscando una verdad muy concreta, de una manera muy concreta, pero el derecho no es ciencia. La ley está para proteger a los hombres, básicamente. En casos de agresión sexual, están muy claros cuáles son sus derechos. En los años 90 en Gran Bretaña descartaron el hecho de que violar a la esposa fuese posible, porque tú te has casado con ese señor y por tanto has consentido sexo con él siempre Tess es una abogada infalible a la que le va a costar, incluso, probar que ha sido agredida sexualmente. Su heroína sufre una paradoja. Ese es el conflicto del personaje. No sólo tiene que demostrar un delito que a ella le ocurrió, que no dio el consentimiento, sino que además demostrar que él lo hizo a propósito, que tenía un grupo de gente alrededor para asegurar que esa verdad es la que se sostenía. Aquí hay una derivada literaria… En derecho, cuando tú cuentas un relato y según qué relato se trata de dos hechos diferentes. Y no es el juez el que decide a quién se cree. Es el jurado, quien, influido no solo por cómo se ha contado esa historia una y la otra, sino también por las preguntas de los letrados y de cómo utilizan los abogados un tono distinto y cómo formulan las preguntas de manera distinta para hacer parecer que esa persona miente. Hemos visto hace poco un caso en España una situación muy. Parecida en un juicio por agresión sexual. ¿A qué lo atribuye? Con una víctima de una agresión sexual se utilizan muchos estereotipos, muchos mitos. Los hombres piensan que solo llevan lencería las mujeres cuando salen porque buscan lío y buscan sexo. No se dan cuenta de que la mujer puede llevar esa lencería todos los días, en todo momento, porque le gusta, porque es su ropa íntima, porque es así. Y esto que se solía hacer en el tribunal, que era para como infravalorar, eso ya no se puede hacer porque no puedes basarte en un mito, ni en un estereotipo, ni en una leyenda. ¿Qué entraña la violación como conflicto? Dependiendo de quién cuenta, puede ser aceptada o refutada. La violación es la parte más complicada del sistema legal. Hay dos personas que pueden estar contando la verdad. La mujer puede decir 'yo no consentí', 'yo fui violada´ y el hombre puede decir 'yo pensé que consentía 'y los dos quizás estén diciendo la verdad, posiblemente. El problema es por qué tenemos un sistema configurado así. Pues porque le ha ser
Suzie Miller trabajó durante años como abogada. Su experiencia en los juzgados le valió para escribir uno de los monólogos teatrales más aclamados de la última década. Se trata de 'Prima facie', que se estrenó en 2019 en Sídney; en 2022 en West End y en 2023 en Broadway, el mismo año en que Vicky Luengo la protagonizó en España. Especializada en derechos humanos, derechos del niño y personas más vulnerables, Miller abordó muchos casos agresiones sexuales. Y fue justamente dándoles cobertura jurídica cuando descubrió que el sistema tenía serios y graves errores de inequidad. Fue así como vio luz Tess, una de las abogadas más exitosas del país, alguien que está acostumbrada a ganar todos los casos a los que se enfrenta. Sin embargo, todo cambiará para ella repentinamente cuando se convierta en víctima de una agresión sexual e intente conseguir justicia . Es justo esa la historia que Suzie Miller plasma, esta vez como novela, y que acaba de publicar el sello Seix Barral en España. Su versión cinematográfica se estrenará en verano. Del escenario a la novela, ¿por qué? Cuando escribí la obra, tuve que dejar fuera tantas cosas. El primer borrador que escribí hubiera durado tres horas sobre el escenario. Tuve que recortar mucho, con la intención de que todo eso formar parte de un libro. He profundizado en Tessa, hablando un poco de su juventud, experiencias previas que en la obra no tenían cabida. Y fue la primera vez en que yo quise contarle a la gente más sobre el personaje. Ha sido mi primera vez también este proceso en este sentido. Y me ha parecido muy interesante porque cada actor, actriz en este caso, que la interpreta le aporta lo suyo. Eso me inspira. Por ejemplo, Tessa no tiene color de piel, no sabemos qué raza es, sabemos la clase social a la que pertenece. ¿Se siente usted dramaturga antes que narradora? Mis historias vienen primero del teatro, porque es un foro de ideas. Siempre he sido un animal de teatro, me encanta el personaje puro y duro y me encanta dejar una huella fuerte y una impresión en el público, pero al ser novelista he encontrado también una inmensa belleza. Puedes escribir sin el director en mente, sin actriz en mente, sin nadie que te diga 'no, no, es muy largo, aquí recorta' o 'esto no funcionará en un escenario'. Ha sido una maravilla escribir esto. Lo he vivido, lo he disfrutado. Escribía ocho, nueve horas al día. Me encanta, me liberé mucho, me metí mucho en el personaje. ¿Cómo conviven la verdad jurídica y la verdad literaria? Todo esto empezó porque cuando estudiaba Derecho leía estos casos, veía cómo se desencadenaban y pensé: se supone que es la verdad objetiva, ¿no? Estás buscando una verdad muy concreta, de una manera muy concreta, pero el derecho no es ciencia. La ley está para proteger a los hombres, básicamente. En casos de agresión sexual, están muy claros cuáles son sus derechos. En los años 90 en Gran Bretaña descartaron el hecho de que violar a la esposa fuese posible, porque tú te has casado con ese señor y por tanto has consentido sexo con él siempre Tess es una abogada infalible a la que le va a costar, incluso, probar que ha sido agredida sexualmente. Su heroína sufre una paradoja. Ese es el conflicto del personaje. No sólo tiene que demostrar un delito que a ella le ocurrió, que no dio el consentimiento, sino que además demostrar que él lo hizo a propósito, que tenía un grupo de gente alrededor para asegurar que esa verdad es la que se sostenía. Aquí hay una derivada literaria… En derecho, cuando tú cuentas un relato y según qué relato se trata de dos hechos diferentes. Y no es el juez el que decide a quién se cree. Es el jurado, quien, influido no solo por cómo se ha contado esa historia una y la otra, sino también por las preguntas de los letrados y de cómo utilizan los abogados un tono distinto y cómo formulan las preguntas de manera distinta para hacer parecer que esa persona miente. Hemos visto hace poco un caso en España una situación muy. Parecida en un juicio por agresión sexual. ¿A qué lo atribuye? Con una víctima de una agresión sexual se utilizan muchos estereotipos, muchos mitos. Los hombres piensan que solo llevan lencería las mujeres cuando salen porque buscan lío y buscan sexo. No se dan cuenta de que la mujer puede llevar esa lencería todos los días, en todo momento, porque le gusta, porque es su ropa íntima, porque es así. Y esto que se solía hacer en el tribunal, que era para como infravalorar, eso ya no se puede hacer porque no puedes basarte en un mito, ni en un estereotipo, ni en una leyenda. ¿Qué entraña la violación como conflicto? Dependiendo de quién cuenta, puede ser aceptada o refutada. La violación es la parte más complicada del sistema legal. Hay dos personas que pueden estar contando la verdad. La mujer puede decir 'yo no consentí', 'yo fui violada´ y el hombre puede decir 'yo pensé que consentía 'y los dos quizás estén diciendo la verdad, posiblemente. El problema es por qué tenemos un sistema configurado así. Pues porque le ha servido al patriarcado hasta ahora. Los hombres se defienden diciendo: 'bueno, tampoco vamos a firmar un contrato antes de tener sexo'. Si estás en una situación íntima, explorando el cuerpo de otro ser humano, tienes la obligación de comportarte como un humano, no como un contrato. Es una relación de confianza está bien preguntar y comprobar si la otra persona se encuentra a gusto. Y hay otro problema también. Según el patriarcado, para un hombre, si has dicho sí una vez, pues ya está. ¿En qué punto del ejercicio de la abogacía influyó en usted? Tuve muchas conversaciones, porque yo defendía, yo solía defender a criminales. Muchos no venían de un trasfondo fácil. Y entonces yo decía, bueno, no sé si puedo repreguntar a una persona que dice ser víctima de una violación, porque cuando haces estas preguntas… por ejemplo. A veces se enseñan las bragas. 'Tú llevabas esto, ¿no?' 'Porque, entonces, tú consentías'. ¿Se atribuyen intenciones por cierta ropa que llevas? No hay que presuponer nada. Y yo quería destacar ese doble rasero, ¿no? Cómo se ve a la mujer y al hombre en el mundo y lo difícil que es incluso que los hombres entiendan que no tienen más derechos y que aquí la cosa no va de ellos. El sistema depende del jurado, que está integrado personas de la comunidad, de la calle. Los dobles raseros que tenemos como comunidad se ven reflejados en ese jurado. No solo tienes las dos versiones de víctima y supuesto agresor y del fiscal y del abogado defensor, tienes los mitos que vienen ya con el propio jurado y se encierran en su salita y todo lo que han oído toda la vida, ¿no? De, ah, claro, es que mira, andaba por la calle a tan tarde, oye, pues se lo ha buscado, qué sé yo. Eso es justo lo que ocurre en esta historia.
Publicaciones Relacionadas