Sólo los hogares con miembros de más de 65 años logran una mejora neta de ingresos
« La prioridad de las administraciones públicas ha sido aumentar el gasto dedicado al grupo de edad con mayor nivel de renta». Es la conclusión a la que llega el Instituto Juan de Mariana en un informe sobre «La desigualdad en España y en el mundo», en el que explica que los hogares cuyos miembros tienen más de 65 años logran una mejora neta en sus ingresos al tomar en cuenta los que les transfiere el sector público y los impuestos que pagan a través de las distintas vías. Puntualiza que, por el contrario, el resto de las hogares son contribuyentes netos. Según este trabajo, las familias con al menos una persona menor de 30 años concentran la mayor tasa de pobreza (41,4%) y, al mismo tiempo, son el segmento que dedica un mayor porcentaje de sus ingresos a pagar impuestos (el 48% de su renta) y también los que menos prestaciones reciben, el 33% de su renta. Dice el 'think tank' que dirige Manuel Llamas que las pensiones abonadas por la Seguridad Social entre 2002 y 2022 absorbieron alrededor de cuatro de cada diez euros de los nuevos ingresos públicos . Concreta que mientras que los ingresos del conjunto de las administraciones públicas crecieron en 287.000, la factura derivada del gasto en pensiones subió en 110.000 millones. «No hay otro país de la Unión Europea -asegura- que haya dedicado un esfuerzo tan grande de su presupuesto adicional al pago de pensiones». En esta línea, el Instituto revela que la cohorte de edad de 65 años tiene un nivel de renta un 2% superior al grupo de los menores de esa edad y que «esto supone una anomalía dentro de la Unión Europea, donde, en promedio, los más mayores tienen una renta equivalente inferior en un 11%. Por lo tanto, la intervención pública está gravando el problema de la desigualdad en España y generando una creciente brecha intergeneracional», afirman los autores del trabajo. Describe el informe que tras las dos guerras mundiales la vivienda y las pensiones empezaron a tener una «importancia mayoritaria» entre los activos en manos de los ciudadanos. Sobre las pensiones afirman que el aumento de la esperanza de vida , la primacía del ahorro privado como complemento, o incluso pilar de los sistemas de pensiones, y creciente acceso a los activos financieros y otras formas de inversión explican el aumento de la riqueza de los hogares generada por esta vía. Citan datos de la OCDE, según los cuales los fondos de pensiones acumulan en el mundo 56 billones de dólares de ahorro para la vejez y que crecimiento ha sido notable a lo largo de las última década, ya que en 1980 sumaba menos de un billón. Sin embargo, también precisan que en el caso de España, donde el sistema de pensiones es de reparto «hay diferencias notables». Recuerdan que el Gobierno ha retirado distintos incentivos fiscales que primaban las aportaciones a los planes de pensiones, por lo que la riqueza de los hogares en este tipo de vehículos es notablemente inferior, del 8,6% del PIB . Argumentan los autores del trabajo que por este motivo, y citan datos de la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, «no es de extrañar que tan sólo el 29,5% de los hogares en España cuente con planes de pensiones ». Subrayan que el valor mediano del capital acumulado en este tipo de activos era de apenas 12.000 euros en 2022 y que, en cambio, el porcentaje de hogares que son propietarios de su vivienda habitual es del 72,1%, con un valor mediano de 150.000 euros, y que el 33,8% de las familias cuentan con una vivienda distinta a la principal. «Por tanto -señalan- favorecer un uso más eficiente de ese capital ilíquido será clave a futuro, de ahí la creciente popularidad de distintos productos financieros que ofrecen rentas complementarias a la pensión a cambio de la transferencia de la vivienda, que el titular mantiene en usufructo hasta su deceso». El Instituto Juan de Mariana denuncia que en España ha ido a más desde hace años el «pensamiento de suma y cero, que ignora la creación de riqueza y sólo se preocupa por su redistribución». Añade que «no sorprende que nuestros indicadores de renta se hayan alejado cada vez más de Europa y Estados Unidos, puesto que la popularidad de este tipo de discursos se traduce en la preferencia por políticas económicas obsesionadas con penalizar, obstaculizar y gravar la creación de riqueza ».
« La prioridad de las administraciones públicas ha sido aumentar el gasto dedicado al grupo de edad con mayor nivel de renta». Es la conclusión a la que llega el Instituto Juan de Mariana en un informe sobre «La desigualdad en España y en el mundo», en el que explica que los hogares cuyos miembros tienen más de 65 años logran una mejora neta en sus ingresos al tomar en cuenta los que les transfiere el sector público y los impuestos que pagan a través de las distintas vías. Puntualiza que, por el contrario, el resto de las hogares son contribuyentes netos. Según este trabajo, las familias con al menos una persona menor de 30 años concentran la mayor tasa de pobreza (41,4%) y, al mismo tiempo, son el segmento que dedica un mayor porcentaje de sus ingresos a pagar impuestos (el 48% de su renta) y también los que menos prestaciones reciben, el 33% de su renta. Dice el 'think tank' que dirige Manuel Llamas que las pensiones abonadas por la Seguridad Social entre 2002 y 2022 absorbieron alrededor de cuatro de cada diez euros de los nuevos ingresos públicos . Concreta que mientras que los ingresos del conjunto de las administraciones públicas crecieron en 287.000, la factura derivada del gasto en pensiones subió en 110.000 millones. «No hay otro país de la Unión Europea -asegura- que haya dedicado un esfuerzo tan grande de su presupuesto adicional al pago de pensiones». En esta línea, el Instituto revela que la cohorte de edad de 65 años tiene un nivel de renta un 2% superior al grupo de los menores de esa edad y que «esto supone una anomalía dentro de la Unión Europea, donde, en promedio, los más mayores tienen una renta equivalente inferior en un 11%. Por lo tanto, la intervención pública está gravando el problema de la desigualdad en España y generando una creciente brecha intergeneracional», afirman los autores del trabajo. Describe el informe que tras las dos guerras mundiales la vivienda y las pensiones empezaron a tener una «importancia mayoritaria» entre los activos en manos de los ciudadanos. Sobre las pensiones afirman que el aumento de la esperanza de vida , la primacía del ahorro privado como complemento, o incluso pilar de los sistemas de pensiones, y creciente acceso a los activos financieros y otras formas de inversión explican el aumento de la riqueza de los hogares generada por esta vía. Citan datos de la OCDE, según los cuales los fondos de pensiones acumulan en el mundo 56 billones de dólares de ahorro para la vejez y que crecimiento ha sido notable a lo largo de las última década, ya que en 1980 sumaba menos de un billón. Sin embargo, también precisan que en el caso de España, donde el sistema de pensiones es de reparto «hay diferencias notables». Recuerdan que el Gobierno ha retirado distintos incentivos fiscales que primaban las aportaciones a los planes de pensiones, por lo que la riqueza de los hogares en este tipo de vehículos es notablemente inferior, del 8,6% del PIB . Argumentan los autores del trabajo que por este motivo, y citan datos de la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, «no es de extrañar que tan sólo el 29,5% de los hogares en España cuente con planes de pensiones ». Subrayan que el valor mediano del capital acumulado en este tipo de activos era de apenas 12.000 euros en 2022 y que, en cambio, el porcentaje de hogares que son propietarios de su vivienda habitual es del 72,1%, con un valor mediano de 150.000 euros, y que el 33,8% de las familias cuentan con una vivienda distinta a la principal. «Por tanto -señalan- favorecer un uso más eficiente de ese capital ilíquido será clave a futuro, de ahí la creciente popularidad de distintos productos financieros que ofrecen rentas complementarias a la pensión a cambio de la transferencia de la vivienda, que el titular mantiene en usufructo hasta su deceso». El Instituto Juan de Mariana denuncia que en España ha ido a más desde hace años el «pensamiento de suma y cero, que ignora la creación de riqueza y sólo se preocupa por su redistribución». Añade que «no sorprende que nuestros indicadores de renta se hayan alejado cada vez más de Europa y Estados Unidos, puesto que la popularidad de este tipo de discursos se traduce en la preferencia por políticas económicas obsesionadas con penalizar, obstaculizar y gravar la creación de riqueza ».
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