Lauri Markkanen critica el ‘tanking’

Tras dos años tirados por el retrete y la obcecación de la gerencia por perseguir pajaritos en el aire, los Utah Jazz se han decidido, por fin, a tomar un rumbo definido, que no es otro que posicionarse para el draft. Superado el ecuador del curso, los Utah Jazz ocupan la última posición de la Conferencia Oeste con un récord de 10-32, solo empeorado por los Washington Wizards (6-35).

Para facilitar este camino —y habiendo aprendido que empezar en febrero no da resultados—, jugadores como Lauri Markkanen, John Collins o Walker Kessler se han perdido algún que otro encuentro más de lo necesario. No es que el cuerpo técnico dirigido por Will Hardy los haya apartado de la rotación sin motivo, sino que los problemas físicos que han sufrido han precisado de más tiempo de recuperación que si, por ejemplo, el equipo estuviera compitiendo por jugar playoffs.

Los tanques recorren ahora las calles de Salt Lake City, pero varios componentes de la plantilla no están del todo contentos con esta decisión. Uno de ellos es Markkanen, quien no tuvo reparos a la hora de compartir su opinión al respecto.

«No creo que perder, o perder a propósito, deba ser parte de los deportes profesionales”, afirmó Markkanen, según recoge el medio Salt Lake Tribune. «Siento que los deportistas siempre quieren competir. Entiendo por qué algunas franquicias de la NBA lo están haciendo, pero siento que es una lástima, en mi opinión. Debería haber una mejor manera de construir las plantillas. Así ha sido, así que lo entiendo, pero esa es mi opinión».

No deja de ser curioso que sea el propio Markkanen quien critique esta práctica. Este pasado verano renegoció y extendió su contrato con los Jazz por cinco años y 238 millones de dólares, una decisión que seguramente habrá tomado sabiendo la trayectoria deportiva fijada por la gerencia para, como mínimo, esta temporada.

No obstante, su postura es defendida por otros veteranos del equipo, como es el caso del incombustible Patty Mills, con más de 1.000 partidos y un campeonato de la NBA a sus espaldas. «No lo sé. Siempre he jugado con un propósito. Así que cuando no hay propósito, es muy difícil», declaró el internacional australiano. «Obviamente es un negocio, así que nuestro trabajo es salir a la cancha y ayudar a desarrollar, a enseñar, especialmente a estos jóvenes, cómo ser profesionales».

Es evidente que el denominado tanking surge de las oficinas y que cuerpo técnico y jugadores siempre querrán conseguir la victoria cuando están en una cancha. Lo que sí resulta remarcable es la aparente discordancia que existe entre algunos jugadores del roster y las decisiones tomadas por la gerencia de los Jazz.

(Fotografía de portada de Joe Camporeale-Imagn Images)