La evolución defensiva de Alperen Sengun

Muchas cosas explican el ascenso protagonizado por los Houston Rockets en las últimas dos temporadas, pero la razón fundamental señala a la defensa. En apenas dos temporadas, Ime Udoka ha transformado el segundo peor ratio defensivo de la NBA en la cuarta mejor defensa de la liga. Entre una y otra, los de Texas encajan diez puntos menos por cada cien posesiones. Que se dice pronto.

La visión del head coach —quien ya había hecho de Boston la muralla más complicada de asaltar— ha venido acompañada de jugadores capaces de convertir la teoría en resultados. No solo veteranos como Dillon Brooks, sino también recién llegados a la liga que han caído de pie bajo el amparo de Udoka, como Amen Thompson.

Esta mentalidad no solo exprime a los anotadores rivales, sino que también contagia a aquellos otros jugadores no tan conocidos por su destreza defensiva. Y ese es el caso de Alperen Sengün, cuyo paquete de habilidades se expresa de manera mucho más natural y libre en la ofensiva de los Rockets. No obstante, Udoka ya dejó claro desde el primer momento que la defensa era prioritaria y que la juventud no sería ningún atenuante: quien no defiende se va al banquillo.

Ya fuera una amenaza o una de sus aplaudidas técnicas de motivación, lo cierto es que Sengün se puso manos a la obra. Desde su llegada a la liga, las principales dudas señalaban a su defensa y la dificultad para enfrentar determinados emparejamientos con exteriores o en situaciones de pick-and-roll. Sus dos primeros años parecían reforzar este recelo, pero con Udoka está reescribiendo dicha narrativa.

Todo aprendizaje responde a plazos y posee su propia curva, más o menos gradual. En el caso de Sengun, cuerpo técnico y jugador han priorizado la defensa del pick-and-roll, pues consideran que puede devolver mayores réditos en el corto y largo plazo.

La temporada pasada, el juego exterior absorbió gran parte del trabajo defensivo en estas situaciones. Con un esquema agresivo, Houston hizo hincapié en obligar a sus defensores perimetrales a superar los bloqueos para presionar al jugador con balón y facilitar la defensa de Sengün sobre el roller man. En algunas ocasiones, incluso, la falta de reacción del turco obligaba a algún compañero a hacer una ayuda, dejando sin marca a un rival.

Esta temporada, sin embargo, Sengün se está anticipando mucho mejor a las líneas de pase al hombre interior y está protegiendo mejor el aro, sin comentar tantas faltas: de 3,3 infracciones por encuentro ha pasado a 2,8 en una cantidad de minutos muy similar. Los resultados están siendo muy positivos para los intereses de los Rockets: sus rivales están registrando un 3,2% menos de acierto en la zona restringida y un 4,2% en la pintura respecto al pasado curso. No parece demasiado, pero estos datos han permitido que los de Texas se sitúen en el Top 5 en ambas categorías.

Los resultados defensivos de los Rockets emanan del trabajo colectivo de todas sus piezas, los cambios y ayudas defensivas, y una especial atención en el perímetro —solo Orlando y Oklahoma City permiten menos triples—. Los exteriores, ahora, pueden estar más atentos a los tiradores, pues saben que Sengün les cubre las espaldas: con él en pista encajan 4,8 puntos menos por cada cien posesiones, lo que lo sitúan en el percentil 83 de la NBA. Sin ser un dato excelente, pero sustancialmente superior al que recopiló el pasado curso: Houston recibía dos puntos más en el mismo número de posesiones, cayendo hasta el percentil 34.

Además, ha quintuplicado su rendimiento en Defensive Box Plus/Minus en apenas dos temporadas. En esta se sitúa en 13ª posición de este ranking de medición defensiva, por delante de auténticos especialistas como Jaren Jackson Jr., Jalen Suggs, Bam Adebayo, Evan Mobley o Lu Dort. En cabeza, por supuesto, dos auténticos monstruos, cada uno en sus menesteres: Victor Wembanyama y Shai Gilgeous-Alexander.

Si Sengün —quien renovó en octubre por cinco años y 185 millones de dólares— sigue creciendo como defensor bajo la férrea tutela de Udoka y es capaz de desafiar a los mejores centers de la liga, Houston será un equipo todavía más peligroso durante muchos años y confirmará su emergente condición de contender.

(Fotografía de portada de Petre Thomas-Imagn Images)