Dog whistle: el arma de la ultraderecha. Por qué es tan efectiva y ejemplos para identificarla

El mecanismo de un silbato para perros —dog whistle en inglés— es simple. Al soplar por una de sus aberturas emite un sonido de alta frecuencia que resulta imperceptible para el oído humano pero no para el de los perros al tener estos un mayor espectro de audición."Llama a tu perro sin molestar a tus vecinos" podría ser un eslógan de dicho producto.Este artilugio sirve de metáfora para un fenómeno que se da en política y que es más común y peligroso —y poderoso— de lo que aparenta. Consiste en el uso de un lenguaje en clave —o codificado— para conseguir el apoyo de un perfil concreto de personas sin provocar la oposición del resto.Además de servir como medio de manipulación de masas le ha permitido a la extrema derecha moverse por terrenos que antes le eran aparentemente vetados y obtener la aprobación de un público que, de conocer el contenido, rechazarían el continente.También sirve como blanqueador en la promoción de ideas o movimientos políticos que atentan contra derechos fundamentales y contra los intereses de la mayoría social —aunque el mensaje en código suela tener a las minorías como principal objetivo— con el apoyo indispensable de buena parte del cuarto poder y de las RRSS.Pondré algún ejemplo y mencionaré el porqué de su efectividad.No sin antes señalar que el partido político que mayor uso hace del silbato en España es Vox. El PP no le va a la zaga en su lucha por mantener al electorado más extremo. Tarea complicada —salvo para deshonrosas excepciones— dado que desde Vox, como desde el resto de partidos que conforman la Internacional Fascista, van a calzón quitao... ...Pero sin renunciar a las virtudes del silbato.El dog whistle como medio para asegurarse la simpatía de los más ultras (sin despertar demasiados recelos):"Ya hemos pasao", "Hacer España grande otra vez", Abascal citando a Ramiro Ledesma en el Congreso de los diputados o que declarase en ese mismo lugar que el entonces gobierno de coalición PSOE-Podemos "es el peor gobierno en 80 años"...El uso de retórica fascista y proclamas nostálgicas ambiguas son bastante recurrentes en el partido. Pero, como dije en la introducción, el principal primer objetivo en la estrategia del silbato para perros para asegurarse el apoyo de los más ultras mientras se pica en posiciones algo moderadas suelen ser las minorías.Ya que si hay un nicho desde el que se hacen guiños a los fascistas mediante el silbato para perros es el de la inmigración.Este cartel intenta transmitir la idea —mediante el bulo— de que "los españoles primero".En sí es una declaración xenófoba y que incurriría en un posible delito de odio, pero para buena parte de la masa social es un discurso aceptable: "primero los de casa; luego, ya veremos...".Lo que no es tan identificable a simple vista es que este mural no guarda ninguna diferencia con aquellos lemas de la ultraderecha de los noventa que bien supo plasmar Álex de la Iglesia en su mítica "El día de la bestia" como "Limpia Madrid".Y con "limpia Madrid" no se referían a barrer las calles.No con escobas, o mangueras, al menos.En grande: el bulo ("lo que recibe tu abuela" vs. "lo que reciben los menas").En pequeño: el pitido ("Protege Madrid" de indeseables).De hecho el uso del imperativo no es en absoluto casual. Tampoco lo es la tipografía de graffiti del "vota seguro".Como tampoco es casual esta campaña menos sutil del PP:La batalla por ver quién es más fascista para que no te roben buena parte de tu electorado.Como parte de dicha pugna, el día 26 de abril de 2021 Abascal acudió acompañado por la entonces candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, al estadio de fútbol del Rayo Vallecano. Compartieron fotos desde el palco en sus redes sociales y los medios se hicieron eco de la visita.En sí no tiene nada de malo a simple vista. Un acto de campaña como otro cualquiera. Si no fuera por el detalle de que ese día había partido a puerta cerrada. Y no cualquier enfrentamiento. El Albacete volvía por primera vez al Estadio de Vallecas tras el fatídico encuentro en el que la Real Federación Española de Fútbol —prepiquito— consideró que los cánticos antifascistas provenientes de la grada bukanera contra el jugador ucraniano Zozulya del equipo visitante eran merecedores de ser sancionados incluyendo la suspensión del partido que se estaba disputando con el argumento de que llamar nazi a un nazi declarado supone un delito de odio.Lo que aparentaba ser un simple acto de campaña de los de Vox —que también— era en realidad un guiño a los fascistas.Y es así como consiguen declararse a sí mismos como nazis (o aliados de los nazis, si es que existe alguna diferencia) sin decirlo abiertamente mientras sus simpatizantes se encargan de ocultar las costuras mediante el bombardeo de falacias y el desove de arenques colaborando en que gran parte de la población no reciba la excitación (el pitido/señal) suficiente que les pueda provocar algún tipo de rechazo."Solo han ido a ver un partido", "es casualidad", "el cal

Jan 22, 2025 - 22:23
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Dog whistle: el arma de la ultraderecha. Por qué es tan efectiva y ejemplos para identificarla

El mecanismo de un silbato para perros —dog whistle en inglés— es simple. Al soplar por una de sus aberturas emite un sonido de alta frecuencia que resulta imperceptible para el oído humano pero no para el de los perros al tener estos un mayor espectro de audición.

"Llama a tu perro sin molestar a tus vecinos" podría ser un eslógan de dicho producto.

Este artilugio sirve de metáfora para un fenómeno que se da en política y que es más común y peligroso —y poderoso— de lo que aparenta. Consiste en el uso de un lenguaje en clave —o codificado— para conseguir el apoyo de un perfil concreto de personas sin provocar la oposición del resto.

Además de servir como medio de manipulación de masas le ha permitido a la extrema derecha moverse por terrenos que antes le eran aparentemente vetados y obtener la aprobación de un público que, de conocer el contenido, rechazarían el continente.

También sirve como blanqueador en la promoción de ideas o movimientos políticos que atentan contra derechos fundamentales y contra los intereses de la mayoría social —aunque el mensaje en código suela tener a las minorías como principal objetivo— con el apoyo indispensable de buena parte del cuarto poder y de las RRSS.

Pondré algún ejemplo y mencionaré el porqué de su efectividad.

No sin antes señalar que el partido político que mayor uso hace del silbato en España es Vox.

El PP no le va a la zaga en su lucha por mantener al electorado más extremo. Tarea complicada —salvo para deshonrosas excepciones— dado que desde Vox, como desde el resto de partidos que conforman la Internacional Fascista, van a calzón quitao...

...Pero sin renunciar a las virtudes del silbato.

El dog whistle como medio para asegurarse la simpatía de los más ultras (sin despertar demasiados recelos):

"Ya hemos pasao", "Hacer España grande otra vez", Abascal citando a Ramiro Ledesma en el Congreso de los diputados o que declarase en ese mismo lugar que el entonces gobierno de coalición PSOE-Podemos "es el peor gobierno en 80 años"...

El uso de retórica fascista y proclamas nostálgicas ambiguas son bastante recurrentes en el partido. Pero, como dije en la introducción, el principal primer objetivo en la estrategia del silbato para perros para asegurarse el apoyo de los más ultras mientras se pica en posiciones algo moderadas suelen ser las minorías.

Ya que si hay un nicho desde el que se hacen guiños a los fascistas mediante el silbato para perros es el de la inmigración.

Este cartel intenta transmitir la idea —mediante el bulo— de que "los españoles primero".

En sí es una declaración xenófoba y que incurriría en un posible delito de odio, pero para buena parte de la masa social es un discurso aceptable: "primero los de casa; luego, ya veremos...".

Lo que no es tan identificable a simple vista es que este mural no guarda ninguna diferencia con aquellos lemas de la ultraderecha de los noventa que bien supo plasmar Álex de la Iglesia en su mítica "El día de la bestia" como "Limpia Madrid".

Y con "limpia Madrid" no se referían a barrer las calles.

No con escobas, o mangueras, al menos.

En grande: el bulo ("lo que recibe tu abuela" vs. "lo que reciben los menas").

En pequeño: el pitido ("Protege Madrid" de indeseables).

De hecho el uso del imperativo no es en absoluto casual.

Tampoco lo es la tipografía de graffiti del "vota seguro".

Como tampoco es casual esta campaña menos sutil del PP:

La batalla por ver quién es más fascista para que no te roben buena parte de tu electorado.

Como parte de dicha pugna, el día 26 de abril de 2021 Abascal acudió acompañado por la entonces candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, al estadio de fútbol del Rayo Vallecano.

Compartieron fotos desde el palco en sus redes sociales y los medios se hicieron eco de la visita.

En sí no tiene nada de malo a simple vista. Un acto de campaña como otro cualquiera. Si no fuera por el detalle de que ese día había partido a puerta cerrada. Y no cualquier enfrentamiento. El Albacete volvía por primera vez al Estadio de Vallecas tras el fatídico encuentro en el que la Real Federación Española de Fútbol —prepiquito— consideró que los cánticos antifascistas provenientes de la grada bukanera contra el jugador ucraniano Zozulya del equipo visitante eran merecedores de ser sancionados incluyendo la suspensión del partido que se estaba disputando con el argumento de que llamar nazi a un nazi declarado supone un delito de odio.

Lo que aparentaba ser un simple acto de campaña de los de Vox —que también— era en realidad un guiño a los fascistas.

Y es así como consiguen declararse a sí mismos como nazis (o aliados de los nazis, si es que existe alguna diferencia) sin decirlo abiertamente mientras sus simpatizantes se encargan de ocultar las costuras mediante el bombardeo de falacias y el desove de arenques colaborando en que gran parte de la población no reciba la excitación (el pitido/señal) suficiente que les pueda provocar algún tipo de rechazo.

"Solo han ido a ver un partido", "es casualidad", "el calendario se fijó en agosto", "todos son nazis", "todo es fascismo"... Soltarán cualquier manido o improvisado comodín con tal de que el mensaje no sea descodificado. Tampoco lo harán la práctica totalidad de los medios.

Esta visita además de una declaración de intenciones era una nueva provocación tras el mitin-performance que ofrecieron también en Vallecas pocos días antes. Solo que, esta vez, a puerta cerrada. Sin afición. Sin bukaneros que les afearan la propaganda. Propaganda que actúa de manera múltiple, porque así funciona el silbato:

El nazi aplaude el acto. Han recibido el mensaje tal cual.

El que escucha "Carrusel" —que representa a la mayoría de la población— no ve nada extraño ni reseñable e incluso puede que les vote y que el hecho de que hayan ido a ver a un equipo humilde le genere mayor simpatía hacia Vox.

El vallecano y el antifascista reconocen la provocación y sienten la necesidad de defenderse.

Y de esa indignación justificada, de ese rechazo, la extrema derecha también saca rédito mediante la práctica del victimismo.

Y esto nos lleva a...

El dog whistle como medio para la victimización (a través del ataque):

Aquí empezaré con un caso dado fuera de nuestras fronteras y surgido en redes sociales que creo que resulta bastante esclarecedor:

"It's OK to be white".

En el año 2017 unos usuarios de 4Chan deciden "trolear" a la progresía universitaria de Estados Unidos y otros países anglosajones creando una campaña consistente en colgar carteles por distintas universidades con el lema "No tiene nada de malo ser blanco". Porque ¿qué tiene de malo ser blanco? En sí: nada, ¿no?

Su intención principal no era —muy entre comillas— una reivindicación de "la raza" o mandar un mensaje de apoyo a los blancos que se sintieran culpables por eso que denominan al otro lado del charco como "el privilegio (de ser blanco)", el objetivo era obtener el rechazo de aquellos que sí —o, mejor dicho, también— pueden escuchar el silbato: los estudiantes "racializados" o "wokes". (Decir que por aquel entonces este último término no tenía una connotación negativa ya que la ultraderecha utilizaba un apelativo menos comercial y más directo: "marxismo cultural").

Como no podía ser de otra manera, estos mordieron el anzuelo. Los carteles fueron arrancados y las quejas por los mismos llegaron hasta los distintos rectorados.

Sí, aquello era una provocación, pero "¿qué tiene de malo ser blanco?".

El rechazo a la campaña fue utilizado para vender la idea de que existe un racismo "antiblancos" y mostrar a las personas activistas contra el racismo como violentas, hipócritas e intransigentes.

Los supremacistas recurrieron a una planificada campaña de víctimización gracias a la "profecía autocumplida" mientras medios ultras como Fox News capitalizaban la campaña.

En la misma línea del "It's OK to be white" existen otros lemas como "AllLivesMatters" —¿quién puede no pensar que "todas las vidas importan"?— o el más directo y victimista: "WhiteLivesMatters".

Todos esos lemas son utilizados por la extrema derecha existiendo un claro poso racista-negacionista pero que no solo les sirven para no despertar demasiados recelos sino que consiguen criminalizar a aquellos que son capaces de ver las verdaderas intenciones más allá de la literalidad del eslógan.

Este tipo de victimización sustentada en la provocación también la podemos observar dentro de nuestras fronteras. Lemas como: "Rezar no es un delito", "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva" entrarían dentro de este tipo de estrategias:

Lo que consiguen con las mismas no solo es adoptar el papel de víctimas —tratándose de clarísimos ataques— sino ganar la adhesión —al recurrir a sentencias vacuas— de personas que no estarían de acuerdo con el verdadero mensaje que se intenta transmitir a la vez que se aseguran el apoyo férreo de los más ultras.

Ese férreo apoyo posibilita la última y más peligrosa de las aplicaciones del silbato.

El dogwhistle como medio para llamar a filas:

El Asalto al Capitolio en 2021 —o su versión patria de cochiquera y berlanguiana, "el Asalto a Lorca"— es un ejemplo de incidente provocado mediante la activación del silbato.

El asalto en Washington tuvo lugar a causa del bombardeo de bulos acompañados de proclamas que incitaban a la revuelta.

Estos son todos los tuits que posteó Trump el día del intento de autogolpe:

www.presidency.ucsb.edu/documents/tweets-january-6-2021

Primero se engoda con bulos:

Una vez captada la atención y excitada la indignación se procede a soplar el silbato:

Los tuits e valieron la expulsión de Twitter. Nada más.

Hasta que llegó Elon con el talón para posibilitar que este tipo de estrategias puedan llevarse a cabo sin consecuencias ni censura alguna.

Para tener vía libre. Free speech.

Ahora toca indultar a los cachorros de la mano del principal responsable, como era de esperar.

En Murcia también recurrieron al "todo mal". Al bombardeo de bulos cocinados por políticos, medios y patronal ganadera. A los llamados al kaleborroquismo. Todos y cada uno de los que cocinaron y propiciaron el asalto se lavaron igualmente las manos y se desvincularon por completo, pero sin soltar el silbato.

Si propiciar el asalto a las instituciones es llegar demasiado lejos, este ejemplo a continuación es aun más grave si cabe:

"Y nadie está siquiera intentando asesinar a Biden/Kamala"

¿Cómo va a estar Musk incitando a un magnicidio?

Pues sí, lo está haciendo gracias al silbato.

La excitación que produce este mensaje depende del receptor. Lo que tu estés entendiendo no es lo que puede llegar a entender otra persona. Y es de manera intencional. Hecho a conciencia.

Musk se vió obligado a borrarlo de su módulo lunar pero el tuit tuvo plena exposición durante horas.

De hecho Elon reconoció de manera tangencial que era un dog whistle:

“Una lección que he aprendido es que solo porque diga algo a un grupo y se rían no significa que vaya a ser tan divertido como publicación en X”.

Musk seguía dirigiéndose a un perfil en específico. No hacía falta que lo reconociera, pero lo deja patente.

Y continuaría con su justificación:

"Resulta que los chistes son MUCHO menos graciosos si la gente no conoce el contexto y se cuentan en texto plano".

Era una joke. Otro comodín de fácil venta.

Lo que no queda claro es cuál era la broma ni qué clase de chistes se cuentan en ese grupo ni qué tipo de contexto desconocemos el resto.

Lo que sí queda meridianamente claro es que se trata de un mensaje en código que esconde una invitación a la violencia.

Sin puta gracia, además, le apliques el contexto que le apliques.

Así es como van librándose de cualquier tipo de responsabilidad mientras ganan terreno y acólitos sin arriesgar demasiado.

En resumen:

El silbato para perros a través del envío de un mensaje codificado posibilita:

  • Ganar adeptos que podrían resultar problemáticos sin levantar demasiadas sospechas.
  • Camuflar el rol de agente hostil al presentarse como víctimas.
  • Conseguir que terceros hagan el trabajo sucio sin que se pueda acusar al soplador del artilugio de ser responsable de cualquier acto que pudiera haber motivado.

Teniendo esto en cuenta es nuestra responsabilidad reconocer y denunciar cada una de las señales para aprender a preverlas.

Y, en especial, no caer en las trampas. De las muchas que nos ponen, no caer en la peor de todas ellas:

Creernos —más— racionales u objetivos al justificar —o callar ante— los toques de corneta para esconder la posible inseguridad que nos provoque el hacer frente a las críticas con intención vergonzante de equidistantes y librepensadores.

Sí, es lo que parece.

Es Elon Musk haciendo el saludo nazi.

Y, no, no es un silbato para perros.

Es una vuvucela sudafricana.

Como él.

Por ello la mayoría lo hemos logrado escuchar.

Por ello incluso los medios solo pueden permitirse añadir un filtro de ambigüedad o incertidumbre a lo evidente.

Y, aun así, como era de esperar, tenemos a hordas de simpatizantes negando la mayor. Recurriendo a los citados comodines. Algunos tan estrambóticos e insultantes como "es producto del autismo".

Y, cómo no, el propio artífice recurriendo al joker mayor.

La versión anglo y mesiánico-megalómana de "todo es fascismo":

"Todo el mundo es Hitler".

Eso quisieras tú, Elon...

Ser führer.

Que no nos engañen ni intenten convencer de lo contrario.

Sus perros lo escuchan perfectamente.

Nosotros no podemos permitirnos hacer oídos sordos.

This is not fine, dog.

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