Del dicho al hecho: la estrategia de Milei para transformar elogios en dólares
Luego de atravesar en Washington por su etapa de celebridad, o rockstar como le gusta que lo denominen, en el mundo republicano que rodea a la flamante gestión de Donald Trump en los Estados Unidos, el presidente Javier Milei se encargó de remarcar hoy en Suiza que está decidido a mantener el rumbo y hasta romper, de ser necesario, con el Mercosur para comenzar a cosechar el fruto de los elogios a su programa de gobierno. Pasar del dicho al hecho y que las alabanzas de quienes comparten su visión se transformen en dólares, tanto del Fondo Monetario como de inversores internacionales, para avanzar en la siguiente etapa del plan ponderado por la propia Kristalina Georgieva, que incluye el levantamiento del cepo cambiario este año y, en un tiempo indefinido, un Tratado de Libre Comercio con EEUU, como parte de su proclamada vocación por abrir el camino al capitalismo.En ese camino, difícilmente Milei hubiese imaginado un escenario más propicio que el que se le presenta actualmente para hacer su segunda disertación como presidente argentino en el Foro Económico Mundial. Un año atrás, con apenas un mes en la Casa Rosada, generó polémica al alertar que "Occidente estaba en peligro", por la "influencia del socialismo", a partir del avance de las agendas internacionales del feminismo y el medioambiente, hoy blanco de las primeras medidas adoptadas por Trump en la Casa Blanca. "El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia", remarcó por entonces Milei al auditorio internacional de los líderes políticos, económicos, académicos y empresarios que lo escuchaban en el centro de convenciones de Davos. Doce meses después vuelve a la ciudad alpina con la carpeta de resultados de su primer año de Gobierno, que incluye superávit gemelos -fiscal y comercial-, y un punteo que planteó hoy en un reportaje con Bloomberg: "Bajamos la inflación, la economía está creciendo, la pobreza se ha derrumbado, la inseguridad es cosa del pasado, es decir, la gestión está avanzando". Pero también exhibiendo alineamiento con la administración Trump, un novedoso pragmatismo a la hora de plantear la relación con China -"a veces, también uno tiene que aprender", admitió- y anuncios de inversiones relacionados a la energía, la minería y los que espera en tecnología, como el que le acercó ayer en Davos el titular de Salesforce por u$s 500 millones. Pero, sobre todo, con el avance de las negociaciones con el FMI hacia un nuevo acuerdo por u$s 11.000 millones, razón que anticipó el regreso del ministro Luis Caputo a Buenos Aires para definir detalles con la delegación técnica del organismo. El inicio de la cosecha con la que espera mantener el rumbo con un desafío electoral por delante y avanzar en el ciclo 2025.
Luego de atravesar en Washington por su etapa de celebridad, o rockstar como le gusta que lo denominen, en el mundo republicano que rodea a la flamante gestión de Donald Trump en los Estados Unidos, el presidente Javier Milei se encargó de remarcar hoy en Suiza que está decidido a mantener el rumbo y hasta romper, de ser necesario, con el Mercosur para comenzar a cosechar el fruto de los elogios a su programa de gobierno.
Pasar del dicho al hecho y que las alabanzas de quienes comparten su visión se transformen en dólares, tanto del Fondo Monetario como de inversores internacionales, para avanzar en la siguiente etapa del plan ponderado por la propia Kristalina Georgieva, que incluye el levantamiento del cepo cambiario este año y, en un tiempo indefinido, un Tratado de Libre Comercio con EEUU, como parte de su proclamada vocación por abrir el camino al capitalismo.
En ese camino, difícilmente Milei hubiese imaginado un escenario más propicio que el que se le presenta actualmente para hacer su segunda disertación como presidente argentino en el Foro Económico Mundial.
Un año atrás, con apenas un mes en la Casa Rosada, generó polémica al alertar que "Occidente estaba en peligro", por la "influencia del socialismo", a partir del avance de las agendas internacionales del feminismo y el medioambiente, hoy blanco de las primeras medidas adoptadas por Trump en la Casa Blanca.
"El capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia", remarcó por entonces Milei al auditorio internacional de los líderes políticos, económicos, académicos y empresarios que lo escuchaban en el centro de convenciones de Davos.
Doce meses después vuelve a la ciudad alpina con la carpeta de resultados de su primer año de Gobierno, que incluye superávit gemelos -fiscal y comercial-, y un punteo que planteó hoy en un reportaje con Bloomberg: "Bajamos la inflación, la economía está creciendo, la pobreza se ha derrumbado, la inseguridad es cosa del pasado, es decir, la gestión está avanzando".
Pero también exhibiendo alineamiento con la administración Trump, un novedoso pragmatismo a la hora de plantear la relación con China -"a veces, también uno tiene que aprender", admitió- y anuncios de inversiones relacionados a la energía, la minería y los que espera en tecnología, como el que le acercó ayer en Davos el titular de Salesforce por u$s 500 millones.
Pero, sobre todo, con el avance de las negociaciones con el FMI hacia un nuevo acuerdo por u$s 11.000 millones, razón que anticipó el regreso del ministro Luis Caputo a Buenos Aires para definir detalles con la delegación técnica del organismo. El inicio de la cosecha con la que espera mantener el rumbo con un desafío electoral por delante y avanzar en el ciclo 2025.
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