¿Los orígenes del carnaval de Brasil? Documentan unas fiestas indígenas de hace más de 2.000 años

Apenas faltan tres semanas para que millones de personas desfilen a ritmo de samba por las calles de Río de Janeiro en los carnavales de Brasil , los más famosos del mundo. Hasta ahora se ha creído que la fiesta fue llevada en época colonial y la mezcla de las tradiciones europeas con elementos de la cultura africana de los esclavos fraguó en una celebración sin par. Sus orígenes, sin embargo, también podrían hundir sus raíces en los festines con abundante pescado y bebidas alcohólicas que ya celebraban cada año las poblaciones de Brasil de hace más de 2.000 años. Un estudio internacional del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), la Universidad de York (Reino Unido) y la Universidad Federal de Pelotas (Brasil), publicado en Plos One ha documentado estas primeras fiestas populares. «¿Tal vez estamos ante los orígenes del célebre carnaval de Brasil?», se pregunta el ICTA-UAB en la nota en que ha dado a conocer sus hallazgos. En las orillas de la laguna de los Patos existen unos montículos de tierra, que construyeron los antepasados de los grupos indígenas pampeanos -los charrúas y los minuanes- con un significado simbólico (podían ser enterramientos, marcadores territoriales o monumentos). Los pueblos precoloniales se reunían en torno a estos «cerritos», llevaban a cabo celebraciones y se daban festines con abundante pescado estacional. Los investigadores han analizado unos fragmentos de cerámica de hace entre 2.300 y 1.200 años que se hallaron en esa zona y, además de pruebas de elaboración de recetas con pescado, han descubierto rastros de bebidas alcohólicas elaboradas con vegetales, probablemente tubérculos, maíz dulce y palma. Son los primeros indicios de producción de bebidas alcohólicas en la región. Marjolein Admiraal, autora principal del estudio que llevó a cabo la investigación en el laboratorio de bioarqueología BioArCh de la Universidad de York, sugiere que estas reuniones eran importantes acontecimientos culturales, que agrupaban a comunidades dispersas para explotar y celebrar el regreso de peces migratorios, como la corvina rubia, que probablemente requería un esfuerzo colectivo para su preparación. «Vemos ejemplos de estas prácticas en todo el mundo, a menudo relacionadas con la abundancia estacional de ciertas especies migratorias. Estos acontecimientos brindan una excelente oportunidad para llevar a cabo actividades sociales, como funerales y matrimonios, y tienen un gran significado cultural», afirma. Sus hallazgos, según la experta, «aportan pruebas convincentes de que estas antiguas comunidades consumían bebidas fermentadas y demuestran que la cerámica desempeñaba un papel crucial en los festines y las actividades sociales». Los análisis químicos les han permitido determinar qué productos estaban presentes en las vasijas de cerámica de los cerritos y también cómo la gente preparaba estos alimentos. «Primero los calentaban, luego los almacenaban y, en ocasiones, al final los fermentaban. Esto nos acerca un poco más a comprender el papel culinario de los distintos alimentos de las sociedades del pasado», explica Oliver Craig, del BioArCh Para Rafael Milheira, de la Universidad Federal de Pelotas, los cerritos eran importantes lugares tanto rituales como domésticos, de ahí que los construyeran elevados por encima de la erosión potencial de las aguas altas estacionales para protegerlos. «Sabemos que en el pasado (y en la actualidad) las grandes reuniones y los festines eran acontecimientos culturales importantes; esto se observa en todo el mundo. Sugerimos que los pueblos prehistóricos de la zona habrían invertido en la producción de cerámica en previsión de estas reuniones, que atraían a gente a la laguna de los Patos para darse un festín con los recursos acuáticos estacionales», añade. Un estudio anterior en el que se analizaron isótopos de antiguos restos humanos desenterrados en la zona ya indicó que las personas que habitaban en ese territorio tenían dietas diversas, lo que sugiere que la gente tal vez viajó a la laguna desde otra región. André Colonese, investigador del ICTA-UAB, coautor del estudio e investigador principal del proyecto TRADITION del Consejo Europeo de Investigación (ERC), destaca que «este estudio refuerza el poder de la arqueología molecular para desvelar información de artefactos comunes, como las vasijas de cerámica, lo cual antes era inaccesible mediante métodos arqueológicos convencionales». A su juicio, «preservar los cerritos como patrimonio cultural pampeano único debe ser una prioridad si queremos aprender de las sociedades del pasado a vivir de forma sostenible en un entorno tan dinámico».

Feb 6, 2025 - 17:21
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¿Los orígenes del carnaval de Brasil? Documentan unas fiestas indígenas de hace más de 2.000 años
Apenas faltan tres semanas para que millones de personas desfilen a ritmo de samba por las calles de Río de Janeiro en los carnavales de Brasil , los más famosos del mundo. Hasta ahora se ha creído que la fiesta fue llevada en época colonial y la mezcla de las tradiciones europeas con elementos de la cultura africana de los esclavos fraguó en una celebración sin par. Sus orígenes, sin embargo, también podrían hundir sus raíces en los festines con abundante pescado y bebidas alcohólicas que ya celebraban cada año las poblaciones de Brasil de hace más de 2.000 años. Un estudio internacional del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), la Universidad de York (Reino Unido) y la Universidad Federal de Pelotas (Brasil), publicado en Plos One ha documentado estas primeras fiestas populares. «¿Tal vez estamos ante los orígenes del célebre carnaval de Brasil?», se pregunta el ICTA-UAB en la nota en que ha dado a conocer sus hallazgos. En las orillas de la laguna de los Patos existen unos montículos de tierra, que construyeron los antepasados de los grupos indígenas pampeanos -los charrúas y los minuanes- con un significado simbólico (podían ser enterramientos, marcadores territoriales o monumentos). Los pueblos precoloniales se reunían en torno a estos «cerritos», llevaban a cabo celebraciones y se daban festines con abundante pescado estacional. Los investigadores han analizado unos fragmentos de cerámica de hace entre 2.300 y 1.200 años que se hallaron en esa zona y, además de pruebas de elaboración de recetas con pescado, han descubierto rastros de bebidas alcohólicas elaboradas con vegetales, probablemente tubérculos, maíz dulce y palma. Son los primeros indicios de producción de bebidas alcohólicas en la región. Marjolein Admiraal, autora principal del estudio que llevó a cabo la investigación en el laboratorio de bioarqueología BioArCh de la Universidad de York, sugiere que estas reuniones eran importantes acontecimientos culturales, que agrupaban a comunidades dispersas para explotar y celebrar el regreso de peces migratorios, como la corvina rubia, que probablemente requería un esfuerzo colectivo para su preparación. «Vemos ejemplos de estas prácticas en todo el mundo, a menudo relacionadas con la abundancia estacional de ciertas especies migratorias. Estos acontecimientos brindan una excelente oportunidad para llevar a cabo actividades sociales, como funerales y matrimonios, y tienen un gran significado cultural», afirma. Sus hallazgos, según la experta, «aportan pruebas convincentes de que estas antiguas comunidades consumían bebidas fermentadas y demuestran que la cerámica desempeñaba un papel crucial en los festines y las actividades sociales». Los análisis químicos les han permitido determinar qué productos estaban presentes en las vasijas de cerámica de los cerritos y también cómo la gente preparaba estos alimentos. «Primero los calentaban, luego los almacenaban y, en ocasiones, al final los fermentaban. Esto nos acerca un poco más a comprender el papel culinario de los distintos alimentos de las sociedades del pasado», explica Oliver Craig, del BioArCh Para Rafael Milheira, de la Universidad Federal de Pelotas, los cerritos eran importantes lugares tanto rituales como domésticos, de ahí que los construyeran elevados por encima de la erosión potencial de las aguas altas estacionales para protegerlos. «Sabemos que en el pasado (y en la actualidad) las grandes reuniones y los festines eran acontecimientos culturales importantes; esto se observa en todo el mundo. Sugerimos que los pueblos prehistóricos de la zona habrían invertido en la producción de cerámica en previsión de estas reuniones, que atraían a gente a la laguna de los Patos para darse un festín con los recursos acuáticos estacionales», añade. Un estudio anterior en el que se analizaron isótopos de antiguos restos humanos desenterrados en la zona ya indicó que las personas que habitaban en ese territorio tenían dietas diversas, lo que sugiere que la gente tal vez viajó a la laguna desde otra región. André Colonese, investigador del ICTA-UAB, coautor del estudio e investigador principal del proyecto TRADITION del Consejo Europeo de Investigación (ERC), destaca que «este estudio refuerza el poder de la arqueología molecular para desvelar información de artefactos comunes, como las vasijas de cerámica, lo cual antes era inaccesible mediante métodos arqueológicos convencionales». A su juicio, «preservar los cerritos como patrimonio cultural pampeano único debe ser una prioridad si queremos aprender de las sociedades del pasado a vivir de forma sostenible en un entorno tan dinámico».