El 'procés', entendido como la política corrosiva polarizante promovida desde las instituciones, saltó a la escena de Madrid -transformado en un proceso de ámbito nacional- cuando Pedro Sánchez optó por asentarse en la Moncloa al precio que fuera, incluso llegando a acuerdos de calado constitucional con los que solo un rato antes descalificaba e insultaba. Todo era válido para, primero, desalojar al PP del Gobierno -vía moción de censura con los que solo unos meses antes habían proclamado la independencia de una parte de España- y, después, mantenerse en él -subiendo la apuesta y tensionando, todavía más, el marco de 1978 y las instituciones democráticas-. Casi seis años y medio después de su llegada a la Moncloa, Sánchez está atrapado...
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