La predicción del “padrino” de la IA sobre el futuro de la tecnología
Yann LeCun, científico y jefe de IA de Meta, señaló que la limitada capacidad de las herramientas actuales llevará inevitablemente a buscar una nueva revolución
Con los acelerados avances de la inteligencia artificial (IA), la irrupción de robots y vehículos autónomos en la vida cotidiana parece estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, para Yann LeCun, científico y jefe de IA de Meta- también conocido como el “padrino” de la IA-, los sistemas actuales son aún demasiado limitados para alcanzar tales logros tecnológicos.
“Quedan muchos desafíos científicos y tecnológicos por delante, y es muy probable que en los próximos tres a cinco años se produzca otra revolución de la IA debido a las limitaciones de los sistemas actuales”, señaló LeCun en el marco del premio Queen Elizabeth, que se llevó a cabo este martes, donde fue distinguido junto a otros seis ingenieros por sus contribuciones al aprendizaje automático, una rama clave de la IA. “Si queremos construir cosas como robots domésticos y coches completamente autónomos, necesitamos sistemas que comprendan el mundo real”, agregó.
En este escenario, el experto indicó que las tecnologías que se utilizan hoy se destacan únicamente por “manipular el lenguaje”. “Si logramos un sistema que sea tan inteligente como un gato o una rata, eso sería una victoria”, ilustró. Por este motivo, LeCun comentó estar trabajando en sistemas que comprendan la realidad física a través de la formación de un modelo que pueda predecir cómo funciona y se comporta el mundo.
Por su parte, el ingeniero Yoshua Bengio subrayó la importancia de trabajar sobre la seguridad de esta tecnología y pidió que el tema sea abordado en la cumbre mundial de IA que se realizará la próxima semana en París. “Me gustaría que los líderes de este mundo comprendieran mejor la magnitud de lo que estamos haciendo, tanto en términos del poder que estamos creando, que podría ser bueno o peligroso, como de los riesgos que conlleva ese poder”, dijo.
Datos y seguridad
Más allá de la poible evolución de la tecnología de IA, las últimas semanas el sector se concentró en una preocupación más terrenal. Con la irrupción de DeepSeek en el mercado, la relación entre datos, seguridad y geopolítica cobró una especial relevancia en países como Estados Unidos, Italia y Taiwán.
Si bien en Estados Unidos no hay una regulación que involucre a todo el país, el estado de Texas no permite que esta IA se utilice en dispositivos asociados con el gobierno y su actividad. “Texas no permitirá que el Partido Comunista Chino se infiltre en las infraestructuras críticas de nuestro estado a través de aplicaciones de inteligencia artificial y redes sociales que recopilan datos”, afirmó el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, en un comunicado.
La Marina de Estados Unidos tampoco puede hacer uso de DeepSeek en ningún tipo de capacidad debido a posibles problemas éticos y de seguridad relacionados con el origen y el uso del modelo, según informa CNBC. La NASA, en esta misma línea, prohibió a sus empleados hacer uso de la inteligencia artificial china. Un comunicado interno les explicó a sus integrantes que los servidores de DeepSeek operan fuera de Estados Unidos, lo que pone en riesgo la seguridad y privacidad nacional.
Por su parte, Italia fue el primer país en prohibir DeepSeek el pasado 30 de enero. Según informa Reuters, el Garante —la autoridad de protección de datos italiana— le solicitó información a la startup china sobre las políticas de privacidad, preguntando qué datos personales se recogen, de qué fuentes, con qué fines, sobre qué base jurídica y si se almacenan en China. DeepSeek no emitió ninguna justificación inmediata, y la tecnología quedó apartada para proteger a los italianos.
Y Taiwán, que enfrenta una gran rivalidad histórica con China, también prohibió el uso de DeepSeek. La medida implica a todos los empleados que trabajan en agencias del gobierno, así como a las escuelas y empresas públicas. “Al ser un producto chino, puede peligrar una filtración total de información de seguridad del Estado de Taiwán. Esa posibilidad para ellos es muy peligrosa”, afirma Carmody.